Capítulo 20: La batalla de Hogwarts - Parte II

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Lúmina aterrizó entre unos árboles en una zona boscosa para no ser vista, Fini no quería que se exponga a los peligros de aquella batalla. Sabía que su hermoso dragón era fuerte. Pero Fini tenía un plan. Que consistía en encontrar a la maldita Miranda. Sabía que iba a estar allí. Sentía en su interior que la mortífaga la llamaba inconscientemente para así por fin enfrentarse de una vez por todas. Una vez que le dijo a Lúmina lo que pretendía, Fini corrió a toda velocidad hacia el castillo. No sin antes escuchar en su cabeza que la dragona le decía.

- "Ten cuidado. No estoy dispuesta a perder a mi princesa ahora que la hallamos." -

La entrada del castillo era un caos. Adultos, adolescentes corrían y se debatían a duelo con asquerosos mortífagos que reían como desquiciados a medida que lanzaban sus maldiciones. Fini lanzó un par de encantamientos para ayudar unos adolescentes. Y también convocó su escudo cuando un mortifago, la interceptó en el interior del castillo lanzándole el Avada Kedavra. Por supuesto la maldición revotó contra un mural que cayó sobre él. Fini se acercó al cuerpo desmayado con una mirada de asco en su rostro. "Quizás este mato a mis padres" pensó la bruja. Y antes de seguir su camino le dio un par de fuertes patadas en el estómago y en el rostro al malviviente.

- Cuando te despiertes vas asentirte muy mal infeliz. –

Fini subió por las escaleras lo más rápido que pudo. Necesitaba encontrar a Charlie y saber que estaba bien. Al llegar al séptimo piso escuchó que dos personas se debatían a duelo pero no los llegaba a ver desde donde estaba. Ellos se encontraban del otro lado del pasillo. Entonces decidió echarle una mano al que lo necesitara. Sus ojos no podían creer que Fred era el que luchaba sin aliento con un mortifago inmenso. Fred era un muchacho corpulento pero era evidente que su contrincante llevaba las de ganar en fuerza y maldad.

Entonces todo sucedió muy rápido y a la vez en cámara lenta. El mortifago lanzó una maldición que rebotó contra el techo, desprendiéndose así por encima de Fred. Fini corrió para salvar a su cuñado pero tropezó con una piedra que no vio. Y se fue de bruces al piso. El techo caía sobre Fred, el joven mago posó su mirada de los escombros que se le venían encima, hacia Fini y le dedicó su última y triste sonrisa. El mortifago se había hecho un humo negro. Dirigiéndose escaleras abajo, ya no se lo pudo divisar.

Entonces Fini llevo su varita hacia el otro extremo y una llamarada roja salió de la misma haciendo que saliera propulsada resbalando por el piso sobre su espalda. Chocó estrepitosamente al lado de Fred y apuntó al cielorraso que ya tenían sobre sus cabezas. Y una lluvia de escombros los tapó de inmediato.

Después del estruendoso ruido de piedras, el silencio fue contundente. Hasta que solo se oyeron las respiraciones de dos personas. Dos.

- Lumus – dijo Fred. Y la punta de su varita se encendió. Él vio maravillado que Fini apuntaba hacia lo que en ese momento era el techo que los tapaba. Ambos se encontraban en un muy pequeño espacio. Como una diminuta cueva, acurrucados con las piernas pegadas a su pecho. – Fini ¿Qué es eso? – le preguntó señalando una luz celeste que recorría todo el pequeño contorno en donde estaban.

- Es un escudo. – respondió Fini. Su respiración subía y bajaba por la adrenalina que corría por sus venas.

- Es genial. Jamás lo había visto. – susurró su cuñado. Y lo tocó con la punta de su dedo índice, y sintió que tenía la textura de la gelatina. - ¿Sabes una cosa? –

- No, ¿Qué? –

- Sabía que yo te gustaba. - bromeo Fred. – Tarde o temprano íbamos a estar solos apretujados en un pequeño espacio. - Fini lo miró con mucha ternura y por su mejilla comenzaron a caer un par de lágrimas de felicidad por ver a Fred a salvo. Con una sonrisa le respondió.

Me Enciendes. [RESUBIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora