Lo que yo amo es... (Evangelion)

Parte dos

Todo sucedió muy rápido. Tan rápido que de hecho creo que sólo entendí qué estaba pasando después de que todo terminó. Mi cerebro recibió los datos, pero se congeló por un momento, antes de analizarlos.

Escuché el sonido de un disparo, pero no registré de inmediato el hecho de que si pude oírlo, significó que no estaba muerto. Entonces, hubo otros disparos. Apenas había abierto mis ojos para ver a un hombre muerto justo enfrente de mí, entonces, miré a mi derecha para ver a Misato sosteniendo un soldado contra la pared y apuntando su arma bajo su barbilla. El tercer soldado estaba igual que el primero; en el piso, muerto.

"Tampoco me culpas a mí".

Dichas esas palabras, Misato jaló el gatillo. Observé con horror cómo la pared detrás del hombre se pintó de rojo y su cuerpo sin vida se desplomaba al piso. Nunca había visto antes a Misato así de fría. Era un lado de ella... que me asustaba.

"¿Estás bien, Shinji?"

No había consternación en su voz. Sus ojos eran de hielo.

Miré a mi alrededor. Había cuerpos en todos los lados. Sangre en la pared y el suelo. Miré al hombre de negro y al cocinero que sin sentido habían dado sus vidas para tratar de salvar la mía. Súbitamente me sentí enfermo y vomité. Supuse que no debí haber comido ese almuerzo hacía rato después de todo.

"¿Estás bien?"

Sentí una mano en mi hombro y miré arriba para ver a Misato mirándome fijamente, esta vez obviamente preocupada.

"No realmente... pero no estoy lastimado si eso es lo que quieres saber..."

Aún si ella se vio como la Misato que conocía, las imágenes de ella matando al hombre a sangre fría me habían sacudido en mi mismo corazón.

"¿Qué hay de tu pierna?"

Ahora que lo mencionaba, dolía y había algo de sangre en mis pantalones...

"Quítate los pantalones para que pueda echar un vistazo".

Ella tenia esa mirada otra vez. ¿Acaso la batalla le hacia eso a la gente?

Me ayudó a levantarme e hice lo que me dijo. La herida era superficial y no estaba sangrando mucho. Aún así, Misato insistió en venderla. Casi vomité otra vez cuando la vi arrancar un trozo de ropa de uno de los cadáveres para hacer un vendaje temporal.

"Bien", dijo Misato mientras me ponía de vuelta los pantalones, satisfecha con su trabajo. "Vamos. A la Unidad-01".

Removí la pistolera de mis hombros y seguí a Misato, más porque no podía soportar quedarme aquí que porque quería seguirla.

Por largos minutos, me dejé a mí mismo ser guiado por Misato. Seguia cada una de sus ordenes ciegamente, ni siquiera tratando de ver si tienen sentido o no. Supongo que aún estaba en shock por lo que acababa de pasar. Francamente, creo que ver a la gente matándose la una a la otra es mucho más horrible y perturbador que pelear contra un monstruo tan alto como un edificio. Al menos, el monstruo ES un monstruo, no un ser humano como tú. El hecho de que a menudo tenía que caminar sobre cuerpos muertos mientras seguía a Misato probablemente no ayudó a mi salud mental de ningún modo.
Eventualmente, terminamos en uno de los estacionamientos del Cuartel General. Unos cuantos cuerpos en el piso atestiguaban que éste lugar ya había sido "limpiado". Por esa razón, estaba casi desierto. Sólo vimos un guardia, al cual Misato mató de inmediato. Esperamos un minuto entero y dado que el disparo no había atraído a más soldados, Misato me arrastró hacia el cadáver fresco. Miré con disgusto como Misato buscaba en el cuerpo y recuperaba una radio. Un poco de la sangre del hombre estaba en ella.