Capítulo 3

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—¡¿Cuál es tu nombre?! —Preguntó con molestia después de tantos intentos

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—¡¿Cuál es tu nombre?! —Preguntó con molestia después de tantos intentos.

—¿Qué te importa? —Respondió haciéndolo una pregunta.

—Debes colaborar conmigo, ya van semanas de sesiones —El hombre habló.

—Mi nombre... Es Park Jimin —Respondió, un golpe fue proporcionado en su espalda con un azote haciendo que cayera al suelo.

—Una vez más, ¿Cuál es tu nombre? —Jimin estaba harto.

No entendía a qué quería llegar su padre con todo eso, Jimin había entendido después de la primera sesión que tenía trastorno de personalidad disociativa, tenía otra persona en su cabeza, alguien que era él y al mismo tiempo no lo era, no necesitaba un psiquiatra para que le dijeran que estaba en sus cinco sentidos o cual podría ser la razón de que su personalidad variara tanto, era humillante, azote tras azote lo tenía cansado, sabía bien que su padre estaba del otro lado del espejo observando lo que le hacían y simplemente no hacía nada, así que él no le daría el gusto de decir que no era Park Jimin, quizás al chico de ojos asesinos en la cafetería le mintió diciendo su apellido, pero era porque él mismo había insinuado que era un Park, así que no le quedó de otra que mentirle, para su padre la tortura era gratificante, no importaba si el castigado terminase siendo su propio hijo y Jimin estaba harto, cuando los azotes pararon se levantó un poco tembloroso mirando hacia el espejo, el hombre aquel había vuelto a sentarse esperando el de cabellos rosa tomara asiento.

Jimin sabía que su padre estaba viéndolo, que estaba frente a él en esos momentos y sonrió, no era la sonrisa de siempre o una sonrisa burlona, era de malicia, sus ojos estaban mirando a su padre a través del espejo con rencor, era Jimin quien lo hacía, no su otro yo, algo había aprendido Jimin y era que no era alguien débil como lo hacían creer, había entrenado sin quererlo, sabía muy bien de lucha a mano limpia como con armas, él sabía bien como matar a una persona en cuestión de segundos, pero él prefería hacer las cosas mayormente pasivo, todo por llevarle la contraria a su padre, para su desgracia, tenía otra voz en su cabeza que le repetía lo mismo "mátalo, mátalo" llevó su mano al bolsillo de su chaqueta donde siempre guardaba el sed de navajas, volvió a mirar al espejo y esta vez no sentía la mirada de su padre, sentía la mirada de alguien más, era él mismo quien se miraba, pero era con muchísima más malicia, sacó la navaja más grande y caminó hacia el hombre clavándola en la yugular y al mismo tiempo sacándola.

—¡Creo que me quedé sin psiquiatra! —Gritó con una sonrisa. —Yo soy un Park —Dijo mientras escribía con la navaja en el rostro del cuerpo inerte.

—Kitty —El mencionado volteo hacia el hombre.

—Mande, padre —Dijo.

—¿Por qué lo mataste? —Preguntó.

—Un cadáver más o un cadáver menos, da igual. Me azotó, no me gusta que ese hombre me azote —Respondió.

—Llévenselo a la recamara, no le den nada de comida hasta que diga bien su nombre —El hombre demandó.

El de cabello rosa quiso forcejear ante los hombres que lo sostenían por ambas manos y piernas, a su vez le quitaron su sed preciado de navajas, grito tras grito con amenazas a ir a matarlos a todos por tratarlo de esa manera.

—¿Crees que Jimin esté listo para ser nuestro infiltrado? —Bogum preguntó.

—Tu hermano es el infiltrado perfecto, con el uso de su doble personalidad y las ganas de siempre querer matar nos servirá para saber más de la mafia de Bratva y por fin descubrir quién es en realidad Agust Bratva, a su vez poder liquidarlo como es debido —Respondió su padre.

—¿Cómo estás seguro que Agust Bratva está en corea? —Cuestionó a su padre.

—No me cuestiones, Park Bogum. Asegúrate que Jimin se comporte hasta que vuelva a la normalidad y acepte su nueva identidad —Habló.

Bogum reverenció ante su padre viéndolo marchar, luego se acercó al cuerpo que su hermano había dejado, miró de cerca la firma y eso le causó un poco de gracia, esa misma semana que habían comprendido sobre el trastorno que tenía el de cabello rosa, habían visto de lo que era capaz y matar a sangre fría era sin duda algo de él, pero solo firmaba de una forma, solamente usaba el Park, esta vez la firma tenía el Park Jimin en ella, lo que significaba que no había sido Kitty quien lo había matado, Bogum se rió al ver como el menor había engañado a su propio padre, después de todo, Jimin había entrenado lo bastante bien.

Salió de la habitación, no sin antes pedir que se deshicieran del cuerpo, fue en dirección a donde habían llevado a Jimin, lo miró a través de las cámaras lo bastante tranquilo, sus manos aún estaban llenas de sangre, mientras que escribía en las paredes Jimin y Kitty, luego fue hasta la puerta, no sin antes asegurarse de llevar consigo dos armas, luego entró siendo visto por el menor.

—Engañaste lo bastante bien a nuestro padre —El menor lo ignoró. —No creí volver a verte matar a alguien —Habló.

—Te sorprenderías mucho si vieras lo que puedo hacer, sabes que soy mejor que tú, Bogum Hyung —Dijo sonriéndole a su hermano.

—¿Aceptas que si eres Jimin? —Cuestionó.

—Soy Jimin, aunque me haga llamar Kitty —Contestó con una sonrisa.

—¿Cómo te llamas? —Cuestionó.

—¿Para ti o para los Bratva? —Cuestionó de vuelta.

—¡Responde! —Gritó.

—Im Jimin —Contestó con molestia.

—Bien hecho, hermanito —Contestó. —Tu castigo sigue en pie, al menos hasta que aceptes por completo tu nueva identidad —Dijo.

El de cabello rosa vio a su hermano acercarse a él mientras sacaba un arma, esa misma se la extendió, Jimin la tomó muy a su pesar, si no lo hacía estaba seguro que lo golpearía con ella, así que la tomó, se sorprendió al ver que estaba cargada, luego vio la otra arma que apuntaba hacia él.

—No creías que te daría un arma sin entrar yo con una, ¿O sí? —Preguntó.

—No tengo ganas de matarte, pero si se cómo quitarte el arma en segundos —Respondió. —¿Qué quieres de mí? —Preguntó.

—Que hagas un buen trabajo al infiltrarte en la mafia de los Bratva —Respondió. —En unos días estarán reclutando, así que estate listo —Dijo tocando el mentón de Jimin con el arma.

—Eres fastidioso —Bogum le sonrió.

—Y tú eres un asesino tanto como toda tu familia —Jimin estaba viéndolo serio.

—Y tú eres un asesino tanto como toda tu familia —Jimin estaba viéndolo serio

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La mafia bratvaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora