Capitulo 8

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Algunos meses antes.......

Kagome había pedido la ayuda del dragón Ah-Hun para salir del palacio del oeste, su dolor era tan grande que no podia soportar esa falta de confianza, se había atrevido a tomarla del cuello, sin siquiera darle una explicación...

En cuanto vio salir a Sesshoumaru, ella huyo del lugar, No, no podía permanecer más tiempo ahí, tomo sus cosas, lo que había en su mochila amarilla y corrió hacia los establos, el dragón le tenía cariño así que le pidió que la llevara lejos de ahí, sin dudarlo el demonio se inclinó para que ella lo montará y voló

La llevo a buscar un refugio seguro, volaron por mucho tiempo hasta que en lo profundo de las montañas diviso un buen lugar, estaba rodeado de un espeso bosque y cerca había un río, justo lo que necesitaba, tocó al demonio y le pidió que bajará para revisar el espacio.

La cueva se veía bastante profunda y se sentía templada, encendió su reiky en su mano para crear un poco de luz, grande fue su sorpresa al encontrar pequeña fuente termal, decidió que este sería un buen lugar para vivir, así que saliendo nuevamente le pidió al dragón que regresará al palacio, no sin antes rogarle que no guiara a nadie a ese lugar.

Ah-Hun no quería irse, pero ella insistió, sabía que Rin lo quería mucho.

Ya estaba comenzando a caer la tarde por lo que rápidamente junto madera para una fogata, creando una fuerte barrera en la entrada se dispuso a resguardarse, encendió el fuego y colocó su muy viejo saco de dormir a un lado, preparo algo de comer y fue entonces que el mundo cayó sobre ella... Tocó su vientre, pensando en el pequeño que crecía en él, su padre no lo vería, solo la tendría a ella para cuidarlo, le dolía el cuello dónde el hombre que dijo protegerla la había sostenido, y las lágrimas comenzaron a caer como cascada, era un dolor aún mas grande, su corazón estaba hecho añicos, el la había lastimado, no solo físicamente, su corazón dolía, desconfío de ella y estuvo a punto de asfixiarla, no podía procesar eso, el que tanto la cuido, y le dijo que jamás la lastimaria, espero a sanar su corazón para meterse en el profundamente, kagome estaba segura que si no fuera por el pequeño que estaba creciendo en ella, ya habria terminado con su vida, no podía soportar otra puñalada, lloró hasta que el cansancio la venció y se durmió.

Durante un par de días no salió de la cueva, solo quería dormir y llorar, la depresión que la estaba atormentando era muy fuerte.

Era un lugar bastante escondido, asi que no era común que los pueblerinos subieran a la montaña, sin embargo, algo estaba intentando cruzar su barrera, ella lo sintió claramente, se sentó y se limpio las lágrimas, tomando su arco y sus flechas se acercó apuntando a la entrada

-¿Quien está ahí?- gritaron desde fuera

Kagome no contesto, sino que se puso en guardia

-Esta es una barrera santa,  no tengas miedo sacerdotisa, yo soy la miko de la montaña, mi santuario está escondido entre el bosque...

-Como se que es verdad?- pregunto Kagome

-Lo es niña, y tú estás invadiendo la fuente termal que me ayuda con mis dolencias de anciana, así que baja la barrera por favor que mis huesos ya no son lo que eran antes

Kagome bajo la barrera y lentamente sin dejar de apuntar con su flecha salió a enfrentar a su visitante.

Grande fue su sorpresa al encontrar a una mujer bastante mayor, con sus vestiduras tradicionales de miko, tenía sus manos vendadas y sus pasos eran lentos

-Hola niña, mi nombre es Chika-

-Soy Kagome- respondió la joven

-Que haces en esta montaña? Es peligroso, alguien está contigo?

La Fuerza De Tu Amor...  (Actualizaciones Lentas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora