Capítulo 7: Norberto.

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Durante la tarde, Fini llevó a Charlie a la pequeña casa. Donde él podría descansar mejor. Por la mañana ella le había pedido a Marcus, que cambiaran la cama a una más grande. Hasta ese momento, se habían arreglado con dormir apretados en la cama de una plaza. Y la verdad que ambos lo habían pasado muy bien. Pero esta vez Charlie necesitaba espacio para poder recostarse más cómodo.

- Bueno ahora sí estarás mejor. A la cama. – le ordenó seriamente Fini.

- ¡Siiii. A la cama mi amor! – respondió Charlie queriendo besarla. Pero ella le corrió la cara y él dejo el beso en su hombro.

- No, no, no señor. Nada de eso. Estás herido y tienes que ir a descansar. –

- Tengo el brazo vendado no el resto del cuerpo, vamos... un besito. –

- No tienes cura Weasley. Ven aquí. - tomando su rostro con ambas manos lo beso dulcemente. Él le rodeo la cintura con el brazo libre hasta que ella se separó unos milímetros y dijo,

- A la cama. –

- Si, ven acompáñame. –

- No. Voy a hacer algo de comer que necesitas reponer fuerzas. –

- ¡Qué mala eres!... soy un hombre que necesita de amor y cariño. Y tú me lo niegas – protestó yendo hacia la cama. Fini se lo quedó mirando con los labios apretados para no reírse.

- Si te portas bien, después te daré poste. – y le guiñó un ojo.

- SIIIII. –

- JA JA JA... eres un niño. -

Mientras se hacia la comida Fini le cambió los vendajes del brazo. La quemadura se veía mucho mejor gracias a la pasta que había preparado ella. Muchos magos se burlaban del mundo muggle pero gracias a su padre Fini había descubierto muchas cosas interesantes entre la gente no mágica.

Mientras le llevaba la comida a la cama, alguien llamó a la puerta.

- Toma, voy a abrir. – dijo Fini poniendo la bandeja sobre el regazo de Charlie. Contenía un plato con sopa, y dos vasos. – Uno es jugo de calabaza. El vaso de agua contiene una pócima para dormir. Lo diluí para que solo te relajes, tómatelo después de comer. -

- Pero no quiero dormir, quiero estar contigo... Ten cuidado cuando abras la puerta ¿Si? -

- ¿Qué piensas que el dragón a llamar a la puerta? –

- No, no pienso eso... Tu solo ten cuidado. Que aún no sabemos porque el animal nos atacó. -

- Yo si... Después te cuento – Fini abrió la puerta dejando a Charlie pasmado y lleno de intriga. Del otro lado estaban Maggie y Milla las esposas de Robert y David respectivamente. Ellos son dos de los jefes dragonolistas que habían sido quemados por el dragón.

- Hola Seraphina vinimos a darte las gracias. – dijo la mujer de tez morena, la otra una pelirroja de cabello muy corto, asentía sonriendo. – Sin tu preparación nuestros maridos estarían aun sufriendo mucho por las quemaduras. –

- No fue nada... Me alegro que estén bien. – Y haciéndose a un lado para que las mujeres puedan ver a Charlie dijo. – Charlie también se encuentra mucho mejor. –

- Hola Charlie. – dijeron ambas mujeres a unísono y levantando una mano a modo de saludo.

- Hola chicas, ¿Qué tal Robert y David? -

Me Enciendes. [RESUBIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora