Mi Único Amor

Capítulo 17. Conociendo A Papá

Gabriel lo sostenía en sus brazos, mientras le daba besos en su frente, mi niño recargaba su frente en la suya, se miraban como si, se conocieran desde siempre, Anna volvió a sentarse, mientras mi padre sentó a mi pequeño en la mesa, le ponía un plato de galletas con leche enfrente, todos guardabamos silencio, me sentía en el tribunal, siendo juzgado.

Esperaba que llegara algún detective, para hacerme confesar.

- El es hijo de Otabek, cierto? - me dijo Gabriel, el iniciaba el juicio.

-Lo es, me di cuenta de mi embarazo meses después de que me fuera.

- Porqué no nos dijiste?, porqué no volviste?.

- Crei que el se había casado, pensé que el tendría su vida y yo haría la mía con mi pequeño.

- Si es así, qué haces aquí? - Anna interrumpió molesta, jamás me había alzado la voz hasta ese día.

- El quería conocerlo, el sabe quien es su papá, nunca le he dicho nada para que Ian lo odie, quise que lo conociera.

- Y qué le vas a decir?, este es tu hijo?, no sólo te castigue huyendo de ti, si no que escondí a tu hijo?, eso vas a decirle? - ella estaba enojada, podía comprenderla.

- Solo quiero que lo conozca, solo eso, si el va a odiarme esta bien, pero el tiene mucha ilusión por verlo - fui regañado de nuevo, ella estaba molesta pero su enojo no tardó demasiado en cuanto le jure que hablaría con el, como era debido, deje a mi pequeño a su cargo mientras viajaba a verlo, lo veía de lejos durante varias veces, tratando de tomar el valor para tocar su puerta, mi corazon latía aun por el, su presencia aun era el centro de gravedad, me sentía tan tonto, todos estos años no habian sido suficientes para que pudiera dejarlo ir, esta vez habia hecho lo mismo, ir hasta su puerta, pero como siempre regresaba sin
haberlo logrado, hasta que Mila y Chris se toparon conmigo, ella me abrazó con su bebé en brazos, hablamos largo y tendido sobre el azabache y su soledad, ellos también concordaban con el aislamiento voluntario y la cueva en la que se había sumergido, la noticia de que había vuelto para que mi hijo lo conociera los dejó sin palabras, todos concordaban en el shock tan grande que se llevaría al verme y sobre todo al saber que Ian era nuestro hijo.

Daniel habló conmigo el tenía planeado abrir un restaurante o una cafetería, terminamos asociandonos, viajaba constantemente acomodando lo necesario para hacerle frente al alfa que amaba, de un lado a otro con mi pequeño en brazos, el se había encariñado con sus abuelos, Gabriel se llenaba de energias y de vida con su presencia, me causaba alegria y ternura, verlos jugar, Mila hizo todo el plan para vernos, y sucedio.

Llegaron al restaurante lo veía sentado en la mesa mientras jugaba con su celular completamente ajeno al mundo, me sentía culpable, respiré dándome el valor de ir frente a él, ella me hacía plática mientras estaba parado tomando valor para saludarlo, el término parándose sin decir nada, sentí mi corazón partirse, no tuve valor para ir tras el.

Al día después lo supe el había llegado a casa de mis padres, mi niño y su afán de jugar a ser un superheroe lo habían salvado de que el viera su rostro, el al fin lo había conocido, lo había dejado con ellos, por diversas cosas pendientes que tenía por hacer, Anna me llamó para platicarme todo, al parecer Ian jugaba con Otabek todo el tiempo, Gabriel los habia grabado varias veces sentados en el suelo, jugando, la sangre llama, siempre me decian eso, mi corazón dolía quiza merecia el peor castigo, el volvió después de una semana, donde acepté ir a celebrar su cumpleaños quería verlo una vez más egoistamente, antes de volver a desaparecer de su vida, me encargaría de ayudar en el restaurante de alguna manera.

Toqué a su puerta, y el abrió - Buenas noches Otabek - me miraba con asombro, me presente frente a él, me dejó pasar sin decir nada.

Me senté justo antes de prender las velas que habían acomodado en el pastel que había traído, pusieron música, no me decía nada, me sentía tan estúpido, aún era un niño que se sentía intimidado por su presencia.