A lo especificado por Bryan, éste pasó por Candice exactamente a la hora señalada.
Cuando el pelirrojo la vio salir por la puerta de la recámara, miró de pies a cabeza el atuendo de su prometida, y lógico, inmediatamente, en su rostro se reflejó que no había sido de su total agrado, pero como presentía que su relación pendía de un delgado hilo, Bryan prefirió halagarle tanto su vestido como su arreglo personal.
Tomando bolso y abrigos, mujer y hombre dejaron la habitación.
Minutos más tarde, se les vio abandonando el hotel.
A sus afueras y sobre la avenida, les esperaba el auto particular que los transportaría hasta la carísima y extravagante Mansión de la Familia Gates en el condado de Brooklyn.
Por supuesto, el arribo de la pareja causó sensación; y con orgullo, Bryan presentó a su prometida con todos los ahí presentes.
Después de un buen rato, a Candy le empezó a doler la mano de tanto saludo recibido y la mandíbula de tanto fingir las sonrisas.
Aún así, la velada avanzó; y para la rubia estaba resultando un verdadero martirio, ya que su futura suegra, hipócritamente, no dejaba de presumirle con los invitados.
No obstante, cuando estaban a solas, la dama mayor no perdía oportunidad de reprocharle por lo bajo el no llevar puesto el vestido azul que ella le hubo escogido.
Y es que, precisamente, el vestido que la rubia llevaba esa noche no era ni el rojo que la hermana de su prometido le había hecho llegar también, sino uno en color negro ceñido hasta la cintura y faldón amplio y que no le restaba belleza, todo lo contrario, llamando con ello, la atención de muchos, principalmente de los hombres, cosa que a Bryan le empezaba a incomodar y mayúsculamente al no haberle podido sacar la verdad del por qué había escogido justamente ese color.
Aunque en el interior de la rubia, la respuesta era que lo había hecho en solidaridad a su amigo el cual estaba de luto.
Con envidias mal disimuladas de algunas mujeres por la belleza, carisma, pero sobre toda la inteligencia de la rubia, los elogios de los hombres, la bien planeada y organizada cena, los brindis, los buenos deseos que Candy le transmitía a Terrence y una que otra demostración de cariño que Bryan le proporcionaba... la Navidad de ese año... llegó a su fin.
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NAVIDAD SIN AMOR
FanfictionCorría el año 2009; año en el que empecé a formar parte del Mundo de Candy Candy. Terryfics, un yahoo grupo en aquel entonces, abrió una convocatoria en el que me animé a participar. Lo hice con un minific titulado NAVIDAD SIN AMOR que luego de habe...