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Jordan había abandonado la casa de Derek con una furia visible en el rostro, a pesar de las disculpas y de los intentos del pelinegro para que el oficial no se fuera, lo habían dejado solo en casa y eso lo había hecho enfadar, justo cuando creía que podría estar dando pasos importantes al frente aparecía Stiles en su cabeza y le hacía cometer estupideces.

Sin embargo tampoco era como que fuera culpa de stiles, más bien lo sería del subconsciente de Derek, de igual forma no habían sido muchos días antes de que hubiese encontrado la forma de convencerlo para que volvieran a verse. Había necesitado insistencia y literalmente encerrarse en la oficina del castaño, y no salió hasta que literalmente lo tenía harto y prometió visitarlo con tal de que lo dejara trabajar.

— Gracias por venir — Dijo el extendiendo una taza de café para su invitado, jordan la recibió con desconfianza y sintió una caricia Dada por los dedos índice y medio del hombre de pelo negro alzó la vista, Derek sonreía cálidamente.

— Ve al grano Hale, que quieres — Devolvió el detective dejando la taza sobre la mesa y mostrando esa actitud altanera y molesta ante el.

— Quiero hablar — Dijo al principio con una confianza evidente en sus palabras. — Sobre nosotros — Finalizó con esa sonrisa tibia y amable que trataba inútilmente de esconder sus nervios y preocupación por la posible respuesta de ese hombre de pelo castaño.

— No hay ningún nosotros, de hecho sabes que? Tengo que atender otro asunto debo irme... Llámame solo si necesitas resolver un maldito caso y deja de mal gastar mi tiempo — Amenazó el muchacho luego de levantarse pero al hacerlo Derek también lo hizo tomando su mano con firmeza cuando lo alcanzó y besó sus labios, Jordan no lo rechazó, había querido besarlo de nuevo, había querido besarlo luego de que lo nombraran Stiles ese día pues había un deseo enorme en su interior, muy en el fondo que le ordenaba firmemente borrar el recuerdo del otro castaño de los pensamientos de Hale; sin embargo no quería ponerse como el plato de segunda mesa para Derek.

— Jordan...

— Dijiste mi nombre... Vaya... — Una risa irónica escapó

— No lo hagas difícil por favor... Ha sido complicado, es nuevo... Soy nuevo para esto y no lo haces fácil... Eso duele — Un nuevo beso presionó los labios del detective y esta vez no se retiró, su frente terminó presionada a la del profesor y su respiración se sentía agresivamente acelerada tal vez si iba a doblegarse un poco.

— No hablas en serio...  no sabes estar solo... — Jordan respiraba con dificultad cuando sintió la nariz del pelinegro rozando la suya. Y estaba casi riendo por su debilidad ante la maravillosa cercanía del hombre de ojos verdes.

— Tal vez tengas razón... Quizás no se estar solo, pero te ruego por una oportunidad, me pondría de rodillas de ser necesario — Había hablado en serio, comenzó a arrodillarse cuando las manos del castaño lo detuvieron.

— Eres un idiota — No quería verlo de rodillas.

— Es razonable

— Y un imbecil

— Lo merezco

— Y un maldito tramposo...

— Tal vez...

— Y quiero irme... — No estaba incómodo pero no quería volver a vivir el humillante momento de ser Lladó por un nombre que no era suyo.

— Yo no quiero dejarte. — Derek finalmente tenía sus manos detrás de la espalda baja de Jordan

— Y eres un grandísimo hijo de...

— Bien creo que te estás pasando un poco con tu desahogo... — Derek no estaba molesto se había prometido escuchar y aceptar todo aquello que el detective tuviera que decir.

Antología Sterekhistorias - Amantes (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora