Donde Wonwoo reúne a sus tres ex novios para una misión sumamente importante... ¡Ser sus "caballeros de honor" en su boda!
El problema empieza con que los tres chicos, no son realmente amigos y de hecho se odian un poco porque claro, nadie quiere se...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Todo era un caos.
Era el día de la boda y nada estaba en su sitio. Los trajes de la boda estaban extraviados, el vehículo de la florería que llevaría las rosas no estaba, les habían llevado el pastel equivocado.
Minghao estaba en una especie de shock mientras veía como Wonwoo hiperventilaba, caminando de un lado a otro.
—No puede estar pasando– decía en voz baja —no es que quisiera que fuera perfecto, pero... Tenía la ilusión de que todo sería...– Wonwoo no pudo seguir hablando cuando los gemelos Yoon entraron a la habitación con gesto afligido.
—Los trajes no están hechos a la medida todavía– dijo Jeonghan.
—Al parecer se equivocaron en la fecha de entrega. Se supone que iban a entregarlos la próxima semana así que aún no los terminan– agregó Jeonghyun.
Minghao se estremeció y dio un paso hacia atrás.
—Tranquilo, Wonwoonie. Encontraremos otros trajes– Kimji trató de calmarlo.
—¿En menos de seis horas?– Wonwoo se mordió el labio inferior y asintió, cerrando los ojos —está bien, saldremos de esta. Nuestros trajes no tienen que ser perfectos.
Pero mentía, en su mente Wonwoo había imaginado su boda como un cuento de hadas. Cualquier persona con la ilusión de casarse deseaba que ese día fuera especial y memorable. Ahora solo era un torbellino de malas noticias.
Seungcheol y Jun entraron a la habitación también, sus miradas eran apagadas y cansadas.
—Intentamos rastrear el pedido de las rosas, pero no las encontramos en ninguna parte. Es como si la tierra se hubiese tragado el auto en el que venían– explicó Seungcheol quien todavía andaba en pijama.
—Está bien... Las rosas no son tan importantes– suspiró Wonwoo, tratando de mantenerse en calma.
Minghao retrocedió un paso mas y entonces la mano de Jun lo tomó del brazo con fuerza, moviéndolo hasta sacarlo de la habitación. Jun lo recorrió de arriba a bajo tras un momento.
—¿Tuviste algo que ver en todo esto?– preguntó directamente.
Minghao tembló, sus ojos lo delataban. Jun cambió su expresión a una de profunda molestia.
—¿Por qué hiciste algo tan infantil? ¿Por qué no lo dijiste desde antes de que este día llegara? Pudimos haber hecho algo, pero ahora todo esta...–
Minghao se liberó del agarre y retrocedió. El pelirrojo no pudo responder nada al respecto y en cambio salió huyendo.
Corrió hasta subir las escaleras de dos en dos y brinco al interior de su habitación sin aliento. Sus dedos se sentían fríos contra la puerta mientras tomaba aire repetidas veces. Todo era su culpa, le decía su conciencia.
