Parte 2/210 de Octubre.
La tortura había dado inicio apenas hace unos minutos. Los sermones, las miradas desaprobatorias ya habían comenzado en cuanto los Campbell habían cruzado la puerta de mi casa. Papá estaba junto a Marshall, ambos muy serios. Miré de reojo a Marlo quien tenía la mirada fija en el suelo mientras apretaba con fuerza sus labios. Tomé su mano para intentar calmarlo, sus ojos se cerraron apenas lo roce.
Dios, no me gustaría estar en su lugar. De seguro es muy doloroso para él ver a Shallie.
Trague saliva. Ya tenía un discurso preparado para responderle a Olivia —la madre de Ethan— Si seguía con sus estúpidos e incoherentes sermones.
—¡Hebe querida! ¡Ven aquí! —Venía caminando hacia mi con los brazos extendidos para abarzarme, tosi varias veces para evitarlo.
—Aléjese señor Campbell. Estoy muy resfriada y si me abraza se le pegará el virus.
Marco, ya que así se llamaba el padre del rubio, me miró con desaprobación.
—¡Por amor a Dios Hebe! Debes ir a un hospital con urgencia. —Parecia mas preocupado por mi que mis propios padres.
—Por supuesto. —Di varios asentimientos.
—Marlo.
La voz de Marshall resonó en el salón, captando la atención de todos a excepción del susodicho, que solo se tenso aún más, incapaz de mirarlo.
—Marshall, aquí no. —Demandé.
La mirada fria y severa de mi hermano logro intimidarme. Ese idiota sabía como descolocar a las personas con solo verlas a los ojos.
—No te entrometas Hebe, no es asunto tuyo.
—Como te atrev...—Marlo me interrumpió.
—Tranquila, puedo arreglarlo. —Me dio una amarga sonrisa y luego dirigió la mirada a mi hermano, la tristeza en sus ojos me partió el corazón—¿Qué es lo que quieres?
—Necesitamos hablar, por favor permiteme hacerlo.
—Vaya, las cosas aquí están bastante incómodas. —Olivia miró el reloj en su muñeca y con notable impaciencia miró a Lily— Es tarde ya, señora Miller.
—Por supuesto que si. —Asintió la bruja— Hijo querido, si deseas quedarte hablar con Marlo eres libre de hacerlo, nosotros debemos irnos ya.
Fruncí un poco el ceño, no quería dejar solo a mi amigo. Sabía lo mal que se encontraba y dejarlo aquí, solo y vulnerable ante mi hermano empeoraria aún mas las cosas.
—Tienes que irte. —me dijo de repente— yo estaré bien, después de todo solo hablaremos. No te preocupes.
Tome aire y luego lo solté. Debía confiar en ambos, en la prudencia de Marshall y en la fuerza de voluntad de Marlo. Así que después de pensarlo varias veces me aleje de mi mejor amigo y me encamine a la salida de mi casa, intentando prepararme mentalmente para un momento tan abrumador como el que vendría.
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Todo Por Tenerte [COMPLETA]
Teen FictionPara Hebe Miller la vida nunca fue tan complicada, se basaba en una repetitiva rutina; ir a la universidad, volver a casa, salir con sus amigos los fines de semana, salir a fiestas y enredarse con uno que otro chico siempre que podía; cenas familiar...