Omegacember

Día 20| Colmillos

Día 20 "Colmillos"

Esta mañana se había levantado temprano, solo para ir al baño, si no, seguiría dormido hasta medio día, era fin de semana después de todo.

El punto es que, cuando regresó, Draco ya estaba despierto, acostado boca arriba en la cama. Se giró hacia el cuando lo escuchó.

Caminó hacia la cama, dispuesto a volver a acostarse y dormir otras cinco horas.

Apenas llegó al borde del colchón, el rubio (que se había sentado segundos atrás) lo jaló hacia la cama con nada de delicadeza, se puso sobre el y lo besó.

El Omega no contaba con que tendría que lidiar con la erección matutina del rubio, pero tampoco es como si le molestara, así que se dejó hacer.

Se arrepiente de no oponerse a algunas cosas.

Veía su reflejo formando muecas cada que veía otra marca roja o morada. Gruñendo cuando veía que la cantidad solo aumentaba.

Draco lo había mordido muchas veces, en muchas ocasiones y muchos lugares.

No había tenido problema con eso.

No, ninguno.

No hasta ahora.

Hoy, Malfoy lo había dejado como...como chicle masticado, sí, esa es una buena comparación.

Marcas de sus colmillos por aquí, marcas de sus dientes por allá. Y oh, ¿Que eso en su espalda? Si, más marcas de colmillos.

Bufó.

Se giró, mirando a la cama y no al espejo.

Caminó hasta donde el rubio estaba acostado, y viéndolo con diversión.

—Juro que voy a arrancarte esos colmillos.

—Pero si se te ven muy bien las marcas— protestó.

—Tu también te verás muy bien sin ellos— señaló a los causantes de su mal humor. Estúpidos colmillos.

Draco solamente se rió.

Harry bufó, de nuevo.

—Olvídate de tocarme hasta que se borren las marcas— declaró, acostándose y tapándose hasta el cuello con el edredón verde.

No lo veía, pero podía asegurar que Draco ya no sonreía.

—No es justo— murmuró, cerca de su oído. Tomándolo por la cintura.

—Si lo es— rebatió, aún dándole la espalda.

—Hum, no parecías muy disgustado cuando lo hacía.

Harry se sonrojó furiosamente, se giró y entonces si lo miró, mal.

—Cállate.

Malfoy ya había cerrado los ojos, pero aún así rió entre dientes. Apretándo más el agarre en su cintura.

—Eres detestable— siguió quejándose.

—Asi me quieres.

—Comienzo a cuestionarmelo.

—Ajá, ajá.

Rodó sus orbes verdes y le dió la espalda, otra vez.

No pudo conciliar el sueño.

Tendría sentido dado que ya era casi medio día.

Esperó hasta que la respiración del alfa se volviera lenta y pesada, señal de que se habría dormido. Y entonces lo despertó para fueran a desayunar.

Que se negara solo fue incentivo para seguir molestando.

—Eres un desconsiderado, primero interrumpes mi sueño, luego me dejas igual que un chicle masticado, y para acabar, no quieres darme comida para reponer las energías que me quitaste.

Cuando logró que se despertara, (un poco más gruñón que de costumbre) y se levantara para llamar a un elfo, Potter le dijo que ya no quería nada porque se había tardado.

La mañana transcurrió con un Draco haciendo todo lo que Harry le pidiera para que lo perdonara, y un dramático Harry dejando que Draco lo consintiera.