El Sol De Hydra

15

Morgan estaba en medio del vestíbulo, recostada boca abajo, su padre le había obsequiado un libro para pintar e intentaba no salirse de las líneas al colorear.

Por eso se veía con el ceño fruncido, los labios en un puchero, estaba tan concentrada que no se dio cuenta cuando Yelena se sentó junto a ella.

-El césped es verde -opinó Yelena tocando el lugar donde le faltaba colorear a la castaña.

-Lo es.

Morgan sonrió y alzó la mirada para sonreír a la agente.

-Ya días no te veía, ¿dónde estabas?

Yelena había pasado alejada de Morgan por obligación, ya que antes de ver a la niña tenía que curarse.

Habían pasado dos meses desde lo sucedido. Los Vengadores no existían, el cambio era notable.

El orden del mundo estaba llenó de tinieblas, enviadas por Hydra. A fuerza... cambiaba y desechaba todo aquello que fuera inútil.

Hydra dominaba cada país. Manejaba todo a su antojo, era dueño y señor de todo lo que abarcaba la tierra.

Era cada día más feliz, junto a su hija, los días parecían cortos y bonitos. Como padre era bueno, le dedicaba tiempo a la pequeña, se comportaba correctamente y le brindaba lo necesario y lo que no.

Para Morgan solo existía él y nadie más. Con el tiempo el recuerdo de Tony se iba disminuyendo, al punto de no tener restos de él en su alma, ni cariño por él en su corazón.

Tony Stark no existía para la princesa de Hydra. Morgan Rogers era solo hija de Hydra, nadie cambiaría eso, gracias a los recuerdos extintos, el Capitán H podía gozar de la adoración de su hija para él solo.

-Ocupada.

Aunque pareciera tonto, Yelena tenía muchas ganas de colorear. Sucedía y no era raro, pues ella nunca tuvo la oportunidad de hacer ese tipo de cosas para disfrutar.

-Mhm... -La pequeña miró ligeramente a la espía y dijo -: ¿Quieres colorear? Me vendría bien tu ayuda, Yelena.

Yelena miró a los agentes a los alrededores y encogió los hombros. Morgan le pasó el color verde y en otra hoja empezó a trabajar.

-¡Oye, lo haces muy bien -felicitó la niña.

La rubia sonrió y la miró.

-¿De verdad?

-Claro.

-Es mi primera vez -dijo orgullosa Yelena.

-¡Lo haces de maravilla, mejor que yo que llevo haciéndolo toda la semana!

Yelena siguió pintando su hoja de dibujo junto con su amiguita.

-¿Y tu papá no está?

-No. Dijo que iría a Nueva York, me prometió volver en dos días -Morgan levantó dos dedos.

Yelena no le respondió pero ella la miró, llegó una idea...

-Tía Yelena...

-¿Qué? -La espía soltó el color.

-Quiero decirte tía. Te pareces a mi papá, pareces su hermana.

La contraria sonrió. Después de todo, esa niña sabía cómo entrar a fuerzas a su corazón.

-¿Y si tu padre se enoja?

Aunque Yelena no lo supiera, que Morgan la quisiera era una ventaja para que el Capitán nunca tomara represarias contra ella. Él jamás le quitaría a su hija algo que quisiera, sonaba muy hipócrita de su parte pero se entendía a que se refería.

-Él no se enoja conmigo. Me ama mucho -defendió la pequeña.

-Ok.

-Ok, tía Yelena. -Repitió la nena, feliz de ser parte de la vida de la mayor.

Y la mayor, estaba feliz de conocer a una niña que se sentía tan familiar. Después de tanto tiempo conocía la bondad personificada.

Y es que Morgan era y sería el ser más bueno que alguien quisiera conocer. Sería el sol de Hydra.

Poco después Morgan se llevó a Yelena a su habitación para platicarle del catálogo de Disney y de cualquier otra franquicia de dibujos animados mientras la maquillaba.

Aunque Yelena se resistió, ya quería a Morgan. Por ser la amiguita que nunca tuvo.

🖤🖤🖤🖤🖤🖤

-¡Placer tenerlo aquí, capitán. ¿En qué puedo servirle?

Rogers sonrió con ironía y diversión.

-Usted no me sirve a mi pero ni del alfombra, director. Pero, como en cualquier  contienda, se necesitan trapos para limpiar. Necesito que me de la localización del Doctor Zola.

-¿No lo envío usted a Suiza?

Rogers suspiró con amargura.

-No. Perdí las coordenadas gracias al imbécil de Rollings. Tiene que dármelas.

Pierce tramitó las coordenadas y se las envío a Hydra, todo mientras le platicaba sobre las nuevas normas para Nueva York, y posiblemente de todo a su alrededor.

Cuando se le acabaron los temas, Pierce preguntó lo siguiente:

-¿Cómo está su hija, capitán?

A Hydra le molestaba que los indignos hablaran de su hija. Morgan no era una niña corriente y mucho menos, no cualquier podía referirse a ella.

Hydra se arregló el auricular de su oreja y miró mal a Alexander.

Se acercó y su presencia hizo temblar al director.

-No le incumbe su estado, a mi hija no la meta en sus malditos pensamientos porque de ser así yo mismo le abro y le saco la mierda que tiene adentro.

Hydra golpeó el escritorio en advertencia, Pierce no se inmutó pero si se asustó. Por un momento se arrepintió de haberle hecho lo que le hizo hace unos años... pero se recuperó.

Rogers compartió con su gente las coordenadas para empezar a rastrear al doctor Zola.

El rubio salió del edificio junto con los agentes que lo resguardaban, se encontró con muchas personas. Todas dándole tributo a la enfermedad que eran Los Vengadores.

Uno de los agentes le dio una gorra y un par de gafas oscuras. Se coló entre las personas a las cuales ya detestaba.

-Señor -lo llamó una voz femenina cuando se había alejado de la ola de personas.

-¿Qué tienes para mi?

-Al doctor Zola. Creo que le gustará saber sobre su trabajo más reciente.

Le abrieron la puerta de la camioneta, estando adentro Hydra se quitó los accesorios que cubrían su imagen.

-Dile a tu padre que supervise y me reporte si es estable. No quiero errores.

La transmisión se cortó. El rubio se puso el cinturón y ordenó que lo llevaran a la pista de despliegue. La aeronave estaba disponible para salir en cuánto él quisiera.

Iba con una sonrisa en los labios. Tenía una corazonada de lo que tenía Zola, y sabía que era justo lo que él tenía en mente.

La recreación del suero del supersoldado. Con una dosis extra sería suficiente.

Quería ser invencible, quería hierro por su cuerpo y un envejecimiento más lento. Necesitaba cuidar a su hija, y el suero sería de gran ayuda para protegerla mientras viviera.

¿Estaba loco? Probablemente. Pero amaba a su pequeña Morgan.