Parte 28 (fin)

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Lo escuché quedarse ahí por minutos, jugando con mi pelo. Sentí sus labios contra mis dedos y algo húmedo.


Se me paró el corazón y lentamente abrí los ojos.


-Klaus...-Susurré y sus ojos se alzaron hacia mí, esos preciosos ojos oscuros, que escondían tantas cosas, desde los más bellos poemas y todo la opulencia de miles de siglos, la elegancia, la sensualidad, hasta lo más oscuro, macabro, el rostro de cada una de sus víctimas que lo miraron al momento de que la vida se les escapaba en un suspiro lento.


Esos ojos que ahora estaban mezclados, empañados de lagrimas y con pequeñas venas rojas.


-Lo siento...-Susurró y con el puño de la manga se seco las lagrimas.


Klaus Mikelson estaba llorando mientras sostenía mi mano, él, la persona que todos, incluso yo en ciertos momentos creía que era una bestia.


No lo entendía, eran ese tipo de cosas que a mí me sacaban de mi mundo, de mis casillas, haciéndome perder la razón porque no le entendía.


-No quería, yo...Caroline -Me senté en la cama con gran esfuerzo, cansada de un día demasiado largo, con demasiadas sorpresas.


-No te entiendo -Mi voz fue calmada, pero aun así traté de soltar mis dedos de su agarre, no podía pretender que hace solo un par de horas me tenía acorralada contra un árbol con ansias de sacarme del vientre a su propio hijo con las garras. No podía, por más que mis sentimientos por él en situaciones como esta salieran a flor de piel.


-Ni yo me entiendo a veces -Sus dedos fueron más rápidos y se engancharon a los míos mientras se sentaba frente a mi a un lado de la cama- siempre, aunque nadie lo crea he tratado de hacer lo mejor para mi, para los que quiero...aunque a veces no me salga como quiero.


-Klaus por favor, estoy cansada.


-Solo déjame terminar -Me pidió y alzó sus ojos. Lo miré por varios segundos y ¿quién jodidamente era yo, para no dejarlo hablar? ¿Qué sacaba con gastar mis pocas energías disponibles discutiendo con él, tratando de que saliera de mi casa? Al final, él siempre ganaba, siempre se quedaba donde quería, con lo que quería, con quien quería.


Asentí.


-No es que no ame a tu, a nuestro bebé Caroline, no quiero que esa...ese, bebé te consuma por dentro.


-Esa es mi decisión -lo interrumpí. Era doloroso escuchar su forma de hablar.


-Las pocas cosas que me importan, siempre, las pierdo, no te quiero perder ahora, que al fin Tyler desapareció, ahora que tengo mi cuidad, que tengo todo bajo control, que estoy dispuesto a vivir...después de mil años. No te quiero perder Caroline, no quiero.


-Me perderás de todos modos, siempre me pierdes cuando eres estúpido, cuando haces cosas estúpidas que me dañan...


-Te quiero conmigo...


-Yo quiero a este bebe conmigo Klaus -Suspiré y lo dije tranquilamente como si le explicara a un niño con dibujitos.

family tree #wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora