𝗢𝗻𝗰𝗲

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Mentiría si dijese que fue un beso colmado de sentimientos y es que no. Simplemente no podría decirlo así.

Fue la libido.

La atracción carnal, la espontaneidad del momento. 

Un beso mucho antes de poder sentir algo el uno por el otro.

Jisung subió de un movimiento a sus piernas, tomó del cuello a Minho uniendo sus bocas. Esta vez sí pudieron permitirse cerrar los ojos, sin ningún intruso en su camino. Sólo ellos dos en la oscuridad de la cabaña.

El contraste era algo que no estaba bien en esta sociedad, porque Han Jisung era un omega muy controlador y Lee Minho era muy dócil bajo ese cuerpecito bonito, donde el pelirrojo se dedicaba a acariciar su nuca.

Las manos de Lee tantearon hasta su cintura sin ponerlas más abajo, con temor a que Jisung pudiera decirle que estaba violando su espacio, pero las manos inquietas de Jisung las posaron hasta su glúteos, con un jadeo lastimero.

Diosa, podía sentir su erección dolida y emocionada debajo de dos telas, chocando contra uno de los muslos de Han.

"Hoy sí follamos, Honnie", le dijo su polla, o mejor dicho su lobo, pero quiso imaginar que fue su pene, sí.

Las cajas debajo de sus cuerpos eran incómodas y cada que se movían se notaba que estaban a punto de quebrarse. La tibia mano de Minho se tamizó por debajo de la camiseta corta de Jisung, quien movía sus caderas en el compás de un circulo, sin separar sus labios hambrientos.

Sus labios al siquiera rozarse sintieron el cosquilleo en el vientre, o en todo el cuerpo. Era un beso completamente profundo, Minho pudo saber que no era ni uno de los primeros ni últimos besos de Han, que de verdad besaba desproporcionadamente fenomenal.

En algún momento en el que ni uno de los quiso darse de enterado, el omega comenzó a saltar en su miembro hinchado y mojado por bajo del género, y Minho alzó la pelvis dando estocadas.

—Espera, no puedo respirar —pidió entre saltos.

Minho se obligó a sí mismo y a su lobo a abrir los ojos y soltar con una última mordida su labios inferior.

Diablos.

—Respirar está sobrevalorado.

Jisung recostó la frente en su hombro.

Hay momentos en la vida en que te preguntas, ¿qué diablos sucede con el mundo, conmigo? Joder, y que eso definía muy bien a Jisung, porque lo que más quería era ignorar a todo mundo, a pesar de que había ido a una fiesta donde estaban todos su compañeros de Instituto, sólo porque el castaño dijo

¿Estaba siendo un estúpido omega cayendo en la dependencia?

Bien, no.

—Estaba cerca de venirme, ¿crees que... ?

Ya, y que Changbin abrió la puerta como Juan en su casa, aunque en verdad sí lo fuera. Las orejas rojas, la manera de plegar su cejo, y sobre todo su puño, indicaba que Seo Changbin estaba de muy mal genio, interrumpiendo la proposición del castaño.

Minho estuvo a un paso de decirle que cerrara la bendita puerta, y que se fuera, mas las palabras no salieron cuando el alfa se adentró.

—Por fin te encuentro —expresó en un tono diferente al que de se mostraba—. Tenemos problemas.

—¿Y? —Jisung, se movió de las piernas de Minho, hacia el lado—. Hoy es mi día libre, sabes eso. No tengo por qué ir a socorrerlos.

Si se podía Changbin hundió más las cejas de lo que estaba.

❝Village, secrets and liers❞ ||MinSung||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora