Día 3| Instinto

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Hoy habrá una poquita de interacción Blairon, solo les aviso.

Hoy habrá una poquita de interacción Blairon, solo les aviso

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Día 3 "Instinto"

Necesita con urgencia un baño. El partido contra Gryffindor acaba de terminar y todos los jugadores están sudados. Eso no es agradable.

Y tampoco es digno de un Malfoy pasearse por ahí todo sudado.

Hace menos de un minuto se separó de Blaise, él había ido a los vestidores para omegas.

Habría que acreditarle eso al director, bastante buena idea para la seguridad de todos.

Abre la puerta sin tocar o preguntar antes.

La imagen que lo recibió no era precisamente la que esperaba, no era queja.

Potter estaba apenas vestido con una camisa que le tapaba poco más de los muslos, de si indomable cabello caían gotas, seguramente acababa de ducharse.

Bien podía seguir viéndolo de no ser porque parecería acosador y pervertido, en silencio, regresa sobre sus pasos.

—¡¿Que haces aquí?!

Su intento de salir sin ser notado no fue un éxito.

—¡Me equivoqué, perdón!— trató de explicarse.

El azabache hacia amago de taparse la parte inferior del cuerpo con una toalla, Draco llevó su vista inconscientemente a sus piernas. Lamentando ya no poder verlas.

Carraspea cuando se percata de lo que hizo.

—Yo- am- em- te

—¡Solo vete!— pidió el oji-verde en un chillido desesperado.

—Claro, claro. Lo siento.

Cerró la puerta con fuerza.
Y apenas la sintió contra su espalda suspiró, aún con los ojos cerrados.

Solo que ahora no por vergüenza. Es para poder concentrarse traer de vuelta a su mente la imagen de hace un momento.

Disfrutando de lo buena y detallada que era su imaginación. Aún podido aver como las gotas de agua resbalaban por los muslos de Potter y seguían su camino, escurriendo lentamente por toda la piel posible.

Estaba interesado en Harry Potter, ya no podía negarlo más.

Y tampoco iba a tratar de ocultarlo de nuevo.

Pero entonces... si él había ido al vestidor de omegas, Blaise...
¡Está en el de Alfas!

Sin esperar más, salió corriendo hacia la dirección contraria.

Cuántos más cerca estaba de los vestidores, más claramente escuchaba  los gritos que provenían de ahí, y más crecía su preocupación.


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