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Tae se había ido con Seokjin, y Jimin estaba tranquilo sabiendo que los dos arreglarían todo al fin. No estaba agradecido por lo que les había ocurrido, pero debía reconocer que un ataque por parte de lunáticos ayudaba a poner las cosas en perspectiva.

Así que Jimin y Jungkook se fueron solos al departamento del pequeño. Era un lugar lindo, pero Jungkook comprendió a lo que Eun se refería. No había mucha seguridad en el edificio. Era muy posible que incluso un repartidor podría ir hasta el último piso sin que se la pusieran difícil.

Llegaron frente al elevador y Jimin suspiró cuando estuvieron adentro. Aún estaba algo adolorido pero ya eran cosas minúsculas. A comparación de la última vez, ahora era más dramático el aspecto de sus heridas que el daño en sí. Por fortuna.

—¿A qué piso, amor? —preguntó Jungkook para apretar el botón.

—Tres.

—Creí que estarías en el último.

Jimin sonrió de lado.

—Kook, aquí el rico es Tae. Y me gusta ser ahorrativo.

—Excepto cuando se trata de aretes —le recordó. Jimin se puso rojo pero sonrió.

Jungkook no lo había tomado de la mano, pero sí lo sujetaba de la espalda con suavidad para ayudarlo a caminar, como si estuviera convaleciente. Era tierno, así que no le dijo nunca que no era necesario.

Llegaron al piso y caminaron por el pasillo hasta llegar a la segunda puerta.

—¿Qué haces? —preguntó Jimin cuando vio a Jungkook buscando algo en la pared.

—¿Cómo abres?

Jimin se comenzó a reír un poco mientras sacaba del pantalón lo que le había dejado Somi antes de regresar con las trainies.

—Con las llaves, Kook. Creo que has pasado demasiado tiempo en lugares con códigos de acceso.

—Jimin, tu departamento es la cosa más insegura del planeta.

—Y sin embargo donde fui atacado ambas veces fue en tu súper hotel de lujo cinco estrellas.

Ah, cuando tienes razón, la tienes.

Jimin abrió y ambos entraron. Jungkook había tenido mucha curiosidad de cómo sería el apartamento de Jimin. Y no estaba decepcionado.

No parecía algo arreglado por un decorador de interiores, era completamente el departamento de un chico que vivía solo y que tenía gusto por las cosas coloridas como los cojines o cuadros. Y había muchas fotos. En cada mueble o mesita había portarretratos de Jimin con su familia, o solo de sus padres... Había uno de Somi y Jimin cuando niños jugando en una playa, haciendo castillos de arena. También había fotos de él y Tae, tanto de chicos como de grandes.

No era solo un departamento, era un hogar para Jimin.

El lugar no era tan amplio pero era cómodo y la encimera de la cocina servía también como desayunador. Jimin se acercó ahí, porque en la tabla había una pila de cartas, revistas y un par de paquetes.

—¿Cómo es que tu departamento se ve tan limpio si estuviste semanas en el penthouse?

—Somi —respondió Jimin mientras revisaba su correspondencia—. Tiene una habitación aquí. Suele venir cuando se siente estresada por las trainies, lo que básicamente es casi siempre.

Algo entre la correspondencia llamó la atención de Jimin, era un pequeño paquete que abrió en seguida. Era una cajita de madera. No tenía nada adentro, más bien parecía ser una especie de joyero hecho a mano.

Problematic Assignment || jikook + taejin || [Terminada✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora