Capítulo 21: ¿La última cena? (2da parte)

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La madre de Alissa se llamaba Gretta Collins.

Aunque se había casado a temprana edad con el imponente y reconocido Leonard Maddison, no quiso perder su apellido de soltera más por orgullo que por otra cosa que fuera realmente importante. Era una mujer muy tranquila cuyos problemas prefería callárselos y no hacerlos tan evidentes como su esposo. Tenía un tono de voz muy tenue y era tan distraída que a veces olvidaba alguna trivialidad como dar la lista de alimentos semanales a Melissa Puente u observar de manera minuciosa la habitación de Lauri, su hija menor con extrañas actitudes, que comenzaban a preocupar verdaderamente a Leonard.

Ella sabía que había algo más allí. Un padre no podía sentir tanto recelo y aversión por una hija de su propia carne y hueso. Aunque, con todo y eso, Gretta sabía que Leonard no era ningún idiota y sospechaba lo que para ella ya era una mentira garrafal.

—¿Cómo me veo? —quiso saber su esposo mientras se giraba para que ella le vislumbrara desde el otro lado de la habitación.

Tenía puesto un traje oscuro de marca y una corbata tan blanca que resaltaba como una estrella en un cielo nocturno y frío. Un cielo al que ella no formaba parte pero que aún con esa sensación de indiferencia quería seguir allí. Si que era muy orgullosa, la verdad.

—Muy hermoso, amor.—contestó Gretta mientras se impregnaba de un perfume dulce y sintético.

—¿Ya Lauri está lista? —preguntó Leonard con voz seria. No lo decía pero odiaba a esa jovencita… esa jovencita del cual sabía no había sido fruto de su insípido amor.

Su esposa tragó grueso. Siempre le ocurría cuando Leonard la incomodaba. En el fondo le tenía mucho miedo pero prefería ser la esposa abnegada y tranquila del cual él se sentía orgulloso. Pero, en su fuero interno comprendía que lo que menos sentía Leonard de ella era eso, orgullo.

—Sí, voy a buscarla —respondió.

Leonard no le prestó atención. Estaba absorto en los detalles de su presencia y decidió salir de la habitación para ir directamente a la sala principal dónde recibiría a los invitados. En aquel momento habían tocado el timbre: un sonido frágil y voluble reverberó por todo el lugar. De manera inmediata, un joven corrió hacia la enorme puerta de roble ornamentado y abrió. Leonard bajaba las escaleras de caracol muy imponente.

El chico se hizo a un lado, dio las buenas noches e hizo una reverencia. Leonard reconoció la figura de Albert Colt y una mujer de avanzada edad el cual supuso era su madre. Le daba igual todo. Sólo le gustaba complacer a su adorada hija y lo que ella pedía en aquellas paredes eran órdenes irrefutables. Por supuesto, estaba muy agradecido por el hecho de que aquel abogado recién llegado a sus turbulentas vidas se hubiese arriesgado por salvar la de su amada Alissa. Eso sí que lo debía agradecer y lo sentía genuinamente en su corazón, tan duro y frío como el hielo.

—Bienvenidos. —recitó el joven—. La familia Maddison esperan con agrado su llegada.

Hizo una seña con el brazo extendido y los recién llegados le siguieron. Para aquel momento Leonard Maddison ya había llegado al centro de los dominios de la sala principal cuya iluminación eran tan perfecta que Norma Walfs profirió un ruido de asombro.

Habían colocado la mesa al otro lado del vestíbulo, muy alejada de la entrada. Múltiples candelabros de color dorado se erigían muy imponentes como pequeños centinelas y los platos y frutos secos, se alineaban por toda la extensión del cristal en el cual un mantel blanco inmaculado con bordes de color oro cubrían toda la mesa y parte de las sillas dónde apenas estaba una persona con el teléfono móvil en sus manos. Era Gregor. Quién levantó la mirada cuando notó la presencia de aquel intruso cuya repulsión parecía crecer con cada segundo que transcurría.

Secretos de una ninfómana 🔞 (Completo)✅ (En físico) 😍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora