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Paige al fin se había marchado, era de lo más curioso o raro que cuando ella al fin fuera honesta y decidiera irse no hiciera sentir tan mal a Derek, probablemente por el hecho de que sufría aún más el hecho de haber despreciado a Stiles y haberlo hecho sentir humillado y quizás hasta se había odiado un poco. Derek estaba molesto consigo mismo por esa actitud tan terrible y solo podía esperar con ansiedad por qué el teléfono volviera a sonar trayendo consigo noticias sobre el chico de lunares y pelo castaño.

Pero sabía que no sería algo de la noche a la mañana, por que parecía que se lo había tragado la tierra. Y muchos pensamientos terribles llenaron su cabeza, desde que podría estar muerto y tirado en algún sitio, que nadie pudiera reconocer su cuerpo sin vida y solo lo vieran como un idiota indigente drogadicto que había muerto de la manera más patética posible, o que se encontrara atrapado en las garras de su tío, siendo ofrecido como un pedazo de carne para saciar los deseos de hombres sin escrúpulos.

Derek quería evitar el pensar en cosas como esa por qué no soportaría saber que Stiles había muerto luego de ser abandonado por el. Y sus puños golpearon el escritorio, stiles no podría estar muerto. Iba a encontrarlo así fuera lo último que hiciera.

Y en teoría si, Stiles había desaparecido, pero no por una mala razón. Luego de la primera vez que tuviera sexo con Rafael, su rutina había cambiado de manera radical. Ese día Stiles y el soldado habían estado ocupados en distintos lugares de la habitación y en distintas posiciones. Ese sujeto era increíble, ambos tenían nuevos moretones al terminar no por que en medio de lo que estaban haciendo hubiesen decidido ponerse violentos, Rafael mordía a Stiles y las uñas de este último bajaban por su espalda dejando líneas rojas, luego stiles succionaba la piel del cuello de ese hombre y entonces su piel terminaba con una zona rojiza del tamaño de la mano ajena, las cosas de algunos muebles terminaron en el suelo, frascos de perfume, botes de crema o cera para el cabello, las cortinas chuecas, la cama deshecha y ambos acostados en medio solo cubiertos de la cintura hacia abajo con las sábanas arrugadas debido a cada movimiento, y se besaban, sus labios juntos compartiendo ese placer mientras el rubio acariciaba los "atributos" de Stiles arrancándole sonidos que había escuchado muy seguido ese día, la piel del castaño estaba sensible y que decir de su intimidad, en algún momento había tenido que pedir un descanso pues su cuerpo no solo estaba temblando también estaba un poco adolorido pero si que sentía en gran medida que de seguir así terminaría desmayandose o algo similar por muy exagerado que pudiera parecer.

Rafael abrazaba a Stiles, lo que antes habrían considerado un manoseo inapropiado mientras se besaban en la cama se había vuelto algo natural para ambos en solo poco tiempo de que se convencieron de hacer más frecuentes sus momentos para tener sexo y era precisamente eso lo que los había hecho cambiar de rutina pues cada tarde / noche salían a hacer las compras, sin embargo viajaban en el Jeep del soldado.

Stiles aprovechaba esos momentos mientras el hombre no se podía distraer para pensar y quedarse recostado sobre el asiento preguntándose cómo podía haber pasado de estar en un extremo malo a uno increíblemente bueno. En realidad no bueno, era como haber caído a la media.

Siempre que hacían las compras Stiles actuaba de manera rara casi fría, estaba acostumbrado a no mostrar en público como se sentía, había cambiado también eso luego de que Rafael rodeará su cintura la primera vez que estuvieron en el centro comercial.

— Te ves un poco tenso... Todo en orden? — Había preguntado el hombre dejando que su cuerpo rodeará casi en su totalidad al chico de ojos brillantes.

— Está todo bien... Creo... No te molesta? — Preguntó y Rafael pareció entenderlo pues estaba separándose de Stiles cuando sus manos fueron sujetas por las del más bajo y de nuevo se daba cuenta, no solo de la diferencia de alturas también del tamaño de sus manos que le hacían sentir tan diminuto como protegido.

Antología Sterekhistorias - Amantes (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora