To The Lake.

🌊 EXTRA 🌊

Seis años después.

Todo había tenido un cambio drástico desde que me escapé con Aidan. La llegada a la nueva ciudad fue totalmente un descontrol en nuestras vidas por la falta de costumbre, pero poco a poco fuimos encontrando nuestro nuevo modo de vida.

En los primeros meses que llevábamos viviendo aquí, Aidan ya no quería estudiar para mejor ponerse a trabajar en un empleo favorecedor y ganar un poco mas de dinero, del que ambos teníamos ahorrado, pero me negué rotundamente ya que ese no había sido nuestro plan inicial, nos faltaba poco para acabar la escuela, después de eso, buscaríamos los dos un empleo seguro y firme y lo demás esperaríamos a que llegara solo.

Y así fue como pasó, ambos terminamos nuestra carrera y trabajamos en sitios diferentes pero cerca del uno al otro, ganábamos nuestro propio dinero para mantener a mas de dos personas... Pero no siempre eran buenas noticias...

Me enteré que la relación de mis padres se jodió a los tres año de haberme ido, por mi culpa básicamente, pelearon y se echaron de casa por no haberme educado lo suficiente para que el haberme ido de casa sin dar un aviso, se evitara.

Y eso me enteré por Lauren, que vio todo lo que sucedió, una tarde que iba en camino a mi casa para contarle a mamá la mentira que le había pedido que dijera por mi.

Yo llamé cada noche, pero no sabía quien de los dos me colgaba y después de unos meses, dejé de insistir. Pero el lado bueno de esto, es que poco a poco estábamos creando un hogar con Aidan. Él seguia siendo el mismo chico de Los Ángeles y yo solo era yo a su lado.

Su cumpleaños numero veinticinco, Aidan lo quiso pasar en compañía de sus padres, así que viajamos de regreso a Los Ángeles (después de no haber pisado ese lugar por seis años, no teníamos idea de que todo había cambiado) y al llegar, el airé que se respiraba te invadían los pulmones de tranquilidad, porque sabías que aquí estaba tu verdadero hogar.

Llegamos a la casa de él y si me sentía feliz, pero seguía un vacío en mi de tener tan cerca de mi casa y ni siquiera poder ir a visitarla.

Dije que subiría a la habitación un rato para hacer unas llamadas de trabajo, pero solo quería un momento a solas para llorarle al amor ausente que sólo quedaba en mi familia.

Y fue cuando Aidan entró y me vio sentada en el cama con mis manos en mis ojos lagrimosos. Se acercó y me abrazó - Sabes que no fue tu culpa... - Me susurró rozando su nariz en mi mejilla - Ellos van a perdonarte, solo debes darle tiempo al tiempo y todo volverá a ser como antes. Te lo prometo.

- Siempre que escojo algo que me hará feliz, lo demás que me rodea se jode y jamás puedo anivelar la balanza para que todos sigan a mi lado.

- Eso no es cierto, si tu no hubieras querido irte conmigo, yo aun seguiría a tu lado, y no te debes culpar por solo querer lo que te hace bien... Suficiente hiciste durante toda tu vida para tener felices a los demás, ahora era tu turno.

Lo abracé quedando mi cabeza bajo su barbilla y entendió sin decirle alguna palabra, lo que deseaba en ese momento.

- Claro que te acompañaré, dame cinco minutos en lo que busco una sudadera ¿Bien? - Asentí limpiándome las lagrimas y bajé junto con él hacia la puerta - Ahorita volvemos, iremos a comprar algo para la comida. - Gritó para que lo escuchara Lauren que estaba en la cocina.

Tomados de las manos recorrimos las calles y cruzamos aquel semáforo que después de clases, nos separaba para ir cada quien a nuestras casa. Se detuvo antes de cruzar la calle y me dio un beso corto en los labios.

- ¿Y eso se debe a...? - Me sorprendí seguido de haber reído.

- Para tener otro momento por el cual recordar este semáforo - Se encogió de hombros y me besó por segunda ocasión, pero esta vez, seguir nuestro camino.