Terminada • Subiendo extras (Editando extras)
¿Cuánto necesitamos sufrir para aprender algo tan simple?
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Quién diría que amar es muy difícil, yo pensaba que el amor era fácil como lo plasman las películas y libros: Un amor descomunal y sin fro...
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—Vine en mal momento, ¿Verdad? —pregunta Sebas en la puerta.
Me dirijo hacia él y cierro la puerta ─Sebastián entra antes que cierro esta─, agarra mi teléfono como si fuera el de él y se echa boca abajo en la cama.
—¿Elek? —pregunta, Elek asiente— ¿Cuáles son tus verdaderas intenciones con la pequeña bola amarilla de mi prima?
Elek suelta una risa antes de responder.
—Ser un amigo para ella —afirma.
—Los apodos no dicen lo mismo —insinúa mi primo—, Cereza y tonto no le dices a tus amigos.
Lo golpeo con un cojín a la cabeza mientras pongo mis piernas sobre su espalda.
—Qué agresiva —se queja pellizcándome el muslo—, ella necesita amigos agresivos, ¿Eres agresivo? —bromea.
Niega con la cabeza mientras se ríe junto a mi primo.
«Estos de aquí ya se hicieron amigos...».
Cuando las risas de ambos cesan Elek vuelve a hablar.
—Créeme que ella no es nada agresiva —habla—, cuando nos juntábamos parecía una niña de tres años —se ríe.
Me hago la ofendida cruzándome de brazos y bajando mi cabeza para utilizar mi cabello como cortina.
—El apodo de tonto te va muy bien —refunfuño.
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—¿Qué tiene mi cereza? —es la única frase que logro escuchar por parte de Elek.
Agarro un cojín y lo pego a mi cuerpo.
Hace una semana que estamos así, Elek por lo general habla por las noches con Sebas ─ya hasta creo que se volvió costumbre reunirnos los tres de esta forma─, a veces lo hace en la mañana como hoy.
Los pongo al tanto, esto del virus se ha agravado aquí y aún así, mis papás decidieron salir a trabajar porque mis tíos les consiguieron trabajo, yo sigo estudiando ─eso no ha cambiado en nada─, pero mis primos también están saliendo y me preocupa de alguna forma...
Las personas se toman muy a la ligera esto del virus, hasta mis papás, sin embargo, no puedo hacer nada para cambiar sus pensamientos, y eso es lo que me abruma en estos momentos, no puede dejar de pensarlo y seguir pensándolo si existiera la mínima, la más mínima posibilidad que mis primos o tíos mueran...
No, no, no puedo pensar de esa forma, no ahora.
Regresemos al inicio de todo esto...
Durante estos días que nos hemos reunido los tres por las noches, nos hemos reído, comentado sobre nuestro día, hemos estado siendo partícipes de pequeños juegos rápidos o por internet y hasta hemos criticado a famosos por cómo van vestidos.
