El Sol De Hydra

19

Steve golpeó el timón del jet una vez más, sus nudillos estaban llenos de sangre, desde que regresaron al complejo había estado sentado viendo a través del cristal, buscando su sol.

La idea no le fascinó en cuánto Tony se ofreció para acompañarlos, el plan desesperado que tuvieron por conducir un auto vía control remoto en lo que ellos llegaban les pareció bien.

Lo que no le gustó fue la forma impulsiva de Tony al acechar a la mujer que estaba con Morgan. Siendo sigilosos hubiesen tenido un rastro, posiblemente la dirección exacta de donde se encontraba su hija.

Pero Stark perdió el juicio en cuanto vio luego de tantos meses a Morgan. Lo único que pudo hacer fue intentar recuperarla de manera estúpida.

Fue algo descabellado, un plan sin inicio y sin fin. Imaginando que hubiese vencido a Edith, ¿qué pasaría con Morgan? ¿La niña correría hacia el auto contrario para entrar? ¡Obviamente no! ¡El genio no pensó eso! ¡Se descontroló!

Y Steve Rogers estaba enojado trataba de no estarlo pero se trataba de su hija. Y Tony no lo escuchó, no permitió que le advirtiera de las consecuencias.

Su jodido corazón estaba destrozado y el alma ya ni siquiera daba señales de seguir ahí.

Si su vida tenía continuación era por Tony, de lo contrario... estaría tres metros bajo tierra.

-Capitán.

Steve giró la silla para encontrarse con Maria Hill. La agente tenía una tableta y una cara que no le daba ánimos a nadie, ni siquiera si fuera a mentir.

-¿Qué?

El capitán no tenía los mejores ánimos, ni el mejor aspecto. Su pelo estaba largo, su cara ojerosa, la barba abultaba, su traje rasgado y desgastado... solo intentaba seguir.

-El jefe quiere verlo. A todos.

Steve no quería salir de ese lugar, no quería ver a Tony. Estaba muy enojado, en serio.

No quería enojarse pero es que el omega no se lo ponía fácil: estaba de necio respecto a su propia recuperación y andaba de impulsivo.

Al entrar en la sala de reuniones observó a Fury encabezando la mesa en silla de ruedas. Tony a regañadientes también estaba en una.

-¿Empezarán las competencias? -Preguntó Clint divertido refiriéndose a las personas en vehículos.

Tony le tiró un cacahuete a la cabeza.

-Silencio -pidió Fury mientras Hill le pasaba un vaso con agua.

Leamos la perspectiva de los héroes de aquella vez en el complejo a la hora de salvarse.

Meses atrás.

-Cap, no te duermas -pidió Clint, casi sin poder respirar. Llevaban minutos demasiado largos, ahí. Sentados contra la pared, juntos.

Steve no daba para más. Su cuerpo estaba desecho, podía tener ventajas por el suero para tener una recuperación favorable pero la sangre no se detenía, un charco que provenía de las hemorragias estaba sobre el suelo.

-Ojalá Tony esté bien -volvió a repetir. Solo eso podía decir. Y con dificultad.

La mujer de cabello castaño y traje con armas estratégicamente ocultas, se acercó al pasillo. Faltaban segundos para que todo volara, se aseguró de ser precisa, rápida.

-¿Quién eres tú? -Preguntó Barton, la hemorragia tanto como a él y a Steve le estaba quitando la vista, señal de que perderían el conocimiento.