𝐕𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐝𝐨́𝐬

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Iban tarde con normalidad, porque Jisung siempre quería quedarse unos ratos más en la cama, pero increíblemente su paso no era de apuro, era uno tan lento que te dormías.

Sus manos se tocaron ansiosamente.

Fue un toque necesitado y anhelado, pero si hay mucha más profundidad en descripción, Jisung tomó su mano sorpresivamente con un bochorno taladrante en sus mejillas.

Minho no se quejaba.

—Hoy está nublado, cielo —apuntó el sol con su restante mano, en finalidad de distraerlo.

—Mi padre era alcohólico y un adicto a las apuestas, fue un hombre terrible, un padre terrible.

Soltó su mano cuando Minho se paró en la acera.

—Vale —asintió y tomó la cintura de Jisung al ritmo que caminaban un poco más rápido.

El ahora pelirrojo, cogió una bocanada de aire, también rodeó la cintura de Minho, sólo que su pequeña mano fue a caer en el trasero del alfa.

—Pero decía cosas raras como que para que un beso sea genial lo mejor es que signifique algo. Los mejor es que sea con alguien a quien no puedes sacarte de la cabeza, para que cuando por fin sus labios te toquen lo sientas en todo el cuerpo. Un beso tan candente y tan apasionado que nunca quieras salir a tomar aire.

Había algo que lo traía inquieto, lo cual estaba perjudicando el juicio de Jisung, posiblemente, se hallaba extraño y estornudaba sin parar.

—¿Te sientes bien? —dio un apretón ligero en sus costillas.

—Mi primer beso fue con Junseo, me forzó a besarlo cuando teníamos nueve años y su lengua era asquerosa y se movía por todos lado y... oh, me desvíe, la cosa es que sí siento eso por ti.

Así que era eso.

—La primera vez que nos besamos porque queríamos dijiste que ya no podías respirar y te moviste, yo te respondí que estaba sobrevalorado...

—Hay experiencias inolvidables, como cuando te drogas por primera vez, los adictos siempre buscan la misma sensación de la primera vez.

Perdía la conversación, el hilo se cortaba.

—¿Que te quieres drogar conmigo? Mi papá no me deja —avisó de antemano.

—No, aquello no —negó con la cabeza.

—Supongo, pero no entiendo tú fin.

—Que nuestro primer beso fue en la cafetería, el segundo en la fiesta y luego fueron muchos más. Pero para mí nuestro primer beso fue en realidad el que nos dimos en el callejón que acabamos de pasar.

—Oh.

Minho volteó disimuladamente, sin saber que dobló su cuello de forma exorcizante.

Y efectivamente, hacia unos metros de distancia estaba el callejón donde había besado a Jisung.

—Minho.

—¿Sí?

—Ahora eres mío.

—Ahora eres mío

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❝Village, secrets and liers❞ ||MinSung||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora