Tal vez durante ese finde pueda ocurrir. Llevo casi un mes pensando en ello, pero si se le dan muchas vueltas no queda bonito esto. ¿Quién querría entrar en un recinto a reventar de gente y que seguramente huela de forma bastante regular? Puesto sobre el papel, suena muy mal, las cosas como son. Y, sin embargo, me ilusiona por las posibilidades que tiene. Tal vez ahí... Tal vez ahí se encuentre esa persona. Ah, rayos, vuelvo a estar pensando en lo mismo... La música me controla, eso desde luego. Ponme una canción ñoña, y así estaré, o estaré en las nubes intentando ver ese escenario desde lo alto.
Más se acercaba el fin de semana, más me sentía como un niño chico, encima justo por la llegada de un finde, cuando hace tiempo habían perdido lo especial para mí. Incluso me ponía a sonreír un poco mientras deliraba imaginando hipotéticas situaciones bonitas antes de dormir, cómo no. Pero estaba bien. Me gustaba estar así. Tenía bastante seguro el hecho de que ninguno de esos escenarios iba a hacerse realidad, pero fantasear es algo bonito, y no lo iba a dejar de hacer para una ocasión que podía hacerlo.
La noche anterior incluso me costó un poquito dormir a causa de los nervios. La última vez que estuve así fue hace más de dos años enteros, me hacía falta ya revivir algo así. Una emoción de niño, inocente pero más fuerte que cualquier otra. Quería volver a poner los pies ahí dentro y disfrutar como antaño lo hice, llevando ese característico cartel mío que daba sonrisas y desgracias por igual, a pesar de ser selectivo y no obligatorio.
A su vez, me trae fortuna a mí cuando funciona como es debido. Me sé de varias personas que, de no ser por él, jamás habría conocido, y ahí siguen. Y podría ser esta la siguiente situación. Sería algo realmente interesante y provechoso. Hacía ya tiempo que necesitaba un cambio de aires que consistiese en ir conociendo a alguien. Iba con las expectativas bajas. De hecho, iba más por pasármelo bien sin más con los míos antes que para conocer a más gente, aunque si esto último ocurría tampoco me iba a quejar.
Ya despierto, voy camino a ese evento que tantas expectativas estaba creando desde el mes anterior. No creo estar columpiándome demasiado si digo alto y claro que todos tenían muy claro que esas expectativas que estaban creando no se iban a cumplir en absoluto y que era vender humo en su inmensa mayoría, pero todos queríamos, a su vez, que nos callasen la boca y que cumpliesen todas esas expectativas. Más encima por ser en ese recinto donde se celebraba el legendario evento que se llevaba a cabo todos los veranos, que servía como refugio y a su vez como lugar de jarana para tantísimos. Venía gente de fuera, incluso, y no solo los vecinos que podían venir en barco, sino los que ya tenían que ir sobrevolando las nubes. Tal era el caché que tenía. Nadie quería que se mancillase aquel lugar con algo que no diese la talla, menos aún de intentar vender tanto humo a tanta gente.
Y entré ahí, gracias a esa entrada que conseguí por haber ido al evento anterior donde las regalaban, en el que vendieron por todo lo alto esto. Di unos cuantos pasos más desde la entrada y saqué ese cartel y me lo puse colgando del cuello. Luego, continué caminando como si ni siquiera existiese el susodicho, mientras me ponía a observar todo lo que había por los alrededores, reviviendo aquellas memorias que estaban sepultadas desde hacía un par de años e incluso más. Incluso el olor era similar, lo cual no sabría decir si es bueno o malo, realmente, pero nostálgico desde luego que sí.
Ese cartel atrajo la atención de bastantes personas, llegando muchas a interactuar conmigo debido al mismo y causando las merecidas risas y unas cuantas sorpresas que parecían aterrorizar. ¿El cartel? Aquel que ofrecía mi negrísimo humor al público, volviendo a colocarme en el trono de esa categoría por palabras de los demás. No iba a quitarles ese gusto ni el mérito a mí mismo, aunque creo que ese título estaba ligeramente inflado para lo que realmente hacía.
Las primeras horas realmente tampoco paseé demasiado por el recinto, ya que me iban parando bastantes personas por culpa de ofrecer también trucos de magia, aquellos que llevaba ya poco más de un año practicando pero no había sacado a relucir todavía. Me llegaron incluso a dar propina, quién lo diría, habría hasta recuperado la inversión económica que les hice en su día. La verdad es que, a pesar de no estar disfrutando como debería disfrutarse sobre el papel, me lo estaba pasando como un niño.
Varias personas llegaron a pedirme alguna red social mía para seguirme y ponerse a hablar conmigo. Aunque solía ser algo que duraba muy poco, a veces se mantenían fieles e incluso interactuaban conmigo. Eso era lo agradable, un poco de interacción sana.
Y después de ese primer día y se hizo de noche, empezó una de esas interacciones sanas por parte de una de las muchachas que me llegó a parar para ambas cosas que yo ofrecía en ese recinto. Lo que podría haber sido un intercambio de frases totalmente superficiales como "¿Y dónde estudias?" se fue desarrollando hasta llegar a hablar de cosas que no pensé que acabaría hablando con una extraña a la que ni siquiera había preguntado el nombre, que tampoco me importaba hasta que me percaté de lo hilarante de la situación.
Cuando el tema se calmó un poco, fue cuando le pregunté por su nombre. Se rio, me lo dijo y, seguidamente, me dio las buenas noches de forma ligeramente tierna y así, se fue. Pensaba que ahí se quedaría, pero no. La mañana siguiente me dio los buenos días, nos volvimos a ver e incluso nos pusimos a charlar juntos.
Ya estaba empezando a pensar como al principio de la canción ñoña.
![](https://img.wattpad.com/cover/290210114-288-k107e05.jpg)