Capitulo 23:Por un beso

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Capítulo desbloqueado 😊😊😊❤️❤️❤️

Mis oídos escuchaban la gente hablar, los cubiertos chocaban contra los platos, el sonido del cuchillo cortando la carne y precisamente esa carne en mi plato enfriándose, seguido por una mirada interrogativa de Salvatore me tenían al borde del colapso. Me pidió que comiera pero yo no tenía apetito, más bien tenía náuseas y solo quería irme de ese lugar. Tras tomar un sorbo a su agua carbonatada me preguntó qué era lo que había pasado y yo mirando distraída los coches pasar respondí.

— No ha pasado nada

— Estuviste a punto de matar a tu madre.

— Si, es verdad. Si no hubieras llegado, ahora estaría muerta.

— ¿Cómo es posible que lo digas así con esa frialdad? Aitana, no estás bien y Alicia tampoco lo está. Solo intento ayudarlas.

Sonreí con burla y recostándome con desdén sobre el espaldar de la silla, chisté.

— ¿Hasta cuando seguirás en esa lucha absurda por querer follarte a Alicia?

Salvatore se quedó callado y pensativo. Algo en él tampoco andaba bien. Sus labios callaban lo que sus ojos querían gritar pero aún no lograba descifrar que era. El silencio se volvió incómodo pero no por mucho tiempo.

— Te confesaré algo que aún se me hace difícil de aceptar quizá por pena, confusión, no sé aún que siento exactamente. En un principio sí me gustó Alicia, de hecho creí estar enamorado, pero luego me di cuenta que no era así. Alicia solo fue ese eslabón que necesitaba entre lo moral y quien soy. No dejo de pensar en otra mujer, es una mujer que simplemente no sale de mi mente y no hay día en que no quiera decirle lo que siento pero hay muchas cosas que nos separan. Primero quién soy yo, y luego quien es ella. El amor es difícil, es jodido pero es inevitable. Alicia es solo mi amiga, lo comprendí hace mucho y solo quiero que tanto tu como ella sean felices. Ahora..., supongo que me resta quedarme solo, el amor no creo que se haya hecho para alguien como yo. Mi ex esposa me engañó, me fue infiel hasta cansarse y luego me enamoro de un imposible, si que es jodido el amor. Pero al menos deseo que otros si sean felices.

Otro golpe al corazón se aglomeró en mi pecho. Era evidente que el se enamoraría de cualquier mujer menos de mi. Otra, otra mujer que no era mi madre ahora era quien robaba sus pensamientos y su corazón. Yo solo era algo así como su proyecto humanitario. No quería llorar, no quería verme débil frente a él. Bajé la mirada y apretando fuertemente mis manos suspiré y seguido me decidí a sincerarme ante él y convencerme de que aquella cena sería la última vez en que Salvatore y yo estuviéramos tan cerca.

— Aitana, solo quiero que confíes en mí. Entender porqué haces lo qué haces. Porque odias a tu madre, deseo poder ayudarte a dejar todo eso atrás.

Había perdido toda esperanza, toda ilusión de ser algo más que una pobre infeliz que necesitaba ayuda. Perdí la fe en el amor, perdí el deseo de conseguir que Salvatore se fijara en ese pequeño destello de amor que mi corazón sintió por él desde el primer momento. Era cuestión de tiempo para aceptarlo. Pero ahora que lo había aceptado el corazón se enfrió y la oscuridad comenzó a asentarse. Era tan perfecto, Salvatore era todo eso que quería en un hombre. Yo era tan imperfecta, estaba tan rota..., solo me quedaba asumir que ese en efecto era mi realidad. Lo miré y dispuesta a liberarme comenté aún algo ida.

— Si no hubieras llegado, Alicia estuviera muerta pero yo estaría liberada. Mientras ella respira, yo agonizo porque Alicia Cariddi es la representación viviente de mi infierno. Recuerdo el día que me adoptó, pensé que era lo peor que me pasaría y joder..., me había quedado corta. A veces me pregunto que sería de mi vida si ella no lo hubiera hecho. Que sería de mi vida si Alicia no hubiera aparecido en mi vida. Tal vez seguiría huérfana pero ese sería el único vacío que tendría y quizá formando una familia podría llenarlo. Pero ahora no solo sigo sintiéndome huérfana, sino también cargo con un infierno en mi interior. Desde ese día en que llegue a su casa, mi vida cambio totalmente. Una madre debe cuidar y proteger a sus hijos..., pues en mi caso no fue así. Resulta que yo siempre soy quien tiene que salvar a los demás pero nadie me salva a mi. A los doce años, tuve que convertirme en la mujer de mi padre para que no le hiciera daño a Alicia. No sirvió de nada porque aún así, siguió golpeándola y humillandola pero al menos no tuvo que pasar por lo que yo pasé. Me violaron cuando aún ni siquiera sabía de que se trataba el sexo. Sólo me resto callar, soportar y fingir que nada pasa. Por eso quiero matarla, porque así dejaré de ver su rostro y sentir el odio que siento. Quiero matarla para liberarme de estar todo el tiempo entre dos sentimientos opuestos. Quiero matarla porque si..., envidio todo lo que ella tiene y lo que es. Ella tiene felicidad, tendrá un hijo y también un hombre que la ama. Yo en cambio no tengo nada y todo por salvarla a ella cuando se supone que fuera ella quien me cuidara. — Sonreí aún algo atontada por los efectos del éxtasis que tomé en el baño sin que él se diera cuenta. — Mentí..., aquella vez que me llevaste a tomar ese café en tu casa. Creo que fue la única vez en la que he mentido tan descaradamente.

Para no decirte adiós  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora