Capítulo 32: La historia de Alissa (1era Parte)

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Eran las cuatro de la tarde de un soleado martes del mes de julio, cuando Alissa Maddison se introdujo en su habitación para finiquitar los detalles de la cita acordaba con su amado Albert Colt.

Llevaba el cabello alborotado en la parte de atrás mientras que una fina capa de sudor le recorría el rostro por las altas temperaturas. Se acercó al alféizar de la ventana y se lo enjugó con suma impaciencia.
Miró a través de la terraza, el camino que llevaba hacia la entrada principal y se percató de que el vehículo de su primo Gregor se enfilaba por la majestuosa fuente de agua fresca.

Inmediatamente se escondió entre la ondeante cortina para que éste no pudiera verla. Muchas veces, cuando su primo tenía la costumbre de entrar a su cuarto con el permiso que ella misma le había otorgado, se habían acostumbrado a verse por la ventana cuando él llegaba muy sudado y agotado del gimnasio para luego hacerla suya en su habitación sin que nadie notara aquel acto prohibido que ocurría entre ambos primos.

Eran momentos de placer y de adrenalina pura. No obstante, ahora todo le parecía un error.

Un grandísimo y garrafal error.

Se recostó en la cama y se quitó los tacones de punta con cansancio. Tenía un fuerte dolor de cabeza porque no había querido comer nada durante el almuerzo ya que se sentía muy nerviosa; y su mente no podía concentrarse por el temor de los eventos que le dominaban esa tarde.

Hoy era el gran día. Hoy, por fin se iba a sincerar con Albert Colt. Iba a contarle todo y sabía que las consecuencias podrían llegar a ser irreversibles. Aunque estaba segura de varias cosas:

La primera, que Albert Colt era un hombre que no se estaba con miramientos de ningún tipo. Era un hombre joven pero al mismo tiempo muy maduro y no iba a permitir que ella tuviera deseos carnales con otros hombres aún cuando le contase de su extraña condición. En segundo lugar, estaba el hecho de que no lo volviese a ver jamás. Perderlo y sentir que ya no formaba parte de él o de lo que quería establecer a largo plazo con ese hombre que la había enloquecido desde el primer momento, la ponía muy nerviosa. Quería conocerlo más.

Era un sentimiento extraño para ella porque nunca se había sentido así. Por lo que la angustia dio paso al miedo y sí, sí que tenía mucho miedo.

Se quitó el vestido negro y quedó expuesta con su ropa interior. Su mente dio un vuelco cuando recordó la noche que Albert la había poseído sobre esa adosada cama. Por un momento se quiso desvestir completamente y tocar sus partes más íntimas con ferocidad mientras pensaba en él. Por un momento se sintió a gusto con su ninfomanía. Cómo siempre había ocurrido.

Pero no…

No podía caer en la tentación.

<<Tú puedes. Tú tienes el control Alissa, tú lo tienes>>, se repitió mentalmente.

Entró al baño y se dispuso a retomar el rumbo de sus pensamientos. Para el momento que había salido de la Mansión Maddison ya eran las cinco en punto; apretó el acelerador y siguió el camino hacia la bahía.

Había una tercera cosa que Alissa no se había detenido a pensar porque en el fondo sabía que era algo muy imposible de ocurrir: si Albert aceptaba seguir con ella y formar un comienzo como debía ser, sin el placer de por medio, realmente no sabría cómo actuar. La tortura de aquel pensamiento le carcomía el alma con cada segundo transcurrido. De pronto, algo le hizo detenerse y volver a la realidad cuando llegó a la Playa Rocosa de la bahía del norte.

Justo en la arena mirando hacia el horizonte marítimo que se extendía más allá de todo el cálido lugar, Albert Colt aguardaba con los brazos dentro de los bolsillos de una bermuda de jeans que le llegaba a las rodillas. 

Secretos de una ninfómana 🔞 (Completo)✅ (En físico) 😍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora