Nunca olvides

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En la cima de uno de los edificios de Tokyo-3, la joven observaba la ciudad difundida ante ella mientras el sol se levantaba de su sueño. El viento era fuerte y frío, haciendo que su cabello gris fluyera detrás de ella y abrazara fuertemente su vestido contra su joven cuerpo. A ella no le importó; el viento se sentía bien. Era tan... libre.

Sentía un profundo sentimiento de respeto por esta ciudad. Incluso después de ataques tan terribles, aún se mantenía, un reflejo del orgullo de los Lilims. Había muchos edificios dañados aquí y allá, pero ya incontables hombres y mujeres estaban trabajando duro para restaurar la ciudad a su estado normal... hasta que la siguiente ola de destrucción llegara.

Como a menudo lo hacía, la chica reflexionó en su propósito. ¿En verdad era necesario? Recordó el último asalto. Ella había visto los resultados con sus propios ojos. La roja había sido aplastada. Ella no volvería a interferir de nuevo. Se sentía triste por esa chica. Pero aún más por el chico.

Ese chico... ¿Por qué no podía sacarlo de su mente...?

Observó el cielo. Ya venía. Podía sentirlo. Armisael, el Dieciseisavo Mensajero. Si fallaba, entonces sólo uno quedaría.

"¿Pelearás esta vez, Ikari Shinji?"


......

Pen-Pen agitó sus alas felizmente mientras me saludaba en el departamento. Habían sido tan sólo unos cuantos días desde que me había mudado al departamento de al lado, así que estaba sorprendido de que el pingüino de agua caliente aparentemente ya me extrañara. Me agaché y le di unas palmaditas en su cabeza emplumada. Feliz con eso, se fue a la cocina donde tomó una cerveza del refrigerador de Misato.

"Ohayo, Shinji".

Mi vista dejó al pingüino para ver a Rei, quien acababa de salir del baño, con una toalla grande cubriendo su cuerpo y otra en su cabeza. Se sintió bien escuchar su voz, y aún más verla. No realmente a propósito, nos habíamos evitado el uno al otro estos últimos días. Parte de mí se sentía un poco incómodo alrededor de ella, de una forma similar a la que me sentí alrededor de Asuka después del incidente del lago y antes de la destrucción de la Unidad-03.

"Me voy a vestir, entonces podemos comenzar", simplemente dijo Rei, antes de sonreír, aparentemente aliviada de verme también.

"Te... te estaré esperando en el balcón".

La vi entrar a mi vieja habitación y noté que el pequeño aviso de 'La encantadora suite de Shinji' aún estaba colgado ahí. Pensé en la primera vez en que ella había entrado a esa habitación, la primera vez que dormimos juntos. Era una memoria vívida, pero se sentía como si hubieran pasado siglos.

Tras ir al baño y recoger las herramientas que iba a necesitar para cumplir mi tarea, fui al balcón y preparé una silla para Rei. El viento era fresco, pero no frío, y los rayos del sol brillaban fuertemente sobre el balcón. Sería perfecto.

"Es un lindo día", dijo Rei cuando se me unió, poniendo mis pensamientos en palabras.

"Sí".

Era un lindo día, pero Rei era una vista mucho más bonita. Llevaba puesto un corto vestido café, una prenda que jamás la había visto vestir. El color de su húmedo cabello parecía más vivido de lo usual y la luz natural del día hacía que su lechosa piel se viera aún más pálida. Ella verdaderamente era hermosa.

Con una mano la invité a sentarse en la silla, luego coloqué una toalla sobre sus hombros.

"¿De verdad estás segura que quieres que haga eso?" pregunté, mirando sospechosamente el par de tijeras que sostenía en una mano y el peine en la otra. "Yo... yo casi seguro lo arruinaré..."

Lo que yo amo es... (Evangelion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora