Capítulo 17

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—Ya detente– Jun estaba frente a él con mirada suplicante y gesto decidido

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—Ya detente– Jun estaba frente a él con mirada suplicante y gesto decidido.

—¿Uh?– Minghao bostezó y buscó el reloj de la habitación, eran casi las dos de la mañana. —¿Por qué me despiertas a estas horas, idio...?– se detuvo al ver la manera en la que Jun se tambaleaba. —¿Bebiste?

En lugar de responder, el pelinegro lo apartó y pasó al interior de la habitación. Sus ojos eran caídos, su cabello desaliñado y sus labios muy rojos.

—Estuve bebiendo con Mingyu y Seungcheol. Les dije que ustedes estaban planeando arruinar la boda pero al parecer ya lo sabían– explicó Jun, quitándose los zapatos para luego tumbarse en la cama de Minghao.

—Así que nos delataste de todos modos. Me sorprende que no lo hayas hecho de inmediato– el pelirrojo se metió en la cama también, tenía un poco de frío.

Jun mantenía los ojos cerrados, los brazos extendidos y su respiración se volvía lenta de vez en cuando, como si cayera dormido y luego despertaba de nuevo. Lo observó en silencio con la poca luz que arrojaba la lámpara a un lado de la cama. Minghao había caído dormido mientras leía y despertó solo hasta que Jun llamó con suaves toques a la puerta de su habitación.

Tener al pelinegro ahí lo hacia sentir un conjunto de sentimientos. Culpa, felicidad, miedo... Demasiado para procesar.

—¿Para qué te emborrachas si no sabes manejar el licor?– preguntó con fastidio mientras su mano cepillaba el cabello oscuro del otro.

El momento era demasiado íntimo, incluso más íntimo que haber tenido sexo apenas unos días antes. Le gustaba la sensación que permanecer a lado de Jun le brindaba. Jun siempre le agradó, tal vez mucho más de lo que le gustaría admitir.

—¿Por qué me quitaste a Wonwoo?– preguntó la voz baja y ronca del pelinegro.

La mano de Minghao se detuvo sobre el cabello sedoso, congelada. Las palabras de Jun habían sido tan bajas que por poco no las escucha. Quizás debía fingir que no las había escuchado.

—¿De verdad lo amabas?– insistió el ebrio, sin abrir los ojos en ningún momento, casi ronroneando cual felino cuando los largos dedos de Minghao volvieron a acariciar su cuero cabelludo.

—Yo...– de nuevo, las palabras de Minghao se negaban a abandonar su boca.

Como si tuviese un hechizo que le impedía hablar. Algo amargo cayó sobre su garganta.

Los ojos de Jun se abrieron para encontrar su mirada.

—Te perdoné desde hace mucho– dijo con suavidad.

El pecho de Minghao se aplastó. La mano de Jun se estiró hacia él, sus dedos acariciaron la mejilla del pelirrojo suavemente, un toque apenas pero lo suficiente como para lanzar destellos al cuerpo de Minghao.

El club de los Ex - Novios - JunHaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora