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Taehyung se había encerrado en su estudio privado. Cuando Jimin llegó, Seokjin y otros tres guardias ya estaban en el pasillo.

Jungkook llegó junto con él, pero al igual que Jin, tomó su distancia.

—¿Qué pasó? —fue lo primero que le preguntó Jimin al guardaespaldas.

Jin se acercó para no tener que hablar fuerte.

—Vino hacia acá cuando salió de la rueda de prensa. Se encerró, no quiere abrir. Y mira, Jimin, técnicamente no puedo permitir este tipo de cosas, pero... preferí pedirte que vinieras porque lo último que necesita Taehyung es lidiar conmigo o con cualquier otro gorila que quiera decirle qué hacer. Creo que lo que necesita es estar contigo.

Jimin no dijo nada. Jungkook estaba acostumbrado a ver a Jimin del otro lado de la moneda. Del lado del "necesito de Tae", y por eso sabía identificar el lado frágil del chico. Sin embargo, en ese momento su semblante fue muy diferente.

Jungkook vio a un Jimin serio, decidido... y fuerte.

El pequeño se acercó a la puerta del estudio y tocó, no se escuchó respuesta, así que dijo solo lo suficientemente fuerte como para que su voz se escuchara al otro lado de la puerta, pero sin gritar:

—Tete, soy yo. No tienes que salir pero, ¿me permites pasar?

Hubo un silencio un par de segundos. Pese a que Jin y Jungkook pudieron estar dudosos por lo que haría Tae, Jimin reflejaba fina certeza porque se veía listo para entrar.

Y fue así, la puerta del estudio se abrió y Jimin entró. La puerta volvió a cerrarse con seguro detrás de ellos.

Dentro, Jimin se encontró con su amigo en un estado que pocas veces solía ver. Era esa línea delgada entre la ira y la tristeza, pero era completamente autodirigida a él, y era por eso que Jimin no se le acercó de inmediato.

Tae no dijo nada, regresó a su escritorio y siguió rebuscando entre papeles y luego lanzando algunos en la basura. Jimin suspiró.

—Taehyung —le dijo, su amigo se giró para verlo porque muy pocas veces Jimin lo llamaba de esa manera. Y no había dicho su nombre por enojo, lo había dicho con tanto amor que tuvo una connotación tan fuerte que Tae sintió que podía estar cerca de quebrarse—. Estoy aquí.

Tae suspiró.

—Sé que lo estás, Jimin.

—Entonces deja de usar la basura para desahogarte y mírame a los ojos.

Tae bajó la mirada.

Jimin significaba para él casi su vida entera. Era su punto débil, la pieza del engranaje que necesitaba para que todo funcionara bien, para que se sintiera completo y en equilibrio. Era un vínculo tan fuerte, pero al mismo tiempo tan puro, que le era imposible no depender emocionalmente de su cercanía.

Así que cuando Jimin le extendió la mano para que él la tomara, Tae cerró los ojos y se resistió un poco a ceder.

—Tae —dijo otra vez la voz de Jimin—. Dame la mano.

—Jimin...

—Taehyung. —Tae lo miró ante ese nuevo tono de voz, suave y reconfortante. Jimin sonrió de lado e insistió, aún con su mano extendida—: Estoy aquí.

Y lo sabía, Jimin siempre estaría ahí.

Tae se acercó a su amigo pero en lugar de tomarle la mano, se acercó para abrazarlo. Era curioso, porque en ese momento fue el pequeño quien lo resguardó en sus brazos. Tae sintió cómo sus piernas flaquearon y terminó de rodillas, pero Jimin bajó al suelo junto a él, para seguir abrazándolo y pasando sus dedos sobre sus cabellos.

Problematic Assignment || jikook + taejin || [Terminada✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora