Capítulo 27

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Mordía mi labio inferior con fuerza. No sabíamos a dónde ir exactamente, solo conduciamos sin rumbo fijo pero si con un objetivo claro. Huir de nuestros problemas por un rato, huir de esta horrible realidad por unas horas y disfrutar de nuestra compañía como lo mereciamos.

—¿Que tienes en mente pequeño girasol? —Esbozo una sonrisa.

—Llevamos un rato conduciendo sin rumbo Sam, deberíamos...—Me lo pensé un momento. De hecho estar así con Mimi era algo que agradecía, no me importaba conducir con él a la nada, de cualquier modo estábamos juntos y eso era lo que importaba ahora.

—Llevamos un rato conduciendo sin rumbo y...—Repitió imitandome.

—Y creo que deberíamos seguir haciéndolo, no sé, salgamos de la cuidad, conduzcamos por horas. Podemos turnarnos. —Propuse algo dispuesta y motivada, la mera idea me entusiasmaba.

No fue mucho el tiempo que pasó cuando Sam tomó la ruta para salir de la cuidad por la salida menos transitada. Hacía algo de frío pero no me importó mucho entonces, abrí la ventana y permití que el aire frío de la noche me golpeara la cara, cerré los ojos y me concentré en las sensaciones que obtenía gracias al choque del viento con mi piel. Sam encendió la radio y le subió casi todo el volumen, estaba sonando Ride de Twenty One Pilots. Inmediatamente comencé a cantar —mas bien gritar— la letra al ritmo de la música. Y es que Tøp siempre fue mi banda favorita, sus canciones causaban un efecto liberador en mí.

—¡No sabía que te gustaban! —casi gritó.

—¡Nunca me lo preguntaste! —respondí  de la misma manera.

Él sonrió y volvió la vista al camino. El tiempo pasó y cada vez se hizo más tarde, cuando mire el reloj ya marcaba las 9:18 pm y aún no salíamos de la cuidad, faltaba poco pero a su vez mucho camino por recorrer para hacerlo.

Hicimos una parada frente a un pequeño restaurante-bar y decidimos comer una hamburguesa cada uno, recibí una sonrisa por parte del rubio  en cuanto llegue a la mesa con nuestra comida.

—¡Dios estoy hambriento! —Agarro su hamburguesa y le dió un gran mordisco.

—Tal vez si hubieras comido hace un rato no estarías así.

—¿Con que ganas? Mi padre y Kara nos amargaron la cena.

—Es muy curioso —lo miré con los ojos entrecerrados— tu padre me gritó por estar comprometida con Ethan pero como si nada habló de tu supuesto compromiso con Kara, irónico ¿No?

Sam chasqueo la lengua y negó con la cabeza, se veía confundido.

—Jamás se había comportado así, no sé que le pasó.

Bebí de mi soda y le hize un gesto con el rostro restandole importancia al asunto.

—Facíl. Kara, eso le pasó.

No dijo nada, solo posó su vista en algún punto específico y siguió comiendo.

Sam era el tipo de chico que cuando algo se le metía a la cabeza no dejaba de pensar en el asunto hasta encontrar una solución para ello. Conocía esa reacción, esa mirada, esa postura. Seguro pensaba en el porqué su padre actuó de tal manera o tal vez en una solución para nuestra situación. No sabía cómo hacerle entender que no debía preocuparse, que no debía matarse la cabeza por cosas tan absurdas como el intento fallido de Kara para acercarlo más a ella poniendo al señor Frederick en mi contra, porque eso lo había planeado y no tenía duda alguna en mi ser sobre eso.

—Tratemos de comer tranquilos Sam, no pensemos más en Kara o en lo que ha pasado últimamente. —Sentí mi pecho encogerse al recordar lo sucedido en estos últimos días— Todo ha salido muy mal para mí en un lapso de tiempo muy corto, solo quiero despejar mi mente y estar contigo.

Todo Por Tenerte  [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora