Capitulo 3

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Se dedicó a ayudar en algunas aldeas, sin quedarse mucho tiempo, después de algunos meses se acostumbro a vagar, meditaba cuando podía, se alimentaba de lo que le daban en las aldeas y lo que encontraba en el bosque, en uno de esos días tranquilos, se encontraba sentada debajo de un árbol descansando cuando un ruido la saco de su meditación. Lejanamente escucho un pedido de ayuda y siendo ella tan noble de corazón se acercó, lo que vio la hizo rabiar, un grupo de demonios jabali tenían cautiva a una joven kitsune y su pequeña niña, las habían sometido por la fuerza, la mayor se veía herida y la pequeña lloraba desconsolada debajo de su madre, los demonios se reían y pateaban el cuerpo de la joven yokai, esto hizo que Kagome se enfureciera y saliera de su escondite con el arco en mano

-Sera mejor que las dejen en paz- amenazó la sacerdotisa apuntando a los demonios

-Vaya, vaya, tenemos un valiente- se burlo el jabalí más grande

-creo que nos divertiremos bastante con ellas- respondió otro

- ¡les he dicho que las suelten!- les recrimino kagome nuevamente

- Jajajaja ¿ Y si no lo hacemos que??-

Sin decir nada más kagome lanzo una de sus flechas directo al jefe de los demonios y se clavó profundamente en el pecho, no tuvo si quiera oportunidad de discutir cuando su cuerpo comenzó a convertirse en polvo, el resto del grupo se lanzo hacia la sacerdotisa, mientras ella intentaba colocar otra de sus flechas en el arco fue inmovilizada por detrás y recibió un fuerte golpe en su estómago, se sintió sofocada y cayó de rodillas mientras los demonios se burlaban de ella

-Asi que eso fue todo?, que miedo sacerdotisa, entiende que no podrás contra todos nosotros- le dijo atestando otra patada a kagome

Ella escupió un poco de sangre, sin embargo no les dió el gusto de verla derrotada, lentamente un suave tono rosado comenzó a cubrirla, lentamente se puso de pie, su reiky comenzo a chispear en su piel, tan fuerte que en el instante en que uno de los demonios restantes intento someterla, fue purificado en cuanto puso un dedo sobre ella, los otros dos corrieron con la misma suerte, Kagome los tomo de los brazos y entre gritos de horror fueron convertidos en polvo.

Después de que todo había terminado, se acercó a las mujeres que aún estaban en el suelo

-¿Se encuentran bien?- pregunto Kagome con cautela

- ¡Por favor no nos hagas daño!!- grito la joven kitsune

-No se preocupen ya están a salvó, no les haré daño, solo quiero revisar sus heridas para saber si están bien- le tranquilizó la sacerdotisa

- Pero, ¿Porque nos ayudas?, Que no se supone que ustedes nos odian?- pregunto la kitsune

- Claro que no!! Al menos yo no, solo quiero ayudarlas,  veo que estás herida, ¿vives cerca de aquí?-

La kitsune dudo un poco

- Me llamo Kagome-

-yo soy Yuri y mi pequeña es Akane-

-Hola Akane, sabes, yo tengo un hijo kitsune, pero está estudiando en la escuela de magia para zorros-

- En verdad?- pregunto la pequeña

-Si, mi cachorro se llama Shippo-

-Pero como es posible, tu eres una sacerdotisa?- pregunto incrédula Yuri

- lo sé, es mi hijo adoptivo,  para mí todos son iguales, youkai, hanyou, humano, si necesitan de mi ayuda, estaré ahí para hacerlo, por eso te pregunto, ¿puedes caminar?, ¿Necesitas llegar a algún lado?-

La Fuerza De Tu Amor...  (Actualizaciones Lentas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora