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RJ no sabía qué hacer, no sabía si entrar y buscarla dejando sus deberes de lado, o, seguir fingiendo ante su propia alma y alfa interior que no le dolía en absoluto haber provocado un sentimiento de tristeza en Morgan.

Se paseó los dedos por su frente y luego ajustó los mitones. Un poco airado contra si mismo por ser un maldito patán sin control.

¿Por qué tuvo que abrir su boca? ¿No pudo callarse? Hasta un beso de parte de ella hubiese sido aceptable con tal de evitar que dijera aquellas estupideces. El estropicio fue culpa suya.

-¿Ella era la hija del jefe?

Las palabras del agente con habilidades de arquería lo despertaron de sus pensamientos. Dejó de mirar el arsenal de armas sobre la mesa para poner sus ojos en el rubio.

La mandíbula del alfa ejerció más presión y sus palmas se volvieron puños, se sentían demasiado apretados.

Por dentro, le quemaba que otro alfa ajeno a la familia y amigos cercanos, preguntara o se dirigiera a ella. Le molestaba que alguien más pusiera los ojos sobre la criatura más bonita que el mundo pudo donar.

Los alfas tendían a ser celosos a un nivel tóxico debido a su naturaleza. Temían y odiaban que otros pusieran los ojos sobre sus destinados cuando ni siquiera se habían acercado más que de manera posesiva a sus respectivas parejas dejando de lado e ignorando el romanticismo.

-¿Te importa? ¿A qué vienes aquí? ¿A mirar o a trabajar?

El rubio puso sus azulejos en blanco.

-A ambas cosas, ¿esperas que él esté ciego? -Murmuró la agente Alianovna ingresando un cartucho al revolver que le gustó.

Nathaniel tomó ese comentario con mucha gracia y el castaño miró mal a la pelirroja.

Decidió advertir más por él que por otra cosa.

-Cuando la hija del jefe pase frente a ustedes, tienen que volverse ciegos, sordos, mudos. Ninguno de ustedes puede acercarse, sino, se las verán conmigo.

La pelirroja miró con determinación al castaño, los ojos no engañaban, eran más sinceros que el corazón.

-¿Por ti, por ella, por el jefe o qué?

El castaño tomó un arma e hizo el ademán de apuntar la frente de la pelirroja. Era extrañamente alegre tenerla cerca aunque él no lo admitiría.

Es que ella, era, no sabía con certeza pero estando con ella, sentía calidez, un apoyo desconocido sin importar cuánto tiempo llevasen de conocerse.

-¿Qué puede importarte a ti? La regla de oro aquí es respetar a la ama y cuidarla. Mi lealtad es para la organización, el jefe y ella, ustedes deben elegir bien los haremos elegir bien.

Tiró el arma sobre la mesa y miró mal a Nathaniel.

El rubio era inmutable. No le tenía miedo a nadie.

-A ti no debe interesarte de más, la señorita Rogers. Porque si no al jefe le va interesar saber qué color es tu riñón.

Con esa última advertencia, salió de la bodega haciendo resonar sus botas con cada paso.

Solo quedaron ambos compañeros. La alfa miró sobre sus hombros con cuidado y se aseguró de apagar cualquier aparato que existiera dentro antes de cruzar comentarios con Nathaniel. Tal y como se lo habían indicado.

Sus gestos faciales no iban a delatarla. Reír como si no estuviera diciendo y señalando sus reportes para que nadie pudiera leer sus labios.

No conseguiría apagar las cámaras porque, antes de ser sospechoso, sería complicado.

Se inclinó de espaldas a la mesa mientras Nathaniel continuaba con sus tareas. Elegir armamento.

-Hay algo en ese chico que no me gusta -confesó mientras sonreía.

-Yo diría que nada de él. No me da confianza, se puso muy intenso cuando mencioné a la señorita Hydra.

"Alianovna" Enarcó una ceja.

-¿Y sí...?

El contrario negó.

-No. No creo... sería una sentencia de muerte para él y un evento desafortunado que echaría al caño todo lo que pretendemos.

La chica comenzó a pasear alrededor de la habitación con las manos en la cadera y la cabeza inclinada.

-Esta más difícil de lo que creí. Nos rodean más de trescientos soldados, ella prácticamente tiene la copia de Hydra como guardaespaldas y... carajo, recuerda que hoy llega Belova, la segunda mejor Widow.

El rubio se rascó la nuca y comentó lo único bueno que había sucedido.

-Al menos sabemos que está aquí. Kobik. Ya es algo, debemos compartir su estatus lo antes posible, antes de que él vuelva....

La alfa se dio la vuelta para mirar a su amigo.

-Sabes que eso no sucederá.

-Kobik, no tenemos la seguridad de que...

-¿Qué carajos pasa? -Rumlow entró tumbando la puerta de una patada.

Miró a los reclutas y aquellos reaccionaron de una forma natural dejando señas de que reían.

-¿Qué pasa de qué? -Indagó Kobik.

Rumlow observó su tableta.

-La habitación se quedó sin sonido. No funcionan las bocinas...

-Ni siquiera sabía que habían bocinas -comentó la pelirroja con serenidad y descuido.

Rumlow estaba refunfuñando mientras oprimía la pantalla de su aparato. Debía admitir que hacía lo mismo con todos los agentes nuevos, dejarlos solos para ver si sacaban su verdadero ser y demostraban a quiénes le eran leales.

Mientras estuvo observando a aquellos dos hablar, a través de su tableta, no vio nada fuera de lugar y se reían mucho, supone que no eran más que los miserables que dijeron ser cuando los encontró en aquellos callejones de Alemania.

El hombre alzó la mirada.

-Ni deberían saberlo -apretó sus dientes - no le digan a nadie -advirtió antes de marcharse.

Kobik miró a su amigo y cómplice.

-Hay que llamarlos.

-¿Cómo? Todo el maldito lugar es un punto visible.

-La habitación de nuestro objetivo no.

El rubio sacudió la cabeza negándose a arriesgarse de esa forma.

Estaban más que entrenados para todo y no tenía miedo pero estaban acelerando las cosas demasiado incluso más que la desesperación de aquellas personas que los enviaron.

Entrar a la habitación de Morgan sería peligroso. Sin dudarlo, la castaña llamará a  su seguridad y sin dudarlo, los partirán en dos.

-Es una locura -susurró alterado tomando el brazo de la alfa.

La más baja lo miró a los ojos.

-Todo en nuestro mundo es una locura, Nath.

Iban a terminar muertos pero al menos se irían con la satisfacción de saber que dieron más de lo que podían.

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En el próximo capítulo se tratará sobre el pasado.

Preguntaron qué había pasado con la verdadera hija de Hydra. Tendrán respuestas, se tardará pero es que tengo muchas cosas en la cabeza para esta historia y necesito ordenarlas porque quiero añadir mucho.

Lo siento si la alargó es que cuando tengo algo sobre la mente no puedo ignorarlo 😔

Ya mismo ando escribiendo el próximo capítulo.

Perdón si he andado inactiva, es que ando leyendo una historia exquisita y trabajando en mis historias personales.



El Sol De HydraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora