Capitulo 39: El privilegio de amar

1.4K 227 111
                                    

Actualización de los miércoles 😃😃

Llegamos en menos de media hora hora a la casa de Salvatore. Iba a toda velocidad con el semblante enojado y un silencio sepulcral. Al llegar a la casa, me quedé impactada. Todo estaba decorado con hermosas flores y velas por doquier. Dejando las llaves sobre la mesa de entrada, luego de quedarse callado por unos segundos, Salvatore comentó.

— Cuando me divorcié, pensé que no tendría necesidad de volver a amar a alguien. De hecho, me propuse no hacerlo. En ese instante en el que pensé que podía incluso dominar mis sentimientos, llegaste tú.

Me quedé callada y él también lo hizo por un momento. La verdad es que yo era experta en joder momentos y creo que ya había jodido uno y grande. Su mandíbula estaba tensa, su rostro serio pero al mismo tiempo frustrado y luego de mirar algo distraído las flores y las velas que seguramente estuvo colocando con emoción y al mismo tiempo miedo, comentó.

— Tienes razón, puedo cogerme a la mujer que quiera. De hecho, puedo escoger de todos tamaños y bellezas, colores, nacionalidades e incluso puedo darme el lujo de elegir modelos famosas o reinas de belleza. Si..., podría llevarme fácilmente a la cama una mujer distinta cada día.

— No tienes que recordármelo

— ¿Podrías solo callarte y escuchar?— Resopló — Irónicamente, tengo la posibilidad de follarme a la mujer que se me dé la gana y sin embargo, la única mujer que me importa, la única mujer que deseo follarme, la única mujer que me pone, que deseo con locura y a la única que me interesa tener en mi vida, esa mujer, se considera tan poco que no se da cuenta que ella es todo lo que quiero. Aitana, eres la mujer que amo, quiero que lo entiendas, quiero que entiendas que pueden haber cientos de mujeres, sólo tengo corazón para amarte a ti. ¿Tienes el regalo que te envié?

Asentí con la cabeza solloza. Jamás nadie me había hablado así, con tanta profundidad, con tanto amor y verdad en sus palabras. Sus sentimientos tocaron fondo en mi corazón. Encerré mi inseguridad por un momento en esa mazmorra donde también estaba encerrada esa otra yo que no pensaba y solo actuaba. Saque la llave de mi bolso y dándosela respondí.

— ¿Qué abre esa llave? Me encantaron las flores pero no sé qué significa la llave.

Salvatore sonrió y acercándose a mí besó mis labios con dulzura y su olor se quedó impregnado en mi nariz erizando mi piel.

— Esa llave abre la puerta de la que si así lo deseas, sería tu nuevo hogar. Tenía miedo..., más bien tengo miedo porque la última vez que le abrí las puertas de mi hogar a una mujer, me traicionó. Tal vez no de la misma intensidad, quizá no al mismo nivel que tú, pero también he tenido que tragarme miedos, dolor y seguir fingiendo una sonrisa ante una sociedad que solo juzga por la cantidad de ceros que tiene mi cuenta bancaria y el físico de la mujer que tenga al lado. Sería el hombre más afortunado del mundo si no solo aceptas vivir conmigo, sino que también te convencieras de una vez que eres la mujer de Salvatore Bianco, la única que le roba mucho mas que el pensamiento.

Aún cuando de cosas serias se trataban, él lograba hacerme reír. Sonreí y tenue miré la llave con un pánico horrible. Mudarme con él significaba dar un paso que no tenía vuelta atrás. Con la voz entrecortada y las piernas temblorosas, pregunté.

— Quieres..., ¿Quieres que me mude aquí contigo?

— Nada me haría mas feliz.

— Si me mudo..., si lo hago ya luego no podrías sacarme.

— No tendría porque hacerlo, más bien viviré cada día con miedo a que un día decidas irte igual que..., en fin, siempre rezaría para encontrarte a mi lado.

Para no decirte adiós  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora