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Stiles había comenzado a notar las ausencias nocturnas de Rafael, siempre a la misma hora el hombre desaparecía cada tercer día sin falta y eso le resultaba absolutamente extraño pues el soldado nunca había tenido secretos era de pronto como si no supiera con quién estaba viviendo. Le dolía pensar que ese hombre estuviese aburriendose de su relación, no lo soportaría de ninguna forma nunca.

Por eso había ideado un plan, se había vuelto más complaciente e incluso había intentado cosas nuevas mientras tenían sexo.

— Por dios que tomaste? — Cuestionó el soldado al ver al impaciente Stiles listo para ser tomado por el de nueva cuenta, no iba a negarse a complacer a ese chico y tampoco le parecía extraño, bueno quizás si, solo un poco extraño que Stiles tuviera ese comportamiento... Había perdido la cuenta de cuántas veces habían repetido ya si era sincero.

Stiles literalmente sentía que sus piernas ya no tenían fuerza y aún así pedía más y lo besaba y marcaba su piel como si quisiera dejar claro un mensaje.

"ES MI SOLDADO CONSIGUETE EL TUYO" 

Y aunque todo eso le había traído buenos resultados pues Rafael estaba no solo más relajado, cada tanto le daba regalos y más besos pero seguía desapareciendo de vez en cuando aunque al volver sin falta también besaba su cuello y su nuca y se acomodaba para dormir esa situación comenzaba a incomodarlo ni hablar de los moretones que de vez en cuando encontraba en su cuerpo y que sabía no eran por su causa.

Finalmente un día decidió solo preguntar que era lo que estaba pasando, aunque no lo haría como si fuera un ataque, preguntaría con cordialidad y amabilidad y permanecería tranquilo para escuchar la respuesta que estuviera por dar.

— A veces te extraño en las noches, no es raro? Digo siempre estás acostado conmigo pero a veces parecería que no... — Mencionó durante el desayuno pero Rafael tomó su mano y la besó.

— Siempre te estoy cuidando y eres lo único a lo que de verdad amo. — Stiles lo aceptó, aunque consideró que era un trampa para evadir la pregunta.

En otra ocasión el castaño estaba dándole según las palabras de Rafael "la mejor mamada que hubiera recibido" cuando volvió a preguntar.

— Te vas durante las noches? — Pero Rafael no respondió, por el contrario lo había levantado sujetando sus muslos y lo había besado de una manera tan sincera y real que podría jurar que dolía sentirlo. Fue lanzado sobre el sofá, y de esa tarde podía recordar dos cosas

Una, la lengua de Rafael era maravillosa para muchas cosas que el no sabía que podía hacer, cosas que fácilmente lo habían vuelto loco y dos las palabras que había dicho cuando estaba encima suyo parecían lo más sincero que jamás habría escuchado.

— Stiles nunca te haré daño. Te amo con todo mi ser — y Stiles sonreía y se abrazaba a el y lo dejaba pasar pero esta vez no, ese era el maldito momento para buscar respuestas y que mejor que seguir al hombre sin que esté lo supiera, pero necesitaba ayuda, por suerte había hablado con Allison mucho antes de irse a dormir.

Ella estaba esperándolo en su auto, había visto pasar el Jeep de Rafael, tenía las luces apagadas para que el no sospechara de un auto encendido y a los pocos minutos unos golpes a su ventana le causaron un sobresalto, Stiles saludó y ella quitó los seguros para dejarlo subir, pero el se detuvo también un momento para mirar con atención la ropa que traía puesta, un gorro negro, guantes y un chaleco del mismo color.

— Allison... Por qué estás vestida así?

— Estoy preparada para la ocasión

— Vamos a espiar a mi futuro esposo no a robar un banco. — Dijo el castaño con cierta irritación e impaciencia mientras se ponía el cinturón.

Antología Sterekhistorias - Amantes (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora