Mary corría desesperadamente por aquel pasillo de piedra iluminado por lámparas de aceite, cuyas llamas bailaban al compás de una brisa fresca. Era la salida. Tenía que ser la salida. El latido de de su corazón podía escucharlo en su oído como si ese músculo le hubiera sido arrancado y pegado a la oreja. De su hombro caían abundantes gotas de sangre y sus piernas las sentía apretadas como si tuvieran una cuerda puesta entorno a ellas. Al fondo de ese maldito pasadizo había una escalera y sobre ella una puerta que daba al exterior. Solo unos metros más, pero terminó siendo aplastada contra el piso con una tal violencia que su nariz estallo en sangre contra los adoquines.-Estuviste cerca- le dijo esa voz ronca, en su oído, y el aliento de Bills le quemó la piel.
Mary no pudo evitar dar un fuerte grito de dolor cuando Bills apoyó la mano sobre su hombro lastimado. Aquel acto la hizo levantar la cabeza unos centímetros del piso. Miró atrás y sobre ella, a ese sujeto sonriendo como un demonio. Sus blancos y agudos dientes brillaban con la luz de las lámparas que se inclinaron bruscamente, producto de la brisa que entró por aquella puerta. El fuego quedó temblando un momento antes de volver a erguirse. Las sombras agitadas le hicieron creer a Mary que estaba en una de las cámaras de tortura del infierno. Es que ese infeliz la dejó ir solo para cazarla como si de un pequeño conejo se tratase.
-Levantate- le ordenó y la tomó con fuerza por el cabello mientras le torcia el brazo herido en la espalda para ponerla de pie y hacerla volver sobre sus pasos por aquel corredor.
Su resistencia era inútil. Bills era mucho más fuerte que ella. Él solo pudo con Goku y Vegeta, que pecaron se soberbia al intentar derrotarlo sin antes haber meditado sus acciones. Vencer a la tropa que escoltaba a Bills fue bastante fácil, pero lo que vino después fue una tortura de ver. Primero fue Vegeta, después Goku. Ambos fueron víctimas de una terrible paliza. A ella simplemente la reclamó con un trofeo por su victoria, creyendo que era una mujer que ellos llevaban consigo para complacerlos. Ninguno pudo hacer algo por ayudarla. Goku lo intento, pero Bills ordenó que los matarán. Mary no supo que pasó con ellos después de eso. Ella quiso defenderse de los secuaces de ese sujeto, pero eran más y pronto la sometieron. Tomándola por las piernas y brazos es que la arrastraron hasta un calabozo, dónde por poco es abusada. Sin embargo,
ella no era una campesina ni una doncella ingenua criada en casa tocando el piano, podía no ser tan fuerte como sus compañeros, pero de una mordida le arrancó la lengua a uno de los rufianes que la beso a la fuerza. Fue ese sujeto, en represalia, el que le lastimó el hombro con un puñal de forma bestial. No llego más lejos que eso, pues Bills se lo impidió diciendo que ella era su propiedad y nadie podía ponerle un dedo encima a sus cosas, si él no lo autorizaba. Ordenó que dieran diez azotes al atrevido que intentó tomar a la mujer antes que él, como si haber perdido media lengua no hubiera sido suficiente castigo. Esa fue la primera vez que Mary pudo ver, de cerca, a Bills.Por lo terrible que se describía y lo fuerte que decían era, ella imaginó a un tipo más alto y fornido. En lugar de eso se encontró con un sujeto antropomorfo de rasgos felinos, con la piel de un color púrpura un tanto llamativo. Era bastante delgado. Ese atuendo azul y negro acentuaba bastante su silueta, pero lo que más llamó la atención de Mary fue su mirada punzante como una lanza y profunda como un pozo. Parecía que te estaban mirando el alma y guardando celesamente todos los pensamientos que le surgían al respecto. Tenían un halo de misterio que parecía estarla invitando a indagar allí, al tiempo que le advertían que era peligroso entrar en esos parajes, a los que solo podía comparar con un vasto desierto. Por un momento olvidó que él era su captor.
Bills, después de rescatarla de su abusador, se hinco frente a ella y después de observarla atentamente, por varios minutos, le propuso un trato.
-Si logras dejar este castillo sin que yo lo noté eres libre- le dijo- Pero si te atrapó antes de que dejes mis tierras, tendrás que ser mi juguete de alcoba sin resistencia y sin quejas...
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Tirano.
ФанфикEn todas partes Navidad es motivo de alegría y amor, pero en esta tierra esa noche es sinónimo de angustia y dolor gracias a su gobernante.