Capítulo 13: Análisis de consecuencias

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Cuando Antonio Flores cruzó la desgastada verja de la antigua casa supo inmediatamente que sería la última vez que estaría allí. No podía concentrar los pensamientos porque conocía, de antemano, que cuando estaba evidentemente nervioso no lograba ni siquiera pensar con exactitud. Por lo mismo, horas después del interrogatorio policial estuvo sopesando muy bien lo que iba a decir.

El Magíster, era el gran problema de toda la situación y éste no aceptaba un: <<NO>> como respuesta. Como éste último era un asesino, por naturaleza era todo lo malo que se puede ser: despiadado, insensible, egoísta y sin escrúpulos. La bondad era una emoción desconocida para él.

El perdón le era aún más extraño. Por eso y otras razones al adentrarse por el desolado camino cubierto de hojas secas y tras empujar la puerta de la entrada principal Antonio Flores comprendió que estaba en un grave peligro.

Dudó un momento en el umbral.

<<Escápate ahora mismo>>. Su mente le susurraba que no entrara que estaba a tiempo de salir corriendo y escapar.

Incluso, en medio del gran susto que tenía llegó a pensar que si daba un buen argumento podría salir indemne de aquel lío. Pero el daño ya estaba hecho. No podías escapar de un futuro inminente.

Cerró los ojos, respiró profundo y entró con temor.

Al principio sólo pudo vislumbrar sombras en medio de aquel desastre monumental. El lugar olía a humedad y cigarrillos recién calados. La madera antigua y quebradiza estaba desplegada por el asqueroso suelo y en algunos lugares donde las tejas habían cedido por el tiempo, dejaban filtrar la luz de un resplandeciente sol de la tarde.

Adaptando poco a poco la visión, Antonio pudo observar las figuras que estaban sentadas en distintos sitios estratégicos. Reconoció unas caras y otras le eran totalmente incognoscibles.
Sin embargo, la atención de todos estaba puesta sobre un hombre que yacía en un mullido mueble con las piernas cruzadas y fumando un costoso tabaco color marrón.

—Antonio Flores... —comenzó a decir la voz del hombre mientras liberaba el asqueroso humo por su boca—. "Jefe de seguridad de Construcciones Maddison". —hizo énfasis en la frase y soltó una sarcástica carcajada.

El recién llegado bajó la cabeza.

—No, no, no. —continuó el Magíster—. Necesito que me mires a los ojos. ¿Comprendes la magnitud del problema, amigo mío?.

La pregunta quedó en el aire. Todos permanecían en silencio y les observaban absortos con pensamientos muy confusos. El miedo era tan perceptible que Antonio comenzó a temblar. No tenía voz y mucho menos palabras para responder.

—Debes entender que no permito que ocurran errores. —recalcó el hombre levantándose de su asiento.

Sonó un clip metálico.

Antonio levantó la mirada y comenzó a suplicar por su vida.

—Lo siento, señor, realmente...
—¡Cállate! —interrumpió el Magíster apuntándolo directamente a los ojos.

Entonces, en medio de aquel sombrío lugar, disparó. Cuando la bala perforó la cabeza de Antonio Flores, éste había caído al suelo totalmente muerto.

Secretos de una ninfómana 🔞 (Completo)✅ (En físico) 😍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora