𝐕𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐜𝐢𝐧𝐜𝐨

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Inmaculadamente cruza la puerta principal de la sala, está un poco desaliñada y olorosa tras la llegada de esos hombres. Para un segundo cuando siente el dolor acumularse en su costilla tras una patada del niño que tiene en el vientre.

Huele a tabaco y a un ligero licor.

—¿Las cosas fueron bien?

—Pues mal no me fue, los mismos perros viejos testarudos —contestó la chica—. ¿Cómo está Jisung?

Tenía el pelo corto y uno tan negro como el mismo ébano, se veía más menuda que antes. Y si la veías tal vez te preguntarías si su ánimo iba de acorde a su cabello.

—Ya puede gritarme y todo.

Esperaba, realmente Yang Jeongin esperaba las reacciones a sus acciones.

—Es bueno —simplemente dijo con una calma gélida. Y que Kira Nakamura siguiera viendo el vapor de su chocolatada sin inmutarse al saber que le habían tratado mal, le enfadaba. Porque comúnmente le daría palabras de apoyo y una reprimenda severa a quien haya abierto así de mucho la boca.

—Me sentí muy mal. 

—¿Sí? Pues a Jisung le dispararon, ¡claro que tampoco está de buen humor! —refirió un poco disgustada. 

—¿Ahora le tienes preferencia? 

—Los hombres de las tropas que tú iniciaste desaparecieron justo el mismo día en que fuiste a uno de los escondites de Ryeowook.

—¿Me estás siguiendo? 

—Por qué, dime por qué —apretó la taza. 

—Estás paranoica igual que él. 

—Jeongin, ¿por qué el día siguiente esos mismos hombres entraron fácilmente a mi club? ¿por qué cuando atravesé esa puerta nuevamente te quedaste helado? 

—¿Por qué? —repitió con una sonrisa—. Porque eras un desastre, porque nunca esperé que volvieras de aquella manera. 

—Deja de mentirme en la puta cara, ¡estoy cansada!

La pistola apuntando en su sien lo dejó increíblemente quieto por un instante. 

—¿Qué estás haciendo? —siseó—. Se supone que somos como hermanos. 

—¡Pero no lo somos! —gritó—. No si haces esto.

—Es que no sabes soltar, ¡no has soltado ni una cosa nunca!

—Yo no soy tan egoísta como tú. No sé soltar las cosas, ¡bien! Pero tu no eres una cosa, Yang Jeongin, tú pesaste mucho más que mi sangre. 

—Es que no ibas a enten-

—¡Lo daba todo por ti, confié, elegí creer en ti la veces que eran necesarias, pero eres un mentiroso! 

—¡Sólo quería salir de aquí de forma segura! Quería una vida normal, no quiero matar personas, ni crear estrategias para seguir haciendo esto que si no es asesinato es tráfico de personas, proxenetismo, drogas ilícitas y demás. 

—¡Yo te habría sacado de inmediato de aquí! Nunca lo pediste, joder, arruinaste todo. Nunca fui más que un escalón por pisar para ti. Crees soy tu salvavidas en esta mierda, ¡y eso está bien! Podías aferrarte en mí porque yo lo hice en ti. 

—¡Kira! 

Era Felix, con un grito bullicioso y una apariencia enérgica, se quedó quieto al sólo abrir la puerta. 

—¿Qué pasa aquí? 

—Pasa que encontré a la puta rata que se pavoneaba frente mí... pero tú ya lo sabías, ¿no? 

❝Village, secrets and liers❞ ||MinSung||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora