Capitulo 25

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09 de Octubre.

—Mordidas...

Sorbí la nariz y asentí. Sus brazos me rodearon y apoyó su barbilla en mi cabeza. El contarle todo a Sam fue como sanar una parte de mí, una muy rota que consideré perdida. Sabe cada cosa, la razón por la que nunca me había enamorado antes, el porqué desde que tenía quince años me empecé acostar con cuanto chico se me cruzará y el porqué de mi gran odio hacía Lily. Se sintió tan enojado y devastado a su vez, pero en el fondo sabía que gracias a él fue que logré abrir mis ojos. Sam llegó para salvarme de un mundo en el que me sentía realmente atacada por todos a mi alrededor, un mundo donde tuve que ser egoísta, egoísta y rebelde para no verme frágil e indefensa.

Porque siempre fue así hasta ahora, Lily me había enseñado que para cubrir ''algunas necesidades que el cuerpo exige'' podía meterme con los chicos que quisiera pero con la condición de no enamorarme, lo hice, cumplí mi palabra e hice lo que me pidió sin objeción alguna, todo fue así hasta ahora. Estuve tras un escudo de frialdad absoluta, donde me comportaba siempre como una rompecorazones con todos los chicos que se acercaban a mi con intenciones románticas, Ethan hacía parte de aquella lista. Pero aquella chica no era yo, no realmente, me gusta beber pero no con la frecuencia en que solía hacerlo, me gusta salir a fiestas pero no todos los fines de semana como solía hacerlo también, nunca disfruté por completo del sexo que tuve con cada uno de esos chicos, la única vez que estuve por llegar por completo al clímax fue con una chica pero no lo logré, no fue así hasta que estuve con Sam. Aquél chico que llegó a mi vida con una hermosa fachada de guardaespaldas solo para poder acercarse a mí, sí, aquél que era un chico bastante dramático y ruidoso me permitió ser yo misma, me permitió conocer una parte de mi que no sabía que tenía pero que me encantaba, gracias a Sam pude ver en mi lo sensible y empatíca que era, lo cursi y ridícula que podría llegar a ser estando enamorada, me enseñó tanto, incluso aprendí a disculparme a pesar de que siempre me hice creer a mi misma que nunca tenía la culpa de nada aunque la tuviera en todo.

Al final he descubierto que no necesito estar más detrás de aquél escudo de chica rebelde y desinteresada porque puedo ser yo misma, siempre he podido serlo pero por miedo a mi madre no lo hice, nunca fui yo, pero desde que llegó Sam siempre lo he sido.

«No puedo creer que mi hermoso ángel haya tenido que soportar tanto hasta ahora»
Mis ojos se llenaron de lágrimas en cuanto me dijo aquello «Déjame desde ahora ayudarte a sobrellevar esta carga llena de dolor, permíteme ser parte de esto junto a ti para liberarte un poco» pero cuando me dijo aquello rompí en llanto.

Aquellas palabras me rompieron y me salvaron al mismo tiempo, lloré en sus brazos por horas, fui consolada por él y no me pidió nada a cambio.

«No necesito nada que no seas tu, asi que por favor no te alejes de mi, no lo hagas sin importar las circunstancias. Por favor Prometelo».

Se lo prometí, necesitaba tanto a Sam que me consideraba incapaz de alejarme de él, no me permitiría a mi ni mucho menos a él pasar por algo así, porque sabía que iba a doler, no se que tanto pero lo haría.

Sam me liberó.

El caos y la mierda que llevaba viviendo desde hace años se vio irrumpido por una sorpresa inesperada, una perfecta y hermosa sorpresa con nombre y apellido. Sam Werner.

—Agatha me ha ayudado tanto, hace mucho no lo hacía pero por los traumas que mi madre me ha causado volví a caer. Recurri a las mordidas de nuevo. —trague saliva—. Perdóname por usar tu baño para algo así.

—Cariño, no importa. Ya nada importa, yo estoy aquí para protegerte pequeño girasol.

De nuevo aquel nudo en la garganta se hizo presente en mi, pero había llorado tanto que no creí poder hacerlo más así que me aferre más a él, me sentía segura en sus brazos, Sam me transmitía paz.

Todo Por Tenerte  [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora