El día de la boda había llegado toda la mansión Malfoy fue decorada para la ocasión, los elfos domésticos se encontraban en la cocina preparando el gran banquete que se serviría, mientras que los señores Black y Abraxas Malfoy daban instrucciones para que decoraran el salón de la mansión y los jardines, entre tanto se encontraba una azabache ayudando a su amiga rubia con los detalles finales de su atuendo.
- ¡Por Merlín Narcissa! ¡si no te quedas quieta no te podre poner la tiara y arruinaras tu peinado! - replico Bekah mientras seguía de un lado a otro a la Black que en poco tiempo cambiaria su apellido por Malfoy.
- ¿Y si algo sale mal? - dijo mientras veía por su balcón los jardines decorados con blanco.
- ¿Cómo podría salir algo mal Cissa? - dijo incrédula la Lestrange viéndola- tus padres y el padre de Lucius nos hicieron repetir el ensayo cinco veces esta mañana.
- Tienes razón- dijo bajando la mirada al suelo- ¿y si a Lucius no le gusta mi vestido? - dijo alzando la mirada nuevamente viendo a la Lestrange con preocupación.
- Tonterías, le encantara te lo aseguro- dijo pasando un rizo rubio detrás de la oreja de Cissa- ahora quédate quieta para que pueda ponerte la tiara- dijo provocando que su amiga soltara una risa.
- Bien- dijo subiendo los brazos rindiéndose, la azabache se aproximo para poner la pequeña pero elegante tiara de la familia Malfoy, era una joya preciosa de oro blanco adornada de diamantes por todas partes y una gran esmeralda en el centro que era acompañada por otras esmeraldas mas pequeñas a los costados, el cabello de la rubia había sido peinado en una elegante trenza que fue recogida para formar un rodete bajo que resaltaba la tiara. Ya puesta la tiara Bekah saco su varita y con un movimiento de muñeca el velo se elevo por los aires para caer delicadamente encima de la rubia, una vez que la azabache se separó para verla sonrió ampliamente, Cissa se veía sensacional, en ese momento se escucho como la puerta se abría haciendo que Cissa corriera a esconderse pensando que era Lucius, pero era Druella de quien se trataba.
- ¡Mamá! - exclamo la rubia saliendo de su escondite- ¡debes tocar antes de entrar! ¿y si hubieras sido Lucius?
- Lo lamento cariño, pero debía verte, además Reggie me dijo que lleva arreglándose el cabello más de seis veces- dijo con dulzura mientras la tomaba por los hombros- ¡mírate, me harás llorar! - dijo mientras se llevaba una mano a sus ojos impidiendo que las lágrimas salieran.
- ¡Oh, madre, no llores! - dijo Cissa tomando sus manos.
- No, no lo hare, hoy es tu día, tuyo y de Lucius...así que me voy o de verdad comenzare a llorar, además los invitados están por llegar- dijo dándose una media vuelta exagerada provocando risas de las dos jóvenes- ¡casi lo olvido! – dijo volviéndose nuevamente hacia las jóvenes para depositar un beso en la mejilla de ambas, no sin antes abrazar a la rubia- suerte, mi amor- dijo para finalmente salir a la habitación.
- Esta será una gran boda- dijo la azabache asomándose por el balcón.
- Lo sé, y será mía- dijo egocéntricamente señalándose- no puedo creer que este a unos momentos de convertirme en la esposa de Lucius.
- Pues créelo porque la ceremonia esta por comenzar- dijo extendiéndole el gran ramo de flores blancas que llevaría.
- Prométeme que nada cambiara entre nosotras- dijo la rubia tomando las manos de Rebekah.
- ¿Por qué lo dices? - dijo confundida la Lestrange.
- Con todo lo que ha sucedido estos últimos años...-dijo bajando la mirada con nostalgia- perdimos a Andy y ahora también a Bella, no puedo perderte a ti también eres la única hermana que me queda- Bekah pudo percatarse de que los ojos azules de su amiga comenzaban a acumularse de lágrimas.
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Somos eternos ... somos estrellas
Fanfiction¿Qué hubiera pasado si Regulus Black hubiera sido salvado, si alguien lo hubiera ayudado?