Monstruos en la casa

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Antes de que las vacaciones llegaran a su fin Rebekah volvió a la mansión Lestrange para recibir un recordatorio por parte de su hermano sobre lo que podría pasar si ella no lo obedecía, la menor no podía creer como el hermano que tanto admiraba se había transformado en un monstruo, en cuanto a Bella, parecía que cada vez perdía más la cordura, incluso parecía que disfrutaba sus misiones.

Ese día Rebekah se encontraba en la sala de la gran mansión mientras leía un libro de artes obscuras pues sabia que esa era la única manera de no ser reprochada por ninguno de los presentes en la mansión, cuando su lectura fue interrumpida por el sonido de un plato roto seguido de unos gritos que provenían de la cocina, fue ahí cuando vio a su hermano mayor torturando a su elfina Nix con una de las maldiciones imperdonables, la pobre criatura se retorcía de dolor en el suelo y el mayor de los Lestrange solo se limitaba a reír, en ese momento Rebekah empezó a jalar el brazo de su hermano mientras le gritaba que parara con la tortura, realizar sus misiones encomendadas por el Señor Tenebroso era normal hasta cierto punto, pero torturar a una criatura inocente que solo cometió el crimen de romper un plato, Rebekah trataba con todas sus fuerzas separarlo de Nix, pero él era mucho más fuerte por lo que logro zafarse del agarre de Rebekah no sin antes propiciarle un golpe en la mejilla haciendo que la menor soltara un quejido, con esto Rodolphus desencadeno su ira contra su hermana menor dándole una y otra vez patadas en su estómago, al principio la menor sentía como todo su cuerpo era invadido por el dolor.

- Te pareces tanto a ella- dijo el mayor aun golpeando a Bekah- ¡crei que serias diferente! ¡pero eres igual a ella!

- ¡Detente Rodolphus! - grito con dolor la menor esperando que alguien fuera a auxiliarla, pero nadie llego.

Finalmente, su cuerpo se adormeció por el dolor, pero no lo suficiente para que la Lestrange lanzara un hechizo expulsando a su hermano al extremo de la cocina, en ese momento la Lestrange con todas las fuerzas que sus débiles manos y pies le deban se levanto mandando a su elfina lejos, seguido de esto se dirigió a su hermano que aun se encontraba en el piso.

- Eres un monstruo, pero no te tengo miedo Rodolphus- dijo apuntándolo con su varita- si vuelves a tocarme te aseguro que no seré tan misericordiosa...eras mi hermano, pero para mí estas muerto a partir de hoy- en ese momento entro el patriarca de la familia Lestrange que se quedó atónito ante la escena.

- Limpien su desastre y dejen de hacer escandalo- dijo para así salir en dirección a su habitación.

- Lárgate...no te quiero volver a ver- dijo en voz baja a su hermano- ¡¿qué acaso no oíste?! ¡largo! – grito la menor para que finalmente Rodolphus saliera despavorido de la cocina.

- ¡Oh ama! La llevare a San Mungo, yo limpiare la cocina- dijo la obre elfina que aun se encontraba conmocionada por la situación- vamos vamos- dijo tomando la mano de Rebekah.

- No hace falta Nix, yo me curare- dijo tratando de ir a su habitación.

- ¡No! No lo permitiré mi ama, llamare al amo Rebastan y al joven Black- dijo desapareciendo para ir por los mencionados.

- No...Nix...no...vayas- y fue así como la menor cayó desmayada en el piso de la cocina.

Al llegar a la cocina ambos jóvenes se encontraban aterrorizados ante la escena de ver a la Lestrange herida en el piso de la cocina, su rostro se encontraba completamente pálido, a excepción del golpe en su mejilla, su vestido aun tenía las marcas de suciedad que los zapatos de Rodolphus le habían ocasionado, Regulus se aproximó rápidamente a levantar a su amada pues su hermano se encontraba petrificado por ver a su querida hermana que tanto protegía lastimada por su hermano mayor, ella era solo una niña, su hermana pequeña que tanto protegió, pero pudo reaccionar para ayudar al heredero de los Black y así con ayuda de la elfina llegaron a San Mungo, donde tuvieron que decir que había caído por las escaleras pues si decían la verdad probablemente el mayor de los Lestrange le haría más daño a Bekah, el abdomen de Rebekah se encontraba completamente morado, al ver esto Regulus no pudo evitar llorar y lamentarse por el estado de su amada, pero no era el único, Rebastan no paro de llorar, seguía sin entender como su hermano mayor era el responsable de semejantes heridas, su hermana nunca había hecho ningún mal a nadie, era pura y bondadosa a veces el mismo se preguntaba como había quedado ella en Slytherin y no en Hufflepuff, pero su ambición y poder por ser la mejor en todo a veces le confirmaban su lugar en la casa de las serpientes, después de pasar toda la noche dormida Rebekah Lestrange finalmente despertó, encontrándose en una habitación de San Mungo con Regulus y Rebastan que tomaban su mano cada uno, ambos estaban dormidos, su abdomen se encontraba adolorido y vendado, y su mejilla le dolía por lo que suponía que la tenia morada, a penas intento incorporase en la cama despertó a ambos jóvenes quien se aproximaron rápidamente para ayudarla.

Somos eternos ... somos estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora