Capítulo 15: Contagio.

127 7 0
                                    


De regreso a la pequeña casa en el campamento Fini vio que en el techo había una lechuza parda. Charlie estaba muy entretenido mirándola, abrasándola y acariciándola.

- Mira cielo, llego correo – el mago dirigió la mirada hacia donde señalaba su esposa.

- Sí, es verdad ¿de quién podrá ser? –

- ¡Oh! Por Merlín. Espero que no le haya pasado nada a Ron. – desde que se fue con Harry y Hermione su cuñado más pequeño estuvo siempre en sus pensamientos, con evidente preocupación.

- No, esa ave no es de la Madriguera. – respondió Charlie. Una vez que entraron, la lechuza ingresó detrás de ellos y se posó sobre el respaldo de una de las sillas, y miró a Charlie atentamente, este tomo la carta que llevaba en el pico y el ave emitió un graznido. Fini llevó dos de sus dedos a la boca y silbó.

- Aquí tienes chiquitín. – la lechuza voló hacia donde le Fini le tendió un cazo con agua y algunas migas de pan. El ave agradecida dio otro sonido, y se retiró.

- ¡Vaya que hábil eres!, no sabía que sabias silbar. -

- Eso es genial. Aún tienes muchas cosas para descubrir de mi entonces. – dijo Fini y sentándose en su regazo comenzó a besarle el cuello. Charlie se sintió muy bien con el mimo, pero tuvo la mala idea de mirar quien había escrito.

- ¡DORAAA! – exclamó sonriendo. Fini levantó su cabeza separándose de él pero aún sentada sobre sus piernas. Con el ceño fruncido pensó "¿Quién diablos es Dora?". Charlie sonrió y como si le leyera la mente dijo. – Nymphadora, era una compañera de Hogwarts. Ella perteneció a otra casa. Pero fuimos buenos amigos. Una vez que egresamos ella decidió ser auror. Y cuando resurgió La Orden del Fénix, también perteneció a la agrupación. –

- ¡Ah! Y te volviste a reencontrar con ella. Está muy bien que lo hayas hecho porque estabas solo. – Charlie estaba en su salsa. Le gustaba mucho que Fini estuviera celosa. Entonces volvió a sonreír y esta vez él fue el que dio un tierno beso en el cuello.

- Si, nos encontramos pero como los buenos amigos que somos. Jamás sentí nada por ella. Solo cariño fraternal. Además, imagínate que durante la época de La Orden, tenía una rubia de rulos persiguiéndome en los sueños. Era imposible que pensara en otra mujer. Solo deseaba encontrar esa persona que me volvía loco todas las noches. -

- ¿Y tú creías que la ibas a encontrar? – dijo sorprendida, al fin y al cabo era solo un sueño.

- Definitivamente sí. No era normal que cada noche te viera sonreír, y que cada noche tuviera tantos deseos de besarte y tocarte. –

- Bueno pecoso ahora no soy un sueño. – dijo y lo besó apasionadamente. Cuando se alejaron por solo unos centímetros. Fini dijo, - Bueno iré a terminar de lavar unas cosas así lees tu carta. – por suerte estaba más tranquila.

- No – y cuando Fini amagó para levantarse él la sostuvo fuertemente de la cintura con su brazo - ¿no quieres leerla conmigo? –

- Pero amor, es personal. -

- Todo lo mío es tuyo. –

- Bien... ábrela. – entonces Charlie abrió la carta. Y comenzó a leer y a comentar los párrafos.

- [Hola comadreja], así me dice ella desde que tengo uso de razón. [Es evidente que si no me entero por tu madre sobre tu vida, no me vas a enviar una maldita carta], oh vamos Dora tu sabes que yo no escribo. [¿Puede que en este mundo haya una santa bruja que haya podido casarse contigo? Cuando me enteré, juro que no pude creer que te hayan dado caza.] Hasta el más fuerte puede caer en las redes del amor. [Tengo mucha ansiedad de conocerla. Estoy segura que es la mujer que realmente te hace feliz.] Lo es. [ Y hablando de mujeres felices, quería contarte que estoy esperando un bebé ] – ahí Charlie se detuvo mirando la carta como si lo que leyó fuese un error.

Me Enciendes. [RESUBIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora