Parte 17

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Abro los ojos de golpe y todo regresa a mi cabeza de golpe haciendo que comience a zumbar, ¡Por Dios! Cierro los ojos con mortificación y me siento en la cama. Estoy con una polera talla extra grande de Klaus. Estoy en la cama de Klaus.


Estoy en Nueva Orleans.


No puedo evitar pegarle mentalmente una patada en el culo a una vocecita que me comienza a reprochar, haciendo que se silencie por fin. Me muerdo el labio instintivamente tratando de contener una sonrisa que se me forme en el rostro. Siento un cosquilleo especial, algo como dfhsdjhfs en medio del estomago, una emoción, fuerte.

Tapo mi ojos y luego me llevo el pelo hacia atrás ¡Volví a acostarme con Klaus!

-Hola amor...-Me dice una voz muy familiar. Me giro hacia él y noto su cuerpo relajado, absolutamente vestido apoyado despreocupadamente en el umbral de la puerta. Junto mis cejas en señal de auto-reproche, que digamos, esto es demasiado intimo, muy...¿de pareja? El libro de reglas de dormir con un chico malo dicta lo siguiente:


1. Levántate antes que él, vístete y lárgate sin que lo noté.


2. Lo más que se pueden permitir es una frase absolutamente egoísta, algo así como "buen sexo"


3. Jamás le sonrías con cara de estúpida enamorada.


Yo no había seguido ninguna de ellas.



-Traje el desayuno –me dice sentándose a los pies de la cama con una sonrisa preciosa. Sus ojos están brillantes y me mira de una manera especial como cuando estuvimos juntos la primera vez en el bosque de Mystic Falls. Él alarga una mano hasta mi rostro y con la punta de los dedos me regala una caricia que apenas siento. Yo le sonrió y ¡al diablo con las jodidas reglas! Me acerco hasta él y junto mis labios suavemente mientras con la otra mano le robo el vaso con sangre. Me alejo de él medio sonriendo y llevo el liquido a mis labios. Sabe estupendo.


-Humm –saboreo y siento el calor bajando a mi estomago- gracias y buenos días –susurro con un poco de vergüenza. Creo, solo creo, que mis mejillas están un poquito rojas.


-Ha sido un gran despertar Caroline, adoraría que fuera algo que se repitiera a diario –me murmura con los labios muy cerca de los mío. Me muero el interior de la mejilla tratando de mantener todas mis emociones a raya. Estar con Klaus es como estar en otra parte del mundo donde los problemas no existen y es como si yo tuviese otra vida, una muy distinta a la de Mystic Falls.


Bueno, ¿qué puedo decir? Anoche por primera vez pude dormir con los dos ojos cerrados.


-Gracias –le digo tomando su camiseta en un puño acercándolo más a mí. Juro que no lo hago por el interés que tengo en que esté de buen humor cuando le lance mi suplicara para que haga una visita a Mystic Falls con sus brujas. Lo hago por puro, dulce y sabroso placer. Tiro más de su polera hasta que nuestros labios se están rozando.

Klaus toma la parte de atrás de mi cuello con la fuerza suficiente para que nuestros labios se junten con potencia. El muerde mi labio y yo entreabro mi boca para darle paso al calor de su lengua. La siento rozando suavemente mi paladar y no puedo contener soltar un suave gemido que hace que rápidamente Klaus se anime y me tira hacia atrás en la cama, mientras se pone sobre mí con un felino, sus rodillas hundiendo la cama y sus brazos haciéndome prisionera de su calor desorbitante.


No sé cómo alguien puede ser así de ardiente.


Mi mirada esta puesta en la suya, y cuando estamos a punto de besarnos, alguien nos interrumpe.


-¡Que linda escena! –Susurra una voz de zorra que retumba en mi cabeza haciendo que de pronto el calor que estaba debajo del ombligo se me suba a la cabeza- somos una pareja tan moderna Klaus... ¿me puedo unir? –Yo giro mi rostro para ver un cuerpo flacucho y sin mayor gracia apoyada en el umbral de la puerta, tal como estaba Klaus hace unos ¿cinco minutos?


Empujo a Klaus con ambos brazos haciendo que caiga pesadamente a mi lado en la cama. Él no hace ni un esfuerzo, de hecho creo que cae con mortificación. Lo observo por un segundo, mientras se lleva ambas manos al rostro y se lo restriega. Lo fulmino con la mirada.


-¿Qué demonios hace la zorra aquí? –Exijo con la voz, mientras con la mano corro las colchas y me bajo de la cama. Estoy dispuesta a encararla -¡Hice una pregunta!


-Eso debería preguntártelo yo a ti ¿qué haces aquí Vampirita? –me dice cruzando los brazos debajo de sus pechos mientras alza una ceja negra. Yo ruedo los ojos antes lo estúpida que es su pregunta.


-¿No es obvio? –le respondo con una pregunta mientras camino peligrosamente hacia ella. Me debe varias la muy desgraciada y a eso se le suma la interrupción a mí momento con Klaus.


- Pensé que las mujeres como tu se vendían solo en la noche –dice con media sonrisa y estoy a un paso a lanzarme contra ella a arañarle la cara cuando unos brazos se cruzan por mi cintura en un movimiento rápido y hace que mis pies ya no sientan el suelo.


-¿Qué haces aquí zorra? ¿No te bastó con compartir saliva conmigo al meterte con Tyler? –grito tratando de zafarme de los brazos de Klaus que pareciera que me están asfixiando tratando de sostenerme. Siento su pecho subir y bajar violentamente cuando Hayle dice lo que menos esperé que dijera.


-¿No le has dicho Klaus? –y con eso nos mira a ambos. Entierro mis uñas en sus brazos y él me suelta dejando salir un suspiro y yo me giro para observar su rostro. Parece culpable, y de pronto un frío hace que la piel se me hiele por completo. Con los ojos clavados en él, le pido una explicación cuando alzo una ceja.


-¿No me has dicho qué Kla-us? –susurro con los dientes apretados. Él tensa su mandíbula y dirige su mirada a Hayle.


-Déjanos solos


-¿Y perderme esto? ¡Joder, no! Soy parte de esto...Klaus será papá Caroline–dice ella con una media sonrisa llevándose una mano al vientre. Yo pongo atención y siento en ella un doble latido de un corazón muy suave. Mi boca se entreabre para captar una bocana de aire porque al parecer mi corazón dejó de latir y se me olvidó como respirar. Siento un nudo en el estomago mientras se me forma algo pesado en la garganta. Me giro hacia Klaus y él asiente, confirmando todo.


Mis ojos pican y no lo puedo creer. Es estúpido, no somos nada, pero duele.



Duele mucho.

family tree #wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora