Prólogo

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13 AÑOS ANTES

- Si van a llevarse al niño, también llévense a sus hermanas, es la única condición que tengo- decía la madre de los tres pequeños hermanos.

- Esta bien señora, nos llevaremos a los tres niños- accedió Ava Paige.

- Gracias.

Dicho esto la mujer fue a buscar a los tres pequeños. Los encontró dibujando en su habitación.

- Vengan aquí- les dijo sentándose en una de las camas. Los tres obedecieron acurrucándose al lado de su madre- Hay una señora que los va a llevar a un lugar para que estén protegidos de esas personas malas que hay afuera- dijo tratando de contener las lágrimas.

- ¿Vas a venir con nosotros mami?- pregunto el niño.

- No cariño- respondió.

- ¿Por qué?- pregunto, ahora una de las pequeñas hermanas.

- Para no lastimarlos. Mami en un tiempo va a estar igual a papi y no quiero hacerles daño, no me lo perdonaría nunca- contesta y una lagrima cruza su rostro.

- Te quiero- susurro la otra hermana.

- Yo también te quiero, a los tres y mucho- se abrazaron fuertemente durante varios minutos- Vamos amores- dijo cortando aquel abrazo. Fueron hacia donde se encontraba Ava y al ver a los tres hermanos sonrió.

- ¿Esta es la señora con la que nos vamos a quedar?- pregunta el joven.

- Si niños. Me llamo Ava Paige- contesta Ava.

- Hola- responden las dos mellizas.

- Hola- les responde Ava- ¿Qué edad tienen?- pregunta dirigiéndose a la madre.

- El pequeño tiene cinco y las mellizas tres- contesto la mujer.

- Son muy parecidas las niñas- observó Ava.

- Si, muy parecidas, salvo por el cabello. Eso las delata- ríe un poco la mujer.

- Ahh, ya veo- contesta Ava también riendo un poco- Bueno, creo que es hora que nos vayamos.

- Sí, creo que ya es tiempo- concuerda la mujer borrando todo rastro de sonrisas en su rostro.

- Adiós mami- se despidieron los hermanos.

- Adiós mis niños- les correspondió el saludo su madre. Los pequeños salieron de la casa seguida de la Ministra Paige. Acto seguido la mujer cerró la puerta y se desplomo en el piso llorando desconsoladamente pero recordándose que sus bebes estarían bien ahora que ella no era una amenaza para ellos.

Mientras tanto, fuera de aquella casa, Ava junto con los tres pequeños se dirigían al Berg que los llevaría a su nuevo hogar. Salvo por las niñas, ellas no eran parte del plan de Ava, creía que no eran inmunes, pero accedió para poder llevarse al niño. Harían una parada y dejarían a las mellizas cerca de alguna comunidad de cranks, a la larga ellas serían igual a ellos.

- ¿Vamos a viajar en eso?- pregunta la niña rubia.

- Si cariño, se llama Berg- le responde Ava. Aunque no sean inmunes, a la Ministra le provocaban cierta ternura aquellas niñas.

Al llegar a la entrada de la rampa del Berg las niñas toman, cada una, una mano de su hermano y empiezan a subir la rampa seguidos por Ava. Al llegar arriba, los recibieron dos hombres vestidos con batas blancas y guiaron a los tres chiquillos a una habitación cuyo centro tenía una silla estilo dentista.

- Ministra Paige- la llama uno de los hombres- ¿Qué hacen estas niñas aquí?- pregunta cuando estan apartados de los hermanos.

- Era la condición para que pudiera traer al jovencito. Dudo que sean inmunes, así que haremos una parada cerca de alguna comunidad de cranks y las dejaremos allí.

- ¿Esta segura que no quiere hacerle las pruebas para saber si son inmunes?

- Tiene razón, háganles las pruebas. No perdemos nada con hacerlas- el hombre asiente y se para al lado de la silla.

- Ven aquí pequeño- llama el otro hombre al niño.

Sientan al niño en la silla y le sacan un poco de sangre con una jeringa. Ponen la muestra en un analizador especial para cerciorase de que el pequeño sea inmune. Después de unos minutos, en la pantalla del ordenador aparece el resultado:

INMUNE

- Perfecto- dice Ava- repitan el proceso con las niñas.

Suben a la silla a la castaña, le sacan sangre y luego suben a la rubia, e imitan los mismos pasos que hicieron anteriormente. Luego de unos minutos eternos, se proyecta la respuesta en la pantalla.

- Ministra- llama uno de los hombres.

- Diga- responde Ava yendo hacía el ordenador.

- Mire la pantalla- dice el otro hombre.

- No lo puedo creer- dice la Ministra abriendo los ojos como platos.

En la pantalla del ordenador se anunciaban las respuestas:

INMUNE

INMUNE

Las Hermanas De CRUELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora