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Él era el encargado de adiestrar a los nuevos reclutas. De informarles lo estrictas que eran las reglas y las consecuencias de no cumplirlas.

-No quiero que se metan en problemas porque quien pagará sus errores seré yo, y yo le cobraré los suyos a sus familiares, ¿estamos de acuerdo? -Preguntó Rumlow con las manos bajo la espalda y la mirada gélida.

La pelirroja que estaba frente a él tenía la intensidad de la noche pero por más que buscara en su reflejo, no obtenía nada.

Usaba una capa, le funcionaba muy bien. Se sentía receloso al respecto.

-Agente Alianovna.

La pelirroja alzó la mirada.

-Agente Rumlow.

Era una chica alta de dieciocho años, con los ojos azules, la seguridad sobre sus movimientos y el miedo detrás de sus pasos.

-Agente...

-Nathaniel, solo Nathaniel -avisó el rubio. Estatura alta, cabellera rubia, ojos azules, cuerpo atlético con flexibilidad.

-Eso iba decir -murmuró Rumlow poniendo los ojos en blanco.

Nathaniel observó a su compañera. Con descendencia rusa, heredera de las habilidades de sus padres. Una de las mejores agentes que cualquier organización quisiera tener.

-Bien, ahora quiero que me repitan las reglas...

-¡No me importa lo que te haya dicho mi padre, no vas a ir conmigo! -Exclamó la castaña siendo perseguida por Boyle frente a los nuevos integrantes seleccionados para el cuerpo estudiantil de la organización.

-¡Escúchame, mocosa insolente, aparte de ser un dolor en mi culo, eres mi responsabilidad! -El alfa detuvo a la omega sosteniendo su brazo haciéndola retroceder.

Morgan le dio un manotazo a RJ, estaba cansada de la actitud tosca que tenía el castaño con ella. Se pasaba deshaciendo por caerle bien pero ya no iba a humillarse y someterse.

Lo miró con desagradó, se inició una batalla reñida sobre quién miraba con más fastidio al otro.

-No soy tu responsabilidad. Así que, puedes irte o haré que te vayas por la fuerza -. Era la primera vez que la joven insinuaba el poder que sostenía.

Pero, RJ no sé inmutó. Su alfa interior le exigía estar cerca de la omega muy a su disgusto y aunque él no lo sabía la certeza de no poder vivir sin ella lo dejaba intranquilo.

El joven se cruzó de brazos y por primera vez, teniendo a la ama de Hydra delante de ella se rio, de forma irónica pero lo hizo.

-Inténtalo. No todo puedes tener en esta vida, niña. No eres presa sin embargo no tienes libertad.

Morgan se sintió muy mal al saber que la única persona que estuvo con ella desde su infancia aunque sea con dificultad, le había dicho lo que tanto le dolía pensar.

Algo se rompió dentro del muchacho al ver como los ojos de la omega se apagaban dejando un ligero sentimiento de decepción.

Prefería mil veces que lo mirara con odio a tener que decepcionarla. Por dentro, sus venas se quemaban y su sangre dejaba de pasar por su cuerpo.

Sintió cómo le golpeaban el pecho por mantener a su futura omega con desdicha y tristeza.

RJ no mentía, podía andar por toda la fortaleza pero se sentía en un encierro repugnante. Amaba a su padre con locura pero no toleraba sus métodos de seguridad.

Con frecuencia la pedía permisos que consistían en conocer el mundo pero Hydra alegaba que él único mundo que ella debía conocer era el que él le presentaba.

El Sol De HydraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora