Morgan no entendía qué sucedía con su papá ¿Por qué que derrepente se quedó dormido? Aunque no le sorprendía si se había quedado, era tan perezoso.
La niña suspiró y se levantó del piso alfombrado. Puso una almohada debajo de la cabeza del genio y salió de la habitación.
Bajando de las escaleras escuchó unos pasos fuertes, horriblemente chirriantes. Se sentó en el último escalón y esperò que ese ruido fuera provocado por los pies de su padre.
La figura pequeña se sorprendió al ver a un hombre de cabello negro, piel bronceada y barba de días.
Le sonrió. Su padre siempre le decía que había que sonreír a las personas y eso estaba haciendo ella.
Morgan era aquel rayo de luz que querías que se asomara a través de tu ventana, debido a su aura, su espíritu inundaba cualquier habitación y mejoraba tus ánimos.
Rumlow apenas la vio y supo que todo aquello había valido la pena. Entendía completamente a Hydra, con una niña así, tus días iban hacer mejores que los anteriores.
-¿Cómo te llamas? -Preguntó la pequeña Stark-Rogers curiosa.
Rumlow se acercó un poco, iba a tantear el terreno. Debía ganarse a la pequeña antes de que el Capitán Rogers llegara. Se preguntarán, ¿por qué tan fácil? ¿Por qué no hicieron nada a Steve?
Con naturalidad las cosas salen mejor. Sin ataques, sin necesidad de retener al capitán, por las buenas para los malos todo les genera ganancia.
Steve haría sus cosas, iría a la cocina, prepararía el desayuno luego las cosas de su hija, hora y media después subiría a la habitación de su esposo para tardar otra media hora y darse cuenta que su hija ya no estaba en esa casa, en ese vecindario, en esa ciudad, en ese país.
Para Hydra, la tranquilidad era su mejor aliada. Todo se le hacía más cómodo y le daba más satisfacción.
El alboroto y la desesperación solo le quitaban tiempo, lo dejaban loco. Él ya no estaba dispuesto a quitarle el lugar a la hipocondría que la mayoría de los humanos tenían.
Era el terror de los gobiernos, el terror de los mejores soldados. Era el imponente y desalmado Capitán Hydra, la tranquilidad no le quitaba miedo sino que le incrementaba poder.
-Brock.
Morgan pronunció el nombre desde su mente pero comprobó que no era capaz de decirlo, muy difícil.
-Mhm... yo me llamo Morgan. Morgan Howard Stark-Rogers.
Rumlow se acercó más. Era tierno que la niña tuviera confianza pero era muy peligroso, cualquiera al saber de quién supuestamente era hija pudo habérsela llevado.
-Morgan, qué lindo nombre. Morgan, sabes que tu padre me envió aquí para llevarte con él.
-Ok.
La niña estaba tan desesperada por irse a ver a su padre para cuidarlo que solamente se levantó y estiró los brazos para que Rumlow la cargara.
El alfa la tomó y salió con ella por la puerta trasera de la casa, donde lo esperaban cincuenta soldados con camuflaje entre árboles y arbustos.
Metió a la niña en la camioneta negra blindada y la sentó en una sillita con cinturón de seguridad. Él iría a su lado.
Una vez dentro y con el perímetro despejado. Ordenó que se movieran. El jet rumbo a Alemania los esperaba.
Morgan iba entretenida cantando Back In Black y viendo los árboles que pasaban por la ventanilla.
Rumlow con su dispositivo en la muñeca envió un mensaje y el estatus de su ubicación a la central de comunicación de la base. De todas las misiones que le han puesto, esa era la que más miedo le generaba, fallar para el Capitán salía caro, más cuando se trataba de su hija.
-¡Nos vamos a subir en un avión! - Chilló Morgan cuando llegaron a la zona más deshabitada de la ciudad.
-Es un jet, pequeña. Pero, también vuela por el cielo.
-¡Como mi papá! -Exclamó con la boca abierta.
El alfa se sintió incómodo.
-Sí, sí.
Una vez estacionado el auto. Le puso un abrigo a la niña y la sacó del vehículo. La mitad de los hombres debían irse en otro jet más espacioso y la otra quedarse a quemar las evidencias.
Él solamente se quedó con su escuadrón que yacía adentro. Mientras la niña iba sentada cantando, él se comunicaba con su Capitán.
-¿La tienen? -Demandó saber Hydra a través del intercomunicador auricular.
Esa voz gruesa te ponía los cabellos de punta y el miedo a flor de piel.
El alfa de cabello negro aclaró la garganta y miró a la niña.
-Sí. Está tranquila, feliz.
El alfa superior no respondió solamente cortó la llamada.
Al fin su hija iba a tomar el lugar que le correspondía. Al fin estaría con él, a su lado. Dónde debía estar para siempre.
Mientras Morgan estaba ajena a lo que sucedía en realidad y lo que le deparaba el destino, un Steve Rogers en Nueva York subía una charola con desayuno para dos, y al advertir la cama vacía y un Tony tirado sin Morgan alrededor, el manjar cayó al piso.
Preguntó a Viernes que sucedía pero la IA no le contestó, lo que era más raro. Aunque no le extrañó debido a...
Nadie era capaz de de desactivar tecnología Stark. Pero, la tecnología no funcionaba sin energía, para bien de Hydra y para mal de los ciudadanos, dicha energía se había apagado al menos por una semana luego de hacer estallar una parte de la empresa eléctrica de la ciudad.
Steve se movilizó, revisó el pulso de Tony mientras gritaba Morgan, tal vez la niña estaba escondida o en su habitación pero nada.
Revisó el cuello de Tony y vio una marca, como si un mosquito lo hubiese picado hasta el cansancio, diminuta era la marca del círculo que le habían dejado, casi no se podía ver, solamente con atención.
-¡Tony, Tony!
El genio recobró el sentido y miró a Steve extrañado.
-¿Qué sucedió?
Steve lo cargó y lo dejó en la cama.
-Eso quiero saber, ¿qué hacías en el piso? ¿Dónde está Morgan?
Mientras el genio se recuperaba y recopilaba los recuerdos, Steve revisaba el baño, el closet y las demás habitaciones.
-¡No está, Tony! -Exclamó entrando y pateando la puerta cuando comprobó.
Eso no le daba buenas vibras. Su hija no era de desaparecer, al primer llamado venía, más cuando oía a su papá con la voz de alfa.
Tony miró a Steve con el ceño fruncido.
-Ella estaba conmigo, me tiró de la cama, jugamos y lo último que me preguntó fue que era lo de mi cuello, luego... luego cerré los ojos pero lo último que vi fue a ella...
Esa fue la última vez que Tony Stark miró a su hija... sin darse cuenta, ese momento tierno se convirtió en una despedida.
¿Y qué es un padre sin un hijo? Nada... absolutamente nada.
Lo peor para Tony podía ser, no saber nada, cuando básicamente lo sabía todo. Lo único que no podía controlar era el bienestar impredecible de su familia al ser quién era.
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El Sol De Hydra
Fanfiction¿Qué pasaría si Hydra descubre que tiene un corazón llamado Morgan Stark-Rogers? Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Marvel. Solo la historia es mía. Prohibido cualquier tipo de plagio, adaptación y copia. Las imágenes no me pertenece...