Capítulo 20: ¿La última cena? (1era parte)

842 350 20
                                    

Alissa deambuló indecisa por su habitación con el albornoz aún sobre su cuerpo. Llevaba el cabello recogido en una coleta y organizaba su cerebro para decidir de una vez por todas que se iba a colocar para la cena de esa noche.

El final del crepúsculo se visualizaba por la ventana y los colores rojos y naranja se extendían por el horizonte vaticinando una larga y mágica noche.

Ella nunca se había enamorado. Al principio de sus relaciones amorosas se podría pensar que sí había una afinidad más allá de lo carnal pero, al final, todo terminaba en lo mismo: sólo pasión y lujuria. Siempre tan superficial y mecánica. Claro que ella en ocasiones esperaba más, aunque las rupturas la dejaran desvaída y sin ánimos porque su condición era tan formidable que nuevamente comenzaba el círculo y la atrapaba en un denso e infinito agujero negro.

Tomó un vestido negro y lo contempló en el aire mientras se lo acercaba a sí misma.

Se miró en el espejo. Negó con la cabeza y contempló otro más delicado y amarillo. Mmm..., lo descartó. Se sentía agobiada y estúpida.

Realmente quería impresionar a Albert Colt, pero ¿con qué fin? Si a decir verdad luego repetiría lo que tanto escondía. Podía empezar algo con alguien y por mucho, cuando menos pensara lo volvía a desechar. Era el pago, la condena y el sufrimiento por su ninfomanía.

Se dirigió con pesar al ostentoso closet en busca de algo que fuera acorde a la ocasión. Si impresionaba o no, le tenía ya sin cuidado. Entonces justo al abrir las puertas y ver la fila de trajes y vestidos de galas, lo observó.

Un elegante vestido rojo escarlata sobresalía de los demás. Era largo y muy delicado. Sólo lo había usado en una ocasión y no recordaba por qué. Lo tocó y sintió la fina seda sobre sus dedos.

Sonrió.

Sabía que su cabello rojo no resaltaría en lo absoluto con aquel vestido, pero adoraba ese color. Adoraba el rojo que le recordaba la pasión y las lenguas de fuego cuando tocaban una superficie. Le recordó muchas cosas pero más aún le hizo rememorar que aquel llamativo color era la connotación de algo muy especial: era el color de la pasión prohibida.

...

Gregor se desembarazó con brusquedad y la chica de servicios cayó a un lado de la cama.

—Vete, debo hacer unas cosas—dijo fríamente.

La joven asintió y se comenzó a vestir. Gregor se levantó sudoroso y completamente desnudo. Estaba famélico y quería repetir otra vez pero le fastidiaba ver a la escuálida chica de servicios. No tenía otra opción pues su prima Alissa llevaba evitándolo varios días. Sospechaba algo. No era ningún tonto. Y todo tenía que ver con ése tal Albert.

Ese recién llegado que había transformado la actitud de su insaciable y exquisita prima.

La chica cerró la puerta con delicadeza y lo dejó a él ensimismado en sus pensamientos. Odiaba que Alissa lo ignorara.

Se relamió los labios.

Tenía mucha sed de ella.

Quería poseerla y sólo su prima podía hacerlo ver el infinito y más allá. Con sólo recordar sus innumerables momentos de placer tuvo una erección. Se tocó su miembro y lo blandió en el aire como una katana. Iba a por ella. Por su amada y restringida Alissa, y no le importaba llevarse a cualquiera que se cruzara en su tétrico camino...

Secretos de una ninfómana 🔞 (Completo)✅ (En físico) 😍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora