𝐃𝐢𝐞𝐜𝐢𝐨𝐜𝐡𝐨

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—¡Han! —clamaron su nombre.

Tomó su teléfono y sacó los audífonos de su bolsillo derecho.

Poco le importaba si Lee Minho quería hablar con él, ya era suficiente que tres idiotas —sin incluir a Changbin—, le hubieran fastidiado y humillado.

—Te estoy llamando, Jisung.

—¡Suéltame, joder!

—¿Podemos hablar?

—No, no podemos, tengo pendientes, así que vuelve ahí dentro y compórtate como el cabrón que eres, se ve que te divertiste demasiado con esta zorra, ¿cierto? —quitó la mano ajena fuera de sí con fuerza.

Caminó aún más rápido, mientras sentía sus ojos aguarse. Sentía la vergüenza hormiguear en la punta de sus dedos, el pecho apretado y una plena humillación hacia él, porque sabía que todo eso era verdad, se prostituía para poder sobrevivir.

Si nunca hubiese cruzado palabras con un alfa como él, de seguro no podría sentirse de la misma forma, tal vez no le habría importado, pero se había sincerado tanto, aunque cualquiera dijese que había dicho nunca nada con un trasfondo, no era así.

No era sencillo hablar, todavía menos aflojarse.

Nunca nada fue llano, mucho menos cuando en el jardín una profesora le dijo que estaba igual de sucio que su padre, entonces todos lo niños lo aislaron y golpearon.

Cuando tenía doce, su padre volvió a ser el mismo de antes, pero tenía otra familia y un hijo mayor que él por sólo meses, ¿qué había ocurrido allí? ¿Por qué su padre le comparaba tanto con ese sumiso chico quien era un omega ejemplar? ¿por qué Jisung no podía golpear a un alfa?

Lo abordó la presión y la afrenta en la mayoría de su vida, no obstante jamás lloraba por cosas intrascendentes, o al menos no en espacios transitados.

—... no llores, Sung —Minho se hizo oír, y Jisung que estuvo llorando como un niño palpó el calor del bochorno en su piel—. ¡Tú me gustas!

De momento, habían llegado a un callejón estrecho, donde Jisung consintió que era enteramente favorable el arrojar al alfa a eso de la muralla.

—¡Basta, basta ya con tus bromas! ¡No me parece divertido! ¡No!

—¿Y por qué no me puedes gustar? ¡Deja de querer controlarlo todo! Soy un idiota, lo siento. ¿Pero cómo esperabas que reaccionara cuando mi mejor amigo está atrapado?

—No sé, lárgate —le sacudió del cuello de su camiseta.

 E intentó irse, pero únicamente Lee capturó su brazo izquierdo y arremetió con toda seguridad la espalda del peliazul a la misma muralla en donde estuvo la suya, imponiendo en todo momento a escuchar.

Valorando que su comunicación no podía quedarse así.

—¿Te parezco un niño, Jisung? ¿Crees que lo soy? Puede que haya tenido un comienzo simple, actualmente ya no es así desde el día en que te seguí, quise quedarme a tu lado.

—¿Para qué hiciste eso? ¿Por qué me seguiste? Maldita sea, me has enredado todo, sólo aléjate.

—Siempre me has gustado —tomó con intensidad sus hombros—, le gustas un montón de gente, Jisung. Que ellos no sepan tratarte, no significa que yo tampoco. Quiero saber, quiero aprender.

—No quiero saber nada de ti, piérdete de una vez. ¿No tenías una novia? Ve a decirle que te gusta a ella.

—¡No estoy saliendo con Ryujin! Ella interpretó mal las cosas, recibió mal las señales.

❝Village, secrets and liers❞ ||MinSung||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora