VIII. Esto podría destruirnos

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Hola

Es lunes y es día de capítulo, se que este les va a gustar así que disfruten.

No olviden votar, comentar y seguirme.
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Pasaron dos días más desde que Kara despertó de su enfermedad, Lena no la había dejado levantarse de la cama más que para tomar un baño caliente, ver a la pelinegra cuidándola la hacía sentir cosas extrañas pero cálidas, la otra noche antes de perder la conciencia había sido cruel con Lena diciéndole que solo la veía como una amiga cuando era más que obvio que no era así, vio el momento en que sus palabras lastimaron a su compañera y vio el dolor reflejarse en sus ojos, no quería nunca más ver a Lena de esa manera, así que luego de pensarlo mucho y de meditar sobre su vida y el cómo se sentía supo que estaba lista para vivir otra vez, jamás olvidaría su pasado pues siempre lo llevaría en su corazón, pero ya no estaba ahí y se merecía la felicidad al igual que Lena.

Kara sentía las réplicas de haber estado enferma y tirada en cama, pero, gracias a los medicamentos que Lena le suministró, ahora estaba mucho mejor, su compañera de tormenta estaba cuidándola de maravilla, dándole sopa de pollo y comprobando su temperatura y pulmones constantemente, lo único malo de todo era que Lena se negaba a compartir cama pues decía que debía dejarla descansar y recuperarse, pero Kara sabía que no era por eso.

-Lena ¿Puedes venir a dormir conmigo?, Te prometo que estaremos bien y que dormiré toda la noche, no me gusta verte dormida en el suelo. – Kara estaba recostada en la cama viendo cómo Lena comenzaba a preparar el saco de dormir.

-aún estás débil Kara, además todavía tienes un poco de líquido en los pulmones, si entro en la cama no podré levantarme para ayudarte. – Lena sabía que todo eso eran solo pretextos, la verdadera razón de todo, era que no quería incomodar a Kara, la mujer rubia había estado murmurando mientras dormía, el nombre de una mujer y ciertamente Lena no se iba a interponer.

-Por favor Lena, me da frío si tú no estás en la cama, ven a dormir conmigo por favor. – Kara estaba haciendo sus famosos pucheros y bueno funcionaron, Lena juntó sus cobijas y fue hasta la cama.

-Solo por favor no te ahogues, ¿Cómo te sientes?, Hoy casi no te vigilé discúlpame. – mientras hablaba se metió en la cama cubriéndose con las cobijas y quedando de frente a Kara, Lena se sentía un poco culpable pues  había estado monitoreando casi todo el día y no había vigilado bien a Kara.

-Me siento bien, creo que las secuelas de la fiebre al fin se han desvanecido, gracias por salvarme Lena eres mi ángel guardián. – las dos se quedaron observando sin decir una sola palabra, Lena estaba perdida en los ojos de Kara y nuestra chica rubia estaba cautivada por los bonitos labios de su compañera, pues eran muy besables.

-No me des las gracias, me alegro de haberte ayudado y de que estés bien, no se que haríamos Mouse y yo sin ti Kara. – Lena quiso taparse la boca por haber soltado eso sin pensar.

-No tienen que estar sin mi Lena, ahora ustedes son parte de mi familia y pronto saldremos de aquí. – Kara acarició el rostro de Lena, no sabía qué le pasaba pero últimamente solo quería tocarla y besarla, eso al principio la hacía sentir culpable, pero ahora solo quería seguir pensando en eso.

-Primero debes recuperarte Kara y bueno esta tormenta debe pasar, iré a dormir estoy cansada, ten dulces sueños. – Lena le sonrió a su amiga y se dio la vuelta para dormir.

Kara se quedó observando la espalda de Lena y antes de dormir, se acercó a la chica y la envolvió entre sus brazos, conciliando el sueño casi enseguida, cuando volvió a abrir sus ojos fue porque Mouse estaba gruñendo hacia la puerta, Kara se asustó pensando que un extraño había entrado pero rápidamente desechó esa idea, nadie iba por ahí, supo lo que pasaba cuando la alarma del cuarto de monitoreo comenzó a sonar de forma estridente causando que Lena también se despertara.

SnowfallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora