Capítulo 17

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(Minho)

Me levanto apenas comienza a amanecer. Dormí poco por el dolor de las ampollas provocadas por el miertero rayo y por tener la sensación de que alguien me observaba. Camino entre los cuerpos de los habitantes que quedamos.

No pretendo ver quién falta y quién no. Duele saber quién se quedó y quién se fue, aunque no lo demuestre.

Paso por al lado de Will y Katherine. Están durmiendo acurrucados, bastante acurrucados diría yo. Viene a mi mente el recuerdo de cuando con Isabelle dormimos igual de juntos que ellos en la finca, el día de nuestra primera vez. Sonrío al pensar en ello.

Llego a una de las ventanas con el vidrio roto y me quedo mirando la ciudad mientras pienso.

La extraño demasiado. Ver a Will con Kath y a Thomas con Teresa hace que me entren celos. ¿Por qué ellos pueden ser felices con sus parejas y yo no? ¿Por qué eligieron a ella para irse? ¿Por qué garlopas la tuvieron que separar de mí?

Poco a poco, los habitantes que quedan, los cuales no deben ser más de quince, se despiertan y se levantan de sus improvisadas camas. Cuando todos dejamos de bostezar, nos juntamos en el medio de la habitación.

- Tendríamos que buscar algo para comer. La mayoría de las cosas se perdieron durante la tormenta, así que no creo que haya suficiente comida- hablo.

- ¿Comida?- dice una voz teñida de locura procedente de uno de los pisos de arriba.

Sabía que no estábamos solos. Sabía que esa sensación de ser observado no era paranoia o culpa de la llamarada. Sabía que la idea de estar a salvo era muy buena para ser real. Pero la pregunta es, ¿por qué no nos atacaron antes?

Algunos cranks bajan de los pisos superiores dando volteretas y cayendo de manera muy elegante para estar locos de remate, pero en su mirada se puede ver que están bastante idos; otros solo ruedan por el suelo hasta quedar frente a nosotros. Todos ellos forman un círculo a nuestro alrededor dejándonos encerrados.

Un hombre con rasgos hispanos, salta de unos de los pisos superiores y dando un par de vueltas en el suelo, se incorpora con gracia. En su mirada se atisba a ver algo de cordura, no parece tan ido como los demás.

- ¿Quién eres?- pregunto.

- ¿Quién soy?- pregunta riendo socarronamente- soy Jorge, el crank que manda en este lugar.

Nadie emite sonido alguno, como si se nos hubieran comido la lengua los ratones, o en esta situación, los mismísimos cranks.

- ¿Acaso se les olvido cómo hablar?- pregunta con una sonrisa en su rostro- ¿O simplemente le tienen miedo a los cranks? ¿Miedo de los descuarticemos vivos para comerlos? ¿A que les comamos los ojos? ¡Por favor!

- ¿Admites que eres un crank? ¿Un completo loco lunático?- pregunta Will.

- Aquí todos somos cranks, hermano- contesta serio, todo rastro de sonrisa desapareció de su rostro.

Jorge comenzó a caminar a paso lento, rodeando a todo el grupo. Estuvo varios minutos en silencio hasta que habló nuevamente.

-Hay muchas cosas que tienen que entender sobre cómo funcionan las cosas en esta ciudad. Acerca de los Cranks y CRUEL, el gobierno, de por qué nos dejaron aquí para pudrirnos en nuestra enfermedad, de cómo hay diferentes niveles de la Llamarada y de cómo es demasiado tarde para que... el enfermo la contraiga si no la tiene- hizo una pausa para luego agregar- pero esa no es la forma en que se va a trabajar, ¿entienden? Los que están en desventaja son los que hablan en primer lugar. Quiero saber todo sobre ustedes, de dónde vienen, a dónde van y lo más importante, qué gano yo.

Las Hermanas De CRUELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora