Capítulo 1: Desconocidos.

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[Definición del nombre Seraphina: Versión femenina del nombre latín Seraphinus, del hebreo Seraphim, que significa "fogoso" o "quemando". Según la teología católica, los serafines son los ángeles del amor, la luz y el fuego que rodean el trono de Dios.]

[Definición del nombre Charlie: Del germánico cheorl, "Hombre libre"].

8:00 hs. - Londres.

Charlie Weasley abrió lentamente un ojo. Jamás había sufrido tanto dolor de cabeza. Y su estómago estaba por despedir todo el alcohol que había tomado la noche anterior. Se preguntaba "¿Dónde diablos estoy?", no recordaba absolutamente nada de lo que sucedió durante la madrugada. Se desperezó, y se dio cuenta que a su lado había alguien.

Entonces se sentó en la cama de golpe, haciendo que su cabeza palpitara aún más. Con esa terrible punzada en la frente y los ojos cerrados, respiró profundo, y lentamente miró hacia su costado. Porque lo importante en ese momento era saber quién se encontraba junto a él.

Allí estaba ella. "La Novia". No, su novia. "¡Por Merlín! ¡Ni siquiera tengo una relación!" se dijo pensando en su adorada libertad.

Ella era una mujer vestida de blanco. Aún tenía puesto el vestido, el tul rodeando su exuberante cabello rubio lleno de rulos y las medias algo rotas con portaligas. "¡Que sexy es!" pensó Charlie.

Él no veía su rostro completamente nítido, porque entre el cabello, el tul y capa de maquillaje que lo cubría por completo, le era difícil distinguir sus rasgos. De sus ojos chorreaba rímel negro surcando sus mejillas. El lápiz labial rojo fuego, hacía que se viera como un payaso ya que se desparramaba hacia todos lados por fuera de sus labios entreabiertos.

Charlie no podía creer que se había acostado con una novia. Ella debería haber despertado con su esposo. No con él. "¡Maldición!, ¿Y si su marido la estaba buscando? ¿Y si entraba de golpe y los veía ahí mismo en esa cama? ¿Qué hacer en este momento?". Pues lo mejor que siempre hizo cuando una mujer se tornaba peligrosa. HUIR.

11 hs. (veintiún horas antes) – Beauxbatons. Francia.

Seraphina Brook siempre fue la niña mimada de sus padres, debido a que llegó cuando ellos pensaban que iban a pasar el resto de sus vidas solos.

Como única hija Fini, así la llamaban sus padres y amigos, recibió absolutamente todo lo que quiso. Desde hermosas muñecas siendo una tierna niña, hasta automóviles de lujo apenas se hizo adolescente.

La familia Brook era una prestigiosa familia de magos de sangre pura. Vivían en una isla privada perteneciente a Francia. Por lo que Seraphina asistió a la academia de magia Beauxbatons.

Pero tanto sus padres, Solange y Kyle Brook. Como ella, eran provenientes de Reino Unido y se mudaron a la isla, siendo Fini recién nacida.

Allí ante los lugareños, decidieron hacerse pasar como muggles. Simple comodidad le explicaba su madre con una sonrisa. Debido a eso las varitas estaban prohibidas en la residencia de los Brook. Por ello Seraphina solo realizó magia en el colegio.

Fini había finalizado su último año en Beauxbatons. Y sus compañeras y mejores amigas, estaban ansiosas por salir al mundo y demostrar cuan buenas brujas eran. Pero ella vivía el peor momento de su vida.

Sus padres, sí le daban todo lo que ella quería. Pero también eran exigentes. Y al ser muy mayores, decidieron que ella tenía que casarse. Por eso, como en diversas culturas del mundo, arreglaron su matrimonio. Y apenas ella egresara de la escuela, iría a conocer a su prometido.

"Por Merlín... ¿cómo voy a casarme con un hombre que no amo? Ya ni digamos que no conozco. No sé ni quiera su nombre. Esto es ridículo." Pensó afligida tirada boca abajo en cama de la habitación y con un almohadón sobre su cabeza. Sus amigas la miraban preocupadas, sentadas a ambos lados de la joven. De hecho ella no quería casarse nunca jamás.

