El Sol De Hydra

10

Ataque

-Deja de lastimarte.

Stark cerró el objeto que colgaba de su cuello y miró a Romanoff. Sus ojos no brillaban, el cristal era debido a las ganas constantes de llorar.

-Es que... no quiero olvidar la alegría que tenían sus ojos y que posiblemente se ha apagado.

Me dio sonrió y suspiró.

-Estoy cansado, Nat. Solo estoy a la misma altura, bueno casi a la misma altura que tú, gracias a Steve.

Nat se rio.

Tony medio lo hizo. Habló con el tono más triste que una persona podía utilizar. Cualquiera que estuviera cerca lloraría.

-No puedo comer, no puedo dormir, no puedo pensar.

Cerró los ojos ligeramente.

-Y pierdo las esperanzas con cada minuto que pasa, porque cada minuto podría ser uno menos para mi hija. No sabía que ser padre dolería tanto.

Natasha subió su mano al hombro del hombre que tenía frente a ella y lo apretó.

-Juntos volverán encender el brillo de Morgan.

Ambos intercambiaron miradas de esperanzas y comenzaron a caminar en dirección a las oficinas.

-Me comentó Steve que la búsqueda se trasladó a Alemania, ¿por qué?

El millonario se puso las manos en la espalda en un nudo y miró con una sonrisa a su amiga.

-Tengo una corazonada. Después de ordenar mi mente, cosa que me costó, creí que sería prudente buscar en el lugar donde nació la organización que más ha renacido entre sus cenizas todos estos años.

La pelirroja suspiró.

-Por primera vez creí que esto no se trataba de Hydra.

-En un principio lo pensé. Desde la muerte de SIM...

Romanoff detuvo su caminado y el genio por instinto la imitó.

Se vieron a los ojos.

-Tony, sabes que no me equivoco en nada cuando tengo presentimientos. El día que nos dieron la noticia sobre  SIM...

Un fuerte estruendo los puso alerta, todo el piso se movió y casi cayeron.

Ambos voltearon a ver el ala sur del otro lado. Se quedaron petrificados cuando vieron el humo por doquier y el fuego penetrando gran parte de ese sitio.

Tony miró a Natasha y ambos corrieron de vuelta por donde venían. Stark tocó su reactor y fue envuelto, tomó a Widow de la muñeca y volaron hasta el lugar de los hechos saliendo por el techo que los tapaba.

La mayoría de los agentes del departamento estaban atrapados bajo los escombros.

Algunos reclutas nuevos los acompañaban y estaban siendo presos del pánico. Gritaban y no paraban de toser, algunos con dificultad.

-¡Tú saca a los que puedas, no te quedes mucho tiempo, te faltará oxígeno! ¡Buscaré posibles amenazas! -Le dijo el genio a Natasha a traves del intercomunicador.

Natasha comenzó a movilizarse mientras llamaba a los demás por su intercomunicador. Tony con ayuda de Viernes apagaba el fuego ligero de algunas esquinas.

La arquitectura de ese lado se estaba volviendo añicos. No resistirá mucho tiempo.

-Llamada del Capitán, señor.

Viernes le dio pasó a la solicitud de Steve, en la pantalla de la armadura apareció la foto de Rogers.

-¿Tony, dónde estás, estás bien? -Se escuchó por todo el casco.

Stark levantó un muro envuelto en humo que tenía preso a un agente y otro vino a ayudarlo para llevárselo fuera.

Con una de las habilidades de su armadura apagó el incendio pero luego de dos minutos renació.

Esquivo los balazos de una pistola que automáticamente se disparó.

Levantó a una mujer y volando por la oscuridad gris la sacó y regresó.

-Estoy bien cap, deberías mover tu trasero y venir ayudarme.

-Tony... no estamos solos...

-¿Qué? -Stark ladeó el rostro.

Antes de responderle a su esposo se centró en un ruido ordinario.

Volteó a donde ya no había pared y se encontró con tres helicópteros rodeando el ala sur del complejo, esa misma donde estaba él.

En medio del techo caído, agentes heridos y muertos, con fuego de por medio y humo, pudo reconocer los ojos del hombre que guindaba de una escalera que provenía del vehículo de en medio que navegaba por el aire.

El castaño tomó la pose de superhéroe que le indicaba a cualquier contrincante que no estaba dispuesto a retroceder.

Y cuando le pidió a Viernes darle más enfoque a su cara. Lo supo, supo gracias a esa sonrisa sádica que él se había llevado a su hija.

-¿Cuál es el plan, jefe?

Tony apretó los puños de sus guantes.

-¿Atacar? -Preguntó la IA cuando su jefe no contestó.

-Matar.

No sabía que carajos planeaba Hydra con todo esto, o por qué se quería vengar de ellos pero si sabía una cosa: Era el puto Tony Stark e iba vengar a su hija, y no soltaría a Hydra hasta que se la devolviera y solo lo sacaría de ahí en un féretro.

Hydra se dejó caer y gracias al impulso llegó hasta Stark. El humo a su alrededor lo hacía ver imponente, él era caos pero Stark por su hija era el mismísimo diablo.

-¿Me extrañaste?

-Ni un puto segundo -murmuró Tony, alzando el guante y lanzando el primer ataque pero Hydra lo esquivo con su escudo.

-¿Sabes quién si te extraña? Mi Morgan. Bueno, creo que ya ni se acuerda de ti.

El corazón de Tony se volvió loco, la irá lo inundó y rogó que no se fuera porque con ella tendría el valor para matar a ese desquiciado.

El ardor del enojo lo estaba consumiendo y la adrenalina resurgió por sus venas. Los músculos se tensaron.

Si bien ese Hydra era imponente como un dios, y tenía casi la misma fuerza de su Steve. Tony era padre y un padre hacía y sacaba fuerzas por sus hijos de la forma más alocada posible.

Hydra caminó con arrogancia por el corredor del espacio que le tocaba y Tony le pedía a Viernes aprender su patrón.

-¿Qué vas hacer Stark? -Preguntó el Capitán riéndose del genio.

Lo estaba provocando para sacarlo de quicio.

-Matarte.

Tony se alzó y Hydra elevó su escudo. El propulsor y el escudo chocaron entre si, iniciando una de las peleas más memorables del universo.