- ¡Oh! Fini. No te puedo ver así. ¿Por qué simplemente no piensas que tu prometido es increíblemente guapo y de mucho prestigio? – le dijo Anabel una hermosísima bruja de ojos celestes y brillante cabello rubio.

- Porque no me interesa casarme. -

- Bueno pero quizás lo ves y te enamoras. – comentó Giselle, una preciosa bruja de cabello negro como el carbón, y almendrados ojos chocolate.

- Chicas... yo las entiendo... ustedes me quieren poner de buen humor. Pero ya es tarde. Nadie puede hacer nada por mí. Mañana iré a conocer al inmundo. –

Fini se hizo amiga de ambas, apenas se vieron en primer año y toda la escuela las llamaba "El trío increíble". Fini tiene un cabello muy llamativo. Parece una leona de rizos rubios que le llegan a la cintura. Su piel es blanca y sus ojos verdes. Esto hacía que todos se quedaran viéndola embobados. Lamentablemente no es tan alta como las otras, pero lo que no sacó en altura, lo obtuvo en liderazgo y capricho. Comportarse como muggle no era un problema para ella, realmente jamás entendió a los magos, que hablaban de la pureza de sangre y todas esas pavadas. A ella solo le importaba hacer lo que se le daba la gana.

- Bueno entonces... ¿por qué no salimos esta noche a celebrar tu despedida de soltera? – dijo Anabel.

- ¿Eres tonta? ¿O acaso no te diste cuenta que no me voy a casar? –

- Bueno perdón. – respondió afligida la rubia.

- Ya... No te pongas así. Perdóname tú a mí. Es que estoy nerviosa. - Fini se la quedó mirando unos segundos y sonrió. – Pero me encantaría salir a tomar algo y pasarla bien. -

- Genial. Entonces vamos las tres a mi casa una vez que salgamos de la escuela. Y allí arreglamos a donde ir. ¿Qué les parece? – dijo sonriente Giselle.

Ana y Fini asintieron divertidas y las tres salieron de la habitación con sus bolsos, para dirigirse al transporte que las llevaría a la casa de Giselle.

(Misma hora) - Hogwarts, Inglaterra.

- Aaaaaaah ¡Charlie eres genial! -

- si... lo sé. –

- Aaaaaaah ¿Sabes que me gustaría? –

"Realmente no me interesa" pensó Charlie, que se encontraba debajo de una chica un año más joven que él. No tenía ni la más remota idea de cómo se llamaba. Solo sabía que ella lo abordó, cuando él salió del baño. Y que ella era de Ravenclaw.

La joven le dijo que esa era la última oportunidad que tenía para estar con él, ya que le gustaba mucho, y además porque Charlie no iba a volver más a Hogwarts al ser su último año.

Como él jamás decepcionó a ninguna mujer, acepto su pedido. Hacía media hora que ambos estaban desnudos en la sala de menesteres. Charlie continuó concentrado en su actividad y no respondió. Asique la joven prosiguió.

- Me encantaría tener a Bill aquí también. Lástima que ya egresó. – ahí mismo Charlie dejó de moverse y se la quedó mirando perplejo.

- ¿Qué has dicho? –

- Oh si... tenerlos a los dos seria la gloria. -

- ¡Es increíble que traigas a mi hermano a esta situación!... Es realmente asqueroso. – Y haciendo a un lado a la joven, se puso de pie para comenzar a vestirse.

- ¿En serió? No Charlie. No por favor. – Y sus ojos se llenaron de lágrimas. Y él odiaba hacer llorar a una mujer.

- Escucha... debemos irnos. Los carruajes ya deben estar listos para llevarnos al tren. Y además, aún tengo mi baúl sin empacar. -

Ella se lo quedó mirando con las lágrimas corriendo por sus mejillas. Entonces Charlie la tomó por los hombros y le dijo,

- Escucha... -

- ... Marian. –

- Escucha Marian. Eres hermosa, y de seguro vas a encontrar al hombre indicado. -

- ¿Estás seguro? –

- Completamente. Ahora sonríe y vístete. - Ella hizo lo que él dijo, y Charlie sin más le dio un beso en la frente y salió corriendo de la sala.

Me Enciendes. [RESUBIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